Sociedad

El Mundial de fútbol femenino regatea las reivindicaciones feministas

Francia 2019, el Mundial llamado a marcar un antes y un después en la historia del fútbol femenino, está siendo, de momento, parco en gestos en pos de la igualdad.

Comentarios
  1. “La copa que levantan los hombres en el Mundial de Fútbol tiene un valor de 150.000 euros y la nuestra, la de las mujeres, 30.000. ¿Qué os parece? ¿Es que nuestro esfuerzo vale 5 veces menos?” Estas frases están incluidas en la carta que la jugadora del C.D. Tacón, Lola Martín Alonso, ha enviado a change.org para que estos máximos trofeos sean equiparables. Esta iniciativa quiere subrayar que esta diferencia de valor económico es todavía una metáfora de la desigualdad en el deporte.

    Para apoyar este movimiento solo hay que entrar en Change.org change.org/thesamecup firmar la petición y compartirla a través de cualquier red social utilizando el hashtag #TheSameCup. Además el movimiento está generando contenido tanto en Instagram (https://instagram.com/thesamecup) como en Twitter (https://twitter.com/thesamecup) bajo el usuario @thesamecup.

  2. O mucho me equivoco, o al fútbol femenino le espera un esplendoroso futuro mediático.
    Y, aunque por un lado me alegro por lo que supone de visibilización del esfuerzo de las mujeres en materia de deporte, donde -como en otras muchas actividades- trabajan y consiguen tantos o más resultados que los hombres, me fastidia el que la mayor parte de ese “éxito” va a venir de la mano del aprovechamiento por parte de los medios de comunicación de la contemplación de “sus carnes” por parte de un personal masculino bastante reprimido, cuando no machista que, al igual que ocurre con el balonvolea (voleibol, para los más modernos), se interesan más en la carnalidad (no es lo mismo que la belleza) de los cuerpos de las jugadoras que en el deporte en sí, o sus resultados.
    Y a este respecto, debo confesar que, aunque creo que bastante más atenuado, yo también siento ese “ancestral impulso” forjado a lo largo de seis decenios de educación machista, represión moral, e inmersión en una sociedad absolutamente casposa hasta ayer mismo, e incluso hoy.
    En todo caso, quiero pensar que el balance final sea bastante más positivo que mis poco optimistas reflexiones y lleguemos a estimar al deporte femenino por lo que valen quienes lo practican.
    Saludos.

  3. seguimos en segundo plano y las federaciones no hacen nada para que cambie.
    el visionado y la participación en los eventos demuestra que se prefiere llenar un campo de futbol masculino y no uno femenino y se prefiera hablar de Rolland Garros o de ciclismo o de rugby con tal de no hablar de futbol femenino no vaya a ser que sus técnicas sean superiores a los jugadores masculinos. Y los periodistas van a sacar fotos mas o menos sexi con entrevistas mas o menos idiotas.
    En algunos estadios se regalan incluso entradas para que la gente venga, no hay voluntad política de crear igualdad y dar la misma resonancia que se da al futbol masculino

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