El Corredor Sur de Gas recibe otros 1.500 millones de euros públicos

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha decidido aprobar este martes, finalmente, un crédito de 1.500 millones de euros para el gasoducto Transadriático (TAP), el tramo más occidental del Corredor Sur de Gas. La obra, la mayor relacionada con los combustibles fósiles de la Unión Europea, llevará gas natural desde Azerbaiyán hasta el sur de Italia. Ya son 3.500 millones en dinero público los invertidos en esta gigantesca infraestructura, que ha recibido créditos del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Infraestructura e Innovación.

Diversas organizaciones de la sociedad civil han criticado la decisión del BEI. En una nota de prensa conjunta, las ONGs de supervisión bancaria Bankwatch y Counter Balance, así como las ecologistas Amigos de la Tierra y 350.org han afirmado que la obra «será perjudicial para los esfuerzos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero». Xavier Sol, director de Counter Balance, calificó la decisión de «error histórico», añadiendo que el BEI ha mostrado su verdadera cara, alejada de su habitual imagen de «finanzas verdes». Por su parte, Tim Ratcliffe, miembro de 350.org, llamó a la acción: «Las comunidades locales que sentirán directamente los impactos negativos en sus vidas están decididas a detener proyectos como estos mega gasoductos antes incluso de que se construyan».

La obra forma parte de la estrategia europea de potenciar el gas como combustible que sustituya al carbón, que es mucho más contaminante. El gas natural produce aproximadamente la mitad de emisiones que otros combustibles fósiles al ser quemado, pero genera dudas al estar relacionado con fugas de metano tanto en su extracción como en su transporte. En un estudio publicado la semana pasada por Bankwatch y el Observatori del Deute en la Globalització se afirmaba que existían muchas posibilidades de que el Corredor acabe siendo más contaminante que el carbón al que pretende sustituir. El propio Comisario Europeo de Energía y Acción Climática, el español Miguel Arias Cañete, reconoció hace un año que no se había realizado ningún estudio de impacto climático sobre la obra.

El Corredor Sur ha recibido numerosas críticas, ya que su construcción supondría una inversión que impediría a Europa prescindir de un combustible fósil como el gas natural en varias décadas. Además, ha habido alegaciones de corrupción y de violaciones de derechos humanos relacionadas con el gasoducto en Azerbaiyán. La Unión Europea alega que el Corredor es imprescindible para garantizar la independencia energética del continente, afirmación que también ha sido desafiada por las ONGs. El año pasado se reveló una carta de Arias Cañete y el vicepresidente de la Comisión, el eslovaco Maros Sefcovic, al presidente del BEI, en la que le instaban a tomar una decisión favorable al TAP y el TANAP (la sección del Corredor que transcurre por territorio turco).