El pasado 18 de mayo se celebró en Tel Aviv la 64ª edición de Eurovisión. El concurso prohíbe expresamente “las canciones o gestos de carácter político”, así como cualquier politización del evento. Sin embargo, la política y los conflictos geopolíticos se han ido filtrando a lo largo de los años: en esta ocasión, el festival estuvo marcado por protestas e incluso llamadas a boicotear el concurso.
Las críticas se focalizaban en la ocupación israelí de los territorios palestinos, la expansión de asentamientos ilegales apoyada por el gobierno, el asesinato de civiles palestinos por parte de las tropas israelíes y las extensas restricciones en la vida cotidiana para la población palestina en los territorios ocupados y dentro de Israel.
Breaking the silence (Rompiendo el silencio), una organización israelí formada por excombatientes que ahora trabajan en contra de la ocupación, dirigió una serie de visitas a la ciudad palestina de Hebrón y levantó una gran cartelera para protestar por la perspectiva unilateral producida por Eurovisión. Hablamos con Achiya Schatz, director de comunicación de este grupo, sobre su respuesta al festival y el contexto político actual en Israel tras la victoria electoral de Netanyahu y el partido conservador Likud el pasado abril.
¿Cuál es la relación entre un evento cultural como Eurovisión y su trabajo? ¿Qué visión tiene su organización sobre Eurovisión?
Nuestro objetivo principal es exponer la realidad y la inmoralidad de la ocupación al público. Creemos que el público debería saber el precio al que pagamos la ocupación y escuchar a la gente que realmente la está haciendo: soldados que entran a las casas, ocupan los puestos de control y demás. Eurovisión, un evento enorme que se basa en la unidad, era una oportunidad para nosotros de decir que estamos muy contentos de que hayáis venido aquí, pero, por favor, si celebráis por la noche no olvidéis abrir los ojos por la mañana.
¿Qué esperaban lograr con las acciones?
Lo que planteábamos era: “Ven a ver la imagen completa”. Estás aquí, en Israel, estás en Tel Aviv, el lugar más liberal de Israel, casi como una burbuja del liberalismo y democracia que queda fuera del resto de Israel, pero lo que ves en Tel Aviv no es una imagen completa de la realidad aquí. Queríamos que los turistas vinieran a ver, a participar y también que el público israelí supiera que, ante todo, hay un grupo de israelíes que está luchando por la libertad y contra la ocupación. No solo es legítimo, sino que también es nuestro deber como exsoldados e israelíes.
¿Cómo ha sido la reacción a los tours?
Nos sorprendió la cantidad de personas que vinieron. Conseguimos hacer cuatro. El quinto se canceló porque el ejército había declarado una zona militar cerrada en esa área. Mucha gente que formaba parte de Eurovisión vino a ver, incluso gente de las delegaciones oficiales de los países. Fue hermoso y muy exitoso.
Las personas inscritas en los tours, ¿vienen de alguna región específica?
De Europa, por lo general. Algunos no vinieron específicamente para Eurovisión, pero se enteraron por la campaña y se unieron. También se unieron algunos de la diáspora judía.
¿Han recibido alguna reacción de residentes, israelíes? Los militares bloquearon un área, ¿fue en respuesta a su acción?
Sí. Los funcionarios del gobierno empezaron a atacarnos, a difamarnos e incitar en contra de la campaña en sí. Algunos ministros y también algunos grupos de derechas han intentado crear tours contrarios, con los que no tenemos ningún problema, aunque nadie se inscribió para los suyos.
Aquí se ha iniciado un debate, lo cual es realmente importante para nosotros. La conversación en sí ya es una victoria, diría yo. También logramos conseguir algunas conferencias y nuevos tours solo para israelíes. Ahora, Breaking the silence es una de las organizaciones más famosas en Israel. Es importante para nosotros que la gente venga, pero no se trata tanto de conocernos sino de participar en los asuntos.
¿Qué piensa del llamamiento a boicotear Eurovisión en Tel Aviv?
