Así es el máster que realizo en la URJC

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Sofía López* // El máster que realizo en la URJC tiene una estipulación de un año. Bien, pues desde el principio nos empezaron a «desilusionar» con poder acabarlo en un curso, debido a que tenemos prácticas curriculares que tienes que hacer antes de poder presentar el TFM. Además, a las frases de «casi nadie se lo ha sacado en un curso», se añadían las supuestas «ventajas»: poder seguir haciendo prácticas empresariales mientras durase la matriculación.

En la mayoría de las prácticas (curriculares, es decir, obligatorias de nuestro máster) que nos han ofrecido no pagan y la universidad no controla que se cumplan las 25 horas a la semana (máximo) en periodo lectivo, como dice su reglamento. Tanto es así, que nos han llegado a proponer prácticas de un mes intensivo en el que tu función era preparar algún festival muy conocido. Lo que comúnmente sería sustituir un puesto de trabajo.

Yo, además de tener que realizar prácticas gratis, también tuve que abonar un seguro de accidentes por tener más de 28 años (a pesar de pagar matrícula igual). Este límite de edad se establece en la ley de seguro escolar, que data de 1958, periodo franquista. Mucha gente de mi clase aún no ha hecho prácticas porque la universidad no tiene convenios para ofertar prácticas a todos los alumnos de un máster como el mío, así que te dicen que te las busques tú. Sin haber hecho las prácticas no puedes presentar el TFM.

Me parece indecente que la universidad relegue a sus alumnos a la explotación laboral de prácticas en empresa no remuneradas. En mi caso no fueron de jornada completa ni tampoco sustituía un puesto de trabajo, pero algunos de mis compañeros sí. Ahora me ocurre que estoy buscando trabajo y casi no hay ofertas de trabajo real, sino de prácticas donde se especifica que hay que estar matriculado en la universidad para poder firmar convenio y así pagarte cantidades irrisorias o nada.

Este tipo de prácticas las ofertan todas las universidades públicas españolas. El no exigir que se remuneren influye en el paro juvenil, puesto que te ves abocado a estar matriculado para poder seguir haciendo prácticas abusivas en aras de aglutinar experiencia laboral, estar en el paro o trabajar en otra cosa, ya que resulta mucho más complicado encontrar trabajo si las empresas saben que pueden coger becarios a coste cero.

* Sofía López es un nombre ficticio. La alumna prefiere mantener el anonimato.