Opinión

JJOO 2004: La medalla de los 8.500 millones de euros

Atenas, tras la celebración de los juegos olímpicos, acabó con una gran deuda económica que aún hoy sigue pagando

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Comentarios
  1. Tal y como está la situación socio-económica mundial para cualquier país la celebración de unos Juegos Olímpicos implicará un lastre económico que o bien pagarán sus contribuyentes viendo recortados algunos de sus servicios elementales y básicos, o lo verán reflejados en subidas insufribles de transportes, electricidad, agua, etc. Mientras que por otro lado, siempre quedará una deuda por arrastrar pues cada ciclo olímpico se encarece aún más la celebración de esta magna cita que otrora homenajeaba al deporte amateur mientras que hoy le sonríe cada vez más al deporte rentado y mira de soslayo la Carta Olímpica. La vergüenza de manipulación que le quitó a Atenas la sede de 1996 no fue más que un aviso de los puntos de vistas que, a partir de entonces, tienen los señores miembros del Comité Olímpico Internacional (COI).

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