lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

La máquina del tiempo… del espionaje

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Opinión | OTRAS NOTICIAS

La máquina del tiempo… del espionaje

Mystic, el programa informático de la NSA, permite grabar las conversaciones telefónicas de forma masiva e indiscriminada de todo un país, que no sea Estados Unidos

Jorge Izquierdo
20 marzo 2014 Una lectura de 3 minutos
Telegram Linkedin Url

H.G. Wells, izquierdista convencido que publicó en 1895 la novela La máquina del tiempo y uno de los padres de la ciencia ficción, no hubiera podido ni imaginar que a principios de nuestro siglo XXI existiría una auténtica y efectiva máquina del tiempo… para espiarnos.

Cierto es que el asunto del espionaje a escala industrial –la máquina de la que hablamos captura y graba todas las llamadas telefónicas de un país– no le importa a mucha gente, no sabría decir si porque ya estamos bajo los efectos del Gran Hermano o por simple y pura estupidez hispana. Pero lo cierto es que me atemoriza pensar el legado que vamos a dejar a las generaciones futuras, ¿cómo crecerá un niño que sabe que no existe la intimidad? ¿Y un joven que sabe que cualquier cosa que diga podrá ser utilizada en su contra? Niños y jóvenes que no sean norteamericanos, obviamente, pues la legislación de Estados Unidos prohíbe espiar a sus ciudadanos.

Mystic, así se llama el programa informático de la NSA (National Security Agency, que depende del ejército), permite grabar las conversaciones telefónicas de forma masiva e indiscriminada de todo un país, que no sea Estados Unidos. Funciona desde el año 2009 (dos años antes de los ataques del 11-S) en un marco alegal, pues no existe legislación estadounidense que regule la forma de actuar de la NSA. Es más, la polémica en Estados Unidos sobre el espionaje de la NSA versa sobre la perdida de derechos que podrían sufrir ciudadanos norteamericanos que hacen llamadas telefónicas desde el extranjero. De no ser por eso, y porque Snowden filtró la información, nada sabríamos del espionaje industrial e indiscriminado.

Los no espiados

Según cuenta el Whasington Post, Mystic se ha puesto en marcha en cinco países; España podría ser uno de ellos. ¿Le preocupa al Gobierno que todo el país pueda ser espiado o quizás siente envidia? En caso de no serlo –espiados de forma  masiva, industrial, a granel–, tendríamos el dudoso honor de formar parte de un nuevo tipo de ciudadanos, los no espiados. De esta manera, aunque suene a broma –que no lo es–, en España ya podemos hablar de dos tipos nuevos de ciudadanos: el concebido y no nacido (un bien jurídico protegido según la Constitución Española que Gallardón quiere colocar por encima de la mujer) y los no espiados (una especie de ciudadano en peligro de extinción). Evidentemente, pueden darse múltiples combinaciones, se puede ser un ciudadano concebido, nacido, izquierdista y espiado.

La máquina del tiempo de los espías

Mystic se dedica a chupar las llamadas telefónicas de todo un país (sin ningún tipo de garantía legal ni control parlamentario, etc.), pero hacía falta un programa que fuera capaz de recorrer todos esos datos que se han grabado y así ayudar a los sufridos analistas, que únicamente escuchan el 1% de las conversaciones.

¿Qué ocurre si un analista (un espía, para entendernos) escucha una llamada sospechosa del tipo “eres la bomba”? Pues ahora, desde el año 2011, la NSA dispone de un programa llamado RETRO que le permite ir hacia atrás en el tiempo (las llamadas se guardan durante un mes) y, como si de una máquina espía/judicial del tiempo se tratase, podría escuchar todas las conversaciones del “sospechoso”, que se pueden convertir en pruebas. Los jueces se quedarán sin trabajo… ya no es necesaria una orden judicial para intervenir conversaciones, ¡Ya están intervenidas!

Total, todo extranjero es culpable hasta que una llamada telefónica demuestre lo contrario. La bomba, oiga.

Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #espionaje
  • #Estados Unidos
  • #NSA

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Comentarios
  1. Soto dice:
    20/03/2014 a las 20:26

    Es impresionante lo que ignoramos sobre lo controlados que estamos. No se si es mejor no pensarlo, y, así, evitar sufrimientos. Por otra parte ,tendríamos ser conscientes » en que coordenadas estamos insertados y para qué «.
    Produce escalofríos, pensar en todo esto, y , también, pensar, hasta donde llega el ser humanos con «sus invenciones, con sus miedos, con sus deseos de controlarlo todo».

    http://intentadolo.blogspot.com.es/2014/03/la-asquerosa-cola-del-terrible-11m.html

    Responder
  2. Ricardo dice:
    20/03/2014 a las 19:16

    Una pequeña errata en el artículo.
    Si funciona desde 2009, será «8 años después del 11-S».
    Si funciona desde dos años antes de los ataques a las torres gemelas, sería «desde el año 1999»

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Jeff Sharlet: "Hace muchos años que en Estados Unidos la izquierda secular ocupa el margen"
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Ni reyes ni césares: al desplegar a las Fuerzas Armadas para sofocar la disidencia, Trump ha cruzado el Rubicón
  • Su destino está a la izquierda

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar