Barack Obama permanecerá cuatro años más en la Casa Blanca a pesar de la grave crisis económica que supuestamente había desilusionado al electorado que lo llevó al poder en 2008. «Lo mejor está por llegar. Os he escuchado, he aprendido y me habéis convertido en un presidente mejor», ha afirmado esta madrugada el presidente de Estados Unidos en el discurso que ha ofrecido en Chicago a sus seguidores tras conocerse su victoria.
«Cuatro años más», gritaban entusiastas los demócratas, mientras el ya reelegido presidente les prometía trabajar «con más determinación e inspiración que nunca». Un tono esperanzado que ha hecho pensar en la enorme oleada de ilusión que despertó su llegada al poder en EEUU en 2008.
Especialmente entre las minorías, la hispana y afroamericana, que en estas elecciones han sido decisivas. Entre los negros, según datos difundidos por CNN, Obama ha arrasado, con un 93% de apoyo. También entre los latinos, colectivo en el que ha recabado un 63% de los sufragios.
Su rival, el candidato republicano Mitt Romney, ha sido el aspirante más votado por los norteamericanos de raza blanca, especialmente por aquellos de clase media-baja (menos de 50.000 dólares de ingreso anual por familia). A Obama le han votado más mujeres (55%) que hombres (43%) y también ha obtenido el respaldo de un 60% de los jóvenes en la franja de edad entre 18 y 29 años.
Al mayor apoyo obtenido por el candidato demócrata entre el electorado femenino y joven seguramente no es ajeno el discurso de Romney contra la contracepción y el aborto. Las declaraciones de algunos representantes del ala ultra del partido, el Tea Party, defendiendo que la mujer no debe tener derecho a interrumpir el embarazo ni siquiera cuando éste es producto de una agresión sexual probablemente han restado apoyos al candidato republicano entre los estadounidenses indecisos que se sitúan en el centro del espectro político.
El aspirante derrotado ha tardado más de dos horas en reconocer la victoria de su rival. Cuando lo ha hecho públicamente ha afirmado: «Rezo para que Obama tenga éxito».
Una victoria más holgada de lo esperado
Esta victoria, más rotunda de lo que se esperaba, pone punto final a una campaña muy disputada y a unas elecciones reñidas en las que la clave estaba en llevarse el número suficiente de votos en los estados decisivos. El presidente de EEUU ha obtenido 332 votos del colegio electoral frente a 206 de su rival.
El triunfo de Obama no ha sido tan agónico como parecían predecir las encuestas pues el candidato demócrata tenía asegurada ya la reelección esta madrugada incluso antes de ganar en Ohio, el estado clave sin el que ningún candidato republicano ha llegado al poder. Su rescate de la industria automovilística, denostado por el partido de Romney, ha sido un factor determinante.
Además, el candidato republicano no ha logrado convencer al electorado de que el mejor camino para superar los problemas económicos era bajar los impuestos para los más acaudalados y reducir el aparato del Estado federal.
También Pensilvania se ha decantado del lado demócrata, gracias a la participación masiva de votantes afroamericanos. En este estado, Mitt Romney ofreció un mitín de última hora en la mismísima jornada electoral del martes, algo que está permitido en EEUU. Obama se ha llevado también Wisconsin, la tierra del número dos de Romney, el ultraconservador Paul Ryan.
Romney, que llegó a la cita con las urnas virtualmente empatado con el presidente, