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La auxiliar de enfermería a la que nadie respeta
Ni políticos, ni responsables sanitarios, ni medios de comunicación han tenido consideración hacia la paciente de ébola
MADRID // “Para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta un máster”. “Unos tienen una mayor capacidad de aprendizaje que otros”. “No debería de estar tan mal, porque fue a la peluquería”. Estas frases pronunciadas por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, apuntan directamente a la auxiliar de enfermería como única responsable del contagio del ébola.
El consejero de Sanidad no ha sido el único que ha dirigido las culpas hacia la sanitaria y su supuesta mala praxis. Germán Ramírez, jefe de medicina interna del Hospital La Paz tras atenderla declaró: “En uno de los momentos, ella me ha transmitido que pudiera haber habido una parte del traje que pudiera haber contactado con la cara. […] Ella quiere transmitir que parece que hemos encontrado el origen del contagio. […] Parece ser que son los guantes”. Ninguna palabra acerca de los posibles fallos del protocolo del hospital. El doctor Ramírez es uno de los firmantes de ese protocolo de atención del Hospital La Paz de Madrid, en el que no se incluye que debe haber supervisión a la hora de retirarse el traje, algo que ha reconocido Sanidad que es un error; tampoco se incluye que debe pulverizarse cloro en cada paso de retirada del traje.
Desde que la auxiliar de enfermería ingresó en el Carlos III, desde el hospital se dijo que “la enferma ha prohibido expresamente dar más información sobre su estado de salud”. Un deseo que no ha hecho más que incumplirse. “Ha sufrido un empeoramiento en su estado de salud”, declaraba la doctora Yolanda Fuentes. “Se encuentra algo mejor”, afirmaba el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y así uno a uno todos los que tenían algún conocimiento del caso.
El papel de los medios
Paralelamente a estas declaraciones desafortunadas, se ha creado todo un circo mediático. Su marido, el perro Excálibur, el hermano, la madre de Becerreá… La lucha para evitar la muerte de Excalibur hizo que se diesen a conocer imágenes tanto de la auxiliar como de su pareja, así como sus identidades. Los medios de comunicación hicieron el resto.
La mala praxis informativa llegó hasta tal punto que el periódico La información, en una “exclusiva”, divulgo este jueves imágenes de la habitación donde se encuentra ingresada la paciente. Días antes, las cadenas de televisión se afanaban en hablar con la auxiliar. Poco importaba que estuviese medicada y con fiebre alta.
La falta de respeto hacia la paciente llegó al límite cuando este jueves la web de la Cadena Cope publicó durante unos minutos este titular: “Muere la auxiliar de enfermería contagiada por el ébola”, aunque luego la cadena de la Conferencia Episcopal aseguraba no haber publicado esa noticia. Horas antes, los periódicos del grupo Vocento publicaban una información bajo el título «Teresa Romero será incinerada«. Horas después fue eliminada.
Mientras, Mariló Montero daba lecciones sobre cómo se debían quitar y poner los trajes de aislamiento los profesionales sanitarios. Sonriendo ante la cámara, y leyendo en voz alta, se colocó y quitó dos guantes azules.
Hoy mismo, El País daba una información, en la que colaboraron cuatro redactores, bajo el título Paseo clandestino por la quinta planta, donde se narra cómo dos periodistas aprovechando “un descuido del guardia de seguridad” se logran colar en la quinta planta del hospital madrileño donde están las personas aisladas por haber tenido contacto directo con la contagiada que está interna en la planta inmediatamente superior. Horas después, el diario cambió su titular por el de Nadie vigila la quinta planta del Carlos III.
Me pregunto si la intencion de estos degenerados del desgobierno,no habra sido exterminarnos,como asi se lo trabajaron sus putos padres y abuelos
A la que nadie respeta… del grupo de los chulos engreídos del Gobierno. Porque entre la gente honesta y decente sí es respetada.
La Cid Campeadora de Rajoy salió ayer dando explicaciones raritas que no explicaban nada.
De nena de Rajoy ha pasado a ser la Niña del Exorxista.
