Economía social

Treinta años tejiendo a contracorriente

Teixidors elabora tejidos de alta calidad de modo artesanal. El proyecto, fundado en 1983, emplea a 32 personas con dificultades de aprendizaje

Brais Benítez

30 abril 2013 Una lectura de 3 minutos

Artículo publicado en el número de abril de 2013 de La Marea, disponible en nuestra tienda online

Cada una de las personas que trabajan en Teixidors es parte imprescindible del proyecto. Desde el urdidor que prepara los hilos para el posterior tejido hasta quien dispone las telas para su distribución. El resultado son alfombras, mantas o bufandas de alta calidad, elaboradas con materiales naturales como la lana, el lino, la seda o el cachemir, siguiendo un proceso tradicional que la industria dejó atrás hace años.

Joan Ruiz y Marta Ribas crearon en 1983 una cooperativa de trabajo para integrar a personas con discapacidad psíquica. Encontraron en el tejido manual la actividad ideal para que estas personas se formasen en un oficio y pudieran desarrollar un proyecto vital con el que todos pudieran ganarse la vida.

El oficio desarrolla las habilidades manuales y agudiza los sentidos. “El tejido tiene la particularidad muy importante de permitir que los peldaños a nivel formativo sean tan pequeños de uno a otro que la propia persona los va asimilando prácticamente sin darse cuenta”, explica Ruiz, gerente de Teixidors. Actualmente, 32 de los 47 trabajadores de la cooperativa tienen una discapacidad psíquica. Todos empiezan hilando y, poco a poco, van asimilando las formas más complejas del tejido, la tensión adecuada de las fibras, el trato pertinente de cada material. “El lino, por ejemplo, no se trabaja hasta que no se lleva un par de años, porque es una materia muy poco elástica”, apunta Ruiz.

En el abarrotado taller en Terrassa (Barcelona), disponen de 22 telares de madera. El sonido es el del sordo golpeteo de los pedales que mueven los hilos.

La responsabilidad social del proyecto y la alta calidad de las piezas, que por su elaboración manual son únicas e irrepetibles, ha permitido a la cooperativa competir con los productos de la gran industria. Su buen hacer le valió en 2008 el Premio Nacional de Artesanía.

Lana francesa

Décadas atrás casi todos los proveedores eran de la misma Terrassa o alrededores. Hoy la mayoría ha desaparecido. El bajo precio que se paga por la lana ha provocado que los ganaderos se centren en el comercio de la carne. Toda la lana a partir de la cual se elabora la colección de lana ecológica de Teixidors, procede de un rebaño de 1.000 ovejas en la Provenza francesa.

“El granjero estaba vendiendo la lana a 1 euro o 0,60 el kilo, y nosotros la estamos pagando a 4,5€ o 5€. Porque lo vale, y tenemos que preservar que el granjero se gane la vida”, argumenta el gerente. Con Manu y Corine, ganaderos franceses, han establecido una relación de confianza que va más allá del intercambio comercial. “Hemos llegado a un nivel tal de comunión que nos estamos asegurando mutuamente la supervivencia”, concluye.

A causa de los costes de producción, las prendas de Teixidors tienen un precio alto. Por eso, desde 2006, la cooperativa está potenciando las exportaciones. Y es que, a pesar de que ahora hay más personas concienciadas que valoran la parte social del proyecto, muchas no pueden asumir el esfuerzo que suponen estas compras, argumenta Ruiz.

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Los objetivos

Proyecto social

La cooperativa integra a personas con discapacidad física y les da un o?cio a través de un proceso creativo en el que aprenden a tratar cada material y tejerlo con la tensión y precisión adecuadas.

Singularidad

Cada pieza que elabora Teixidors es única e irrepetible. Se urden, se en?lan y se tejen una a una, y el resultado es fruto de las manos y la habilidad de cada tejedor.

Ecología

A partir de materiales naturales como la lana merina, el cachemir o la seda, el proceso de producción manual se desarrolla con un mínimo impacto ecológico.