No apoyamos el boicot. Somos israelíes felices, orgullosos. Estamos orgullosos de haber ganado Eurovisión pero estamos en contra de la ocupación, y queremos involucrar a las personas en ello. Tampoco creemos que sea un movimiento terrorista, como dice el gobierno israelí. En realidad, el gobierno israelí es la otra cara de la moneda de BDS (Campaña internacional de Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel). El gobierno israelí dice que si apoyas a Israel tienes que apoyar la parte de la ocupación y los asentamientos. Y BDS dice que si estás en contra de la ocupación tienes que boicotear a todo Israel. Nosotros decimos que Israel es un lugar legítimo, es nuestro hogar, es nuestra familia, es nuestra unidad y vida. Pero lo que hacemos en los territorios ocupados, el régimen militar sobre millones de personas… eso no es legítimo, no está bien, y tenemos que oponernos. Entonces, decimos que estamos en medio de las dos cosas, lo cual es una idea muy, muy loca para el gobierno israelí de derecha. Por eso nos atacan, porque somos una alternativa.
Se ha criticado a Israel por utilizar el pinkwashing –promocionarse a sí mismo como abanderado de los derechos LGTB– o incluso el Birthright, para desviar la atención del conflicto.
Creo que hay diferencias entre los dos [Eurovisión y pinkwashing]. El desfile gay sí es algo que el Estado de Israel y este gobierno están usando para el pinkwashing. El pinkwashing, su esencia misma, es mostrar un solo lado. Se supone que el desfile gay apoya a los derechos gay, LGTB, en Israel. Y el Estado de Israel, en particular el gobierno, lo está utilizando para lavar a la ocupación.
El momento en que se celebró Eurovisión es particularmente significativo, después de la reciente violencia y el alto el fuego, y ante la victoria electoral de Netanyahu. ¿Breaking the silence se involucró en las elecciones? ¿Está su organización involucrada en el proceso político en general?
No, no estamos involucrados en el proceso político. Lo que dijimos durante la semana electoral fue que toda la corrupción de Bibi Netanyahu, las acusaciones hacia él de sobornos y de intentar evitar las sentencias todo lo que puede, lo podemos relacionar con la corrupción moral de la ocupación. Y el hecho de que él creó alianzas con personas para renunciar a la democracia de Israel, para continuar la ocupación, conecta con el hecho de que la ocupación es antidemocrática en sí, así que es una cosa alimentando a la otra. Lo que dijimos es que no debíamos renunciar a nuestros valores y que la gente debía votar por quien quiera que vaya por el fin de la ocupación.
¿Qué anticipa para el próximo periodo de Netanyahu?
Netanyahu está usando este periodo para obtener la impunidad de ser condenado por su presunto delito. Lo que está haciendo en este momento, mientras hablamos, es impulsar la ley de impunidad, una ley que daría inmunidad a él y a su coalición… Mucha gente teme que sea un paso más hacia lo que vemos como el deterioro de la democracia en Israel. Cada vez más, el mecanismo democrático y las instituciones democráticas dentro de Israel se están reduciendo y dañando. Puedes hablar cada vez menos en público, puedes discutir cada vez menos públicamente… y al final no sabemos a dónde irá ni cómo va a actuar, pero definitivamente es algo por lo que preocuparse.
Pero hemos estado viendo esto durante años. Hemos visto cómo el sistema de justicia está completamente alineado con estas cosas que son antidemocráticas, y podemos ver cómo las diferentes instituciones, desde las instituciones políticas hasta los medios de comunicación, están renunciando a su carácter democrático para servir a la gente militar.
¿Y eso está ligado solo a la coalición y a Netanyahu? ¿O se está filtrando también en otros partidos políticos?
Está en la coalición, pero también surge de años de oposición muy débil en Israel. La oposición es extremadamente débil, muy silenciosa, muy atacada. Ahora mismo, en el partido más grande de la oposición, todavía tenemos miembros pro-asentamiento, de derecha. Gente a la que no le importan los cambios antidemocráticos en la sociedad y la política israelí. Y la otra gran parte de la oposición es el partido árabe, que ha estado extremadamente marginado en las últimas elecciones. La mañana del día de las elecciones, el partido gobernante, Likud, inició una campaña de despliegue de cámaras en todos los centros de votación por todo Israel, con el fin de asustar e intimidar a los árabes israelíes que pueden votar. Lo que hizo fue marginar a los árabes israelíes, la población árabe en Israel que tiene el derecho a votar. Vimos una reducción drástica en el número de árabes israelíes que votaron.
En mayo del año pasado Estados Unidos abrió su embajada en Jerusalén y otros países también lo han hecho. ¿Cómo ha afectado al impacto de vuestro trabajo?
Trump está retirando gradualmente de la mesa toda la base de cualquier tipo de acuerdo. Mira a Jerusalén, es algo que los palestinos nunca abandonarán. Trump dice ahora: “Israel tiene toda la razón sobre Jerusalén, vamos a trasladar nuestra embajada allí”. Mira a los refugiados, la retirada del dinero que fue asignado a UNRRA (siglas en inglés de la Administración de las Naciones Unidas para el Socorro y la Reconstrucción), el fondo nacional de refugiados para los palestinos. Una vez más, Trump sigue el programa de pro-asentamiento y ocupación. Justo antes de las elecciones, Netanyahu declaró que quería anexar los territorios ocupados y hacer de Israel un apartheid oficial. Y Trump dice que está dispuesto a reconocer los asentamientos israelíes como parte de Israel. Durante años, Israel afirmaba que la ocupación era temporal, que solo se trataba de seguridad. Lo que vemos ahora es cómo esto se convierte en querer crear un apartheid oficial en el territorio ocupado. Y eso sería el fin del estado democrático en Israel, o lo que queda de él.
También vemos cambios radicales en el terreno. Vemos que se están construyendo más asentamientos. En Hebrón, el lugar al que llevamos a la gente en los tours de Eurovisión, vemos una tendencia a construir asentamientos que no hemos visto en años. Vemos más violencia contra los palestinos y más violencia contra los activistas de derechos humanos y los grupos contra la ocupación. Diría que estamos en un momento bastante desafortunado y mucho tiene que ver con la política de los Estados Unidos.
En medio de toda esta escalada, ¿cuáles son los próximos pasos para Breaking the silence?
Lo que hemos hecho hasta ahora: poner la conversación en la mesa siempre que sea posible, para mostrar que hay israelíes que se oponen a la ocupación. Enseñar a la gente cómo luchar, seguir haciendo nuestro trabajo donde podamos, dentro y fuera de la sociedad israelí. Creo que lo que se debe hacer es dar pasos más grandes.
Tenemos que unir fuerzas entre los grupos pro-democráticos y los árabes israelíes que están luchando por sus derechos, y crear una nueva coalición basada en los valores democráticos básicos en los que todos creemos. No estoy hablando solo de Israel. Hablo de la diáspora judía, hablo de todo el mundo, hablo de Europa. La Unión Europea está desmoronándose, pero el gobierno de Bibi Netanyahu también está creando coaliciones con los líderes más antisemitas, de extrema derecha, de Europa. Estamos hablando de Hungría, Eslovaquia, líderes que en el pasado han sido los peores de los peores, solo porque Netanyahu tiene algo en común con ellos, y son valores no democráticos. Es increíble.
Con el resurgimiento de la derecha, ¿encuentra que la oposición en Israel también se está fortaleciendo?
No, la oposición no se está fortaleciendo, esa es la verdad. Ya me gustaría. Pero sí escuchas voces ocultas que están haciendo que más y más personas se muevan. Ves cosas interesantes sucediendo, nuevos tipos de coaliciones y alianzas, y también ves que ahora la oposición está entendiendo gradualmente que, sin combatir el núcleo de la ilegitimidad o los valores no democráticos de Israel, y sin realmente darse cuenta de que esto va más allá de la corrupción, las cosas no cambiarán. No lo sé, solo tendremos que esperar.