Es el comodín en el que se apoya Rajoy para no dar nunca la cara, ahora ni siquiera a través de un plasma.
Lo peor de todo es que han delegado en ese comodín todos los inùtiles componentes de un desgobierno de analfabetos potenciales.
Temo con mucha razón, porque leo la prensa digital francesa, que el Ebola termine matando gracias al PP a tantos españoles como asesinó Franco.
Esta Vice es una mujer que defiende a ultranza con inusitado arrojo lo indefendible, sabiendo que no tiene razón y sin contestar a preguntas concretas echando los balones fuera cuando saca a relucir su propio comodín de *la culpa es de Zapatero*.
Pero no debemos preocuparnos. Ana Mata lo tenía todo previsto y ha pedido a una de las vírgenes que eche su manto sobre los afectados.
¿Qué nos quedará en pìe cuando este tsunami de ceporros chorizos haya pasado por España?
El primer caso de Ebola en Europa, en España, ha sido el de una mujer, auxiliar de enfermería. Se ha contagiando cuidando a un enfermo terminal. Arriesgando su vida.
Suele ser una auxiliar de enfermería la que nos coloca la vía cuando estamos hospitalizados, la que retira las sábanas que hemos manchado con nuestros fluidos corporales, y nos coloca unas limpias, secas y planchadas (por alguna mujer, también) Suele ser así mismo una auxiliar de enfermería la que, cuando es necesario, coloca y retira los receptáculos en los que nos vemos obligados a efectuar nuestras deposiciones. No sólo son mujeres. En efecto, también hay auxiliares de enfermería varones. Pero ,mayoritariamente, las tareas de «cuidado» más básicas y más arriesgadas para el contagio en el caso de enfermedades infecciosas, suelen realizarlas las mujeres. Y eso tanto dentro como, aún más, fuera del sistema hospitalario, sobre todo en países en que este es precario.
Las mujeres cuidan enfermos, niños ancianos. Las mujeres limpian, enjugan el sudor, sangre, mocos, excrementos… Ya se sabe, la parte más sucia y más inevitable de la existencia «es cosa de mujeres».
El sindicato de auxiliares SAE ha creado una petición en change.org para pedir la dimisión del consejero de sanidad. Por cierto las auxiliares no pueden colocar una vía intravenosa, pueden dar medicación oral o tópica bajo la supervisión de enfermería. Las funciones de las auxiliares son poco conocidas.
Gracias por tu aclaración, Heliodora. La verdad es que no recordaba bien quien me había cambiado la vía. Casualmente o no, fue una mujer. Es verdad que las funciones de las auxiliares de enfermería son poco conocidas, deberíamos de informarnos mejor. Pero no deja de ser cierto que es sobre las mujeres sobre que recaen, en una gran parta, las labores de «cuidado» y sus consiguientes riesgos. Claro que no son las únicas, pero sí las menos valoradas y tenidas en cuanta. Y quien no vea machismo en esto es porque esta incapacitado (voluntariamente o no) para comprender de el problema.
Y qué tiene que ver eso con lo que se trata aquí; es cierto que esta sociedad todavía es machista, pero querer llevar todos los temas a la discriminación por género poco bien hace a las mujeres.
El último párrafo define muy bien el comportamiento de gran parte del periodismo. Por amarillismo, ponen en riesgo el trabajo de personas pero cuando se les exige un control para acceder a un edificio o entrar en algún acto, la montan porque son periodistas y se molestan por ser controlados.
Cuando les conviene, denuncian la falta de control y cuando se hace bien el control amenazan con publicar que han sido registrados o entretenidos por la seguridad de tal o cual evento. Lamentable.
¿Es que hay algún sector de este país que se libre de la marca España? Qué vergüenza da todo, o entramos en depresión colectiva o tomamos la calle pero no con pancartas.
Se está abusando de la paciencia de la ciudadanía. Hablando de Paciencia…eso sí que ha sido una repugnancia. Primero se trae al cura español y se deja a su equipo de negros allí pero una sin papeles de ese equipo se cura y la traen inmediatamente para chupar su sangre… Qué ganas de vomitar sobre nuestra hipocresía y cinismo!