El Gobierno prioriza el déficit sobre el paro

MADRID // Ni los 6,2 millones de parados harán cambiar de rumbo al Gobierno. «La política económica del Gobierno va a ser la misma, no se improvisa“, aseguró la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría este viernes en la rueda de prensa al término del Consejo de Ministros, que aprobó el plan de estabilidad y el nuevo cuadro de previsiones macroecoonómicas que se enviará a la Comisión Europea. La vicepresidenta tildó de «drámatica“ la encuesta de la EPA que desveló el récord histórico de parados en España.

El propio Ejecutivo no prevé que esta situación dramática en el mercado laboral vaya a mejorar sustancialmente en los próximo años, según admite en las previsiones. El Gobierno augura que la tasa de paro en 2013 se estancará en el 27% actual y que en 2016 aún seguirá en el 24,8%.

«El paro es nuestra principal preocupación política y social“, dijo el ministro de Economía, Luis de Guindos, «es la principal vulnerabilidad de la economía española y los mercados se fijan mucho en esto“.

Su colega de Hacienda, Cristóbal Montoro, dejó claro que la obsesión de la política económica del Partido Popular sigue siendo el déficit público. «El Gobierno insiste en la absoluta necesidad de reducir el déficit para salir de la crisis“, dijo en el Palacio de la Moncloa.

La salida de la crisis debe empezar el año próximo, cuando el Producto Interior Bruto aumentará medio punto, frente a una caída del 1,3% en 2013, según las previsiones oficiales. Sin embargo, con el plan de estabilidad aprobado hoy, España admite que no va a cumplir el objetivo pactado con Bruselas, ya que el déficit bajará del 3% en 2016, dos años más tarde de lo previsto. Está prórroga aún debe ser formalmente aprobada por el Consejo Europeo y la Comisión, pero todo indica que ya ha sido apalabrada.

Para lograr estos objetivos, el Gobierno presentó hoy un nuevo paquete de medidas y reformas que lleva anunciando desde hace un par de semanas. El resultado ha sido algo decepcionante ya que se trata de muchas medidas que ya habían sido presentadas en varias ocasiones, como el plan de apoyo a los emprendedores y autónomos que a partir del año que viene ya no tendrán que pagar el IVA antes de haber cobrado la factura.

Montoro apenas ofreció detalles sobre los nuevos recortes y el aumento de ingresos. A pesar de que el presidente Mariano Rajoy había anunciado el miércoles que no habría nuevos impuestos, esto se limita tan solo al IVA y al IRPF, según Montoro. Ni siquiera esto, porque la subida «temporal“ del impuesto sobre la renta que introdujo el PP nada más llegar al poder se extenderá un año más hasta 2015.

El ministro de Hacienda dijo que se subirán los impuestos especiales, salvo «aquellos que afectan al sector de la hostelería“ y los hidrocarburos, porque el precio de la gasolina ya es muy alto. Pero sí habrá nuevos impuestos medioambientales. También se introducirá un tipo fiscal sobre los dépositos de los bancos, aunque «muy moderado“ con una recaudación anual de entre 250 y 300 millones de euros, según el ministro.

El Ejecutivo dará otra vuelta de tuerca a la eliminación de deducciones fiscales para las empresas que facturan más de 20 millones de euros al año. El sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha, en una nota, criticó esta medida por «insuficiente“. Los inspectores piden aplicar un impuesto de sociedades del 35% a las empresas con más de un millón de euros de beneficios anuales.

En el apartado de las reformas, el Ejecutivo no presentó apenas novedades: la reforma de las administraciones públicas, un plan contra la morosidad de autonomías y gobiernos, la creación de una autoridad independiente para controlar las cuentas públicas y un «plan anual de empleo“. Los tres miembros del Gobierno tampoco brindaron más información sobre la futura reforma de las pensiones, salvo que esta debe tener en cuenta el «factor de sostenibilidad“.

A pesar de los seis millones de personas sin trabajo, los ministros no se cansaron en subrayar que lo peor de la crisis ya ha pasado, como muestra la bajada de la prima de riesgo en los últimos días. «Seguramente se está pidiendo muchos sacrificios a los españoles“, admitió Sáenz de Santamaría, «pero la situación es indudablemente mejor que a finales de 2011″.