¿Ya hemos derrotado al fascismo en las urnas?

Escribo esto como anarquista, con la conciencia intranquila de haber votado, y, más aún, de haber hecho una insistente campaña por el voto. Con la conciencia intranquila de haber hecho muy poco en mi día a día contra el fascismo, de haberme dejado casi todo por hacer. De haber tolerado, por ejemplo, las muchas pintadas de VOX en mi pueblo (¡gracias, por cierto, a la gente del Frente Obrero, que, además de llevar el Banco Obrero Solidario de Alimentos sí se encargaron de tacharlas!).

Así, con la conciencia intranquila, escribo esto para mí mismo, y lo escribo también para ti, porque tú también has hecho insistente campaña por el voto, presionando a esa multitud de anarquistas abstencionistas que votaron el domingo por sentido del deber antifascista. Y tratando de avergonzar a la multitud que se mantuvo coherente en su abstencionismo, que se negó a entrar en el juego y ceder legitimidad, con su participación, al horror de que nuestra ‘democracia representativa’ tenga a fascistas tomando decisiones en nuestro nombre.

No hemos derrotado al fascismo en las urnas. Eso lo tenemos claro, ¿verdad? Hemos hecho un esfuerzo necesario, pero ni mucho menos suficiente. Anoche mismo recibí un mensaje de un compañero que vive en la Turquía de Erdogan, mandándome toda su esperanza y toda su solidaridad. Conmiserándose, desde la Turquía de Erdogan, con lo que estamos dejando que pase en nuestro paÌs.

Por eso hoy nos escribo este mensaje a ti y a mí, propagandistas prourna, aprovechando que nos dura aún la euforia celebratoria de esto de ayer en las urnas. Escribo para pedir, para rogar, que no nos sumemos a la ‘Gran Siesta de la Democracia’, ni ahora ni el 27 de mayo. Por favor. No podemos permitírnoslo.

Escribo para pedir que, cuando vayamos a la manifestación del 1 de Mayo (porque iremos, ¿verdad?), hagamos un esfuerzo por acercarnos a un movimiento sindical y a partir del dÌa 2 intensifiquemos la lucha de clases en nuestros trabajos.

Para pedir que, a la vuelta de la próxima gran manifestación del movimiento feminista, nos impliquemos -más- en nuestra asamblea o grupo de autodefensa feminista.

Que la próxima vez que nos llegue un aviso de un desahucio, acudamos, aunque sea para acompañar a la familia. Y, si no nos llegan esos avisos, que revisemos por qué no te llegan.

Que nos acerquemos a nuestra asociación de vecinos, a nuestra asociación cultural más próxima, para hacerlas antifascistas, o, si ya son antifascistas, para hacerlas más fuertes.

Para pedirte a ti y para recordarme a mí nuestra responsabilidad de mirar a nuestro alrededor y de ver con quién podemos contar, qué tejidos sociales tenemos a mano para fortalecerlos, y en qué puntos estamos, pudiendo evitarlo, dando más poder a quienes quieren quitárnoslo todo.

No te pido la perfección, ni me la pido a mí. Tampoco la pedíamos en las urnas, ¿verdad? Lo único que pedíamos, lo único que exigíamos, era no dejar pasar al fascismo con nuestra inacción. Hemos de trabajar con lo que hay. Y ya sé que cuesta mantenerse alerta cuando baja todo el estruendo de la propaganda prournas, pero el trabajo que tenemos pendiente nos lo exige.

Si ya hemos contenido al fascismo en las urnas, ¿podemos ahora pasar a la acción, por favor?