Eso de que el cielo se toma por asalto no convencía a Íñigo Errejón. Pablo Iglesias la justificó como “una señal para los historiadores”. La frase de Karl Marx, pronunciada por el secretario general de Podemos durante la Asamblea de Vistalegre, muestra de forma directa el balance entre los dos líderes, los que más tiempo de pantalla copan en el nuevo documental de Fernando León de Aranoa. Y es un balance vital, tanto para Podemos como para la película, que basa en ese equilibrio todo su ritmo y su fuerza: Iglesias es retratado como un líder idealista para el que ganar significa un cambio histórico para el país. Errejón, en cambio, es un estratega más interesado en la batalla en sí que en sus consecuencias.
Este viernes se estrena en toda España Política: Manual de Instrucciones, la cinta sobre la formación morada que el director madrileño ha rodado durante un año y dos meses. En ella realiza una radiografía detallada de los primeros pasos de Podemos, desde la Asamblea fundacional celebrada en Vistalegre en octubre de 2014 hasta las elecciones generales de 2015.
Más de 500 horas de rodaje, según León de Aranoa, que se han recortado a dos. El partido que lidera Pablo Iglesias, dejando aparte su naturaleza ideológica y las simpatías o antipatías que despierte, es un fenómeno político fascinante, y el documental se vuelve interesante a fuerza de ver cómo se hace la historia. No obstante, la cinta deja muchas incógnitas en cuanto a la organización y las relaciones externas del partido morado.
Las crisis, al descubierto
León de Aranoa renuncia a la voz en off y los entresijos de Podemos quedan al descubierto en boca de sus protagonistas. En muchos casos la organización de los debates internos y los mecanismos políticos de control del partido son los que salen a la luz, empezando por los debates entre las distintas propuestas organizativas presentadas durante la Asamblea Constituyente. El documental muestra sin filtros las reuniones de los dos grupos, las tensiones y la construcción de los argumentos en reuniones improvisadas.
Esta dinámica prosigue durante todo el metraje, que dedica gran parte del tiempo a reuniones y preparación de discursos, debates y entrevistas. La reproducción de estos encuentros llega a hacerse pesada, pero resulta imprescindible para entender la complejidad del fenómeno Podemos. Es en estas reuniones donde se entiende el porqué de la autoridad de Errejón, el liderazgo de Iglesias y el papel central de Irene Montero y Carolina Bescansa.
Las palabras son colinas
“En política, las palabras son como colinas en la guerra”, dice Errejón en cierto momento del documental, para explicar cómo el control de la terminología supone un arma decisiva en la lucha por el poder. Es interesante ver su análisis a la luz de la apropiación, por parte del PSOE y Ciudadanos, del término «cambio”, que fue la bandera desde sus inicios, y de cómo Podemos ha utilizado la versatilidad de su nombre para conquistar las redes sociales.
Esta pasión por la terminología y la estrategia lleva a la explicación de las bases lógicas de la política. La construcción de narrativas y discursos en los que la sociedad se vea reflejada es la clave de todo.
Sin las confluencias
Los orígenes y motivaciones de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, desde sus tesis doctorales en Latinoamérica hasta sus cenas con Monedero, quedan extensamente retratados. No obstante, León de Aranoa ignora las dinámicas de base del partido, las relaciones con otras fuerzas a nivel local y autonómico.
Los mecanismos de confluencia, que han conquistado las mayores ciudades del país y se han convertido en primera fuerza política en Cataluña, son además vitales para diferenciar a Podemos del resto de fuerzas políticas. Estos mecanismos son presentados como una mera cuestión estratégica para dificultar los ataques del adversario, sin entrar a estudiar en profundidad su aprovechamiento de sinergias y de la ley electoral.
Finalmente, el documental obvia por completo la figura del exsecretario de organización Sergio Pascual, recientemente cesado. Los problemas organizativos del modelo que triunfó en Vistalegre, implementados por Pascual, supusieron la dimisión en bloque de la presidencia de Podemos en Euskadi, así como el alejamiento de otros grupos, como el andaluz. Quizás, si hubiese una segunda parte, un seguimiento a Echenique aclararía muchas cosas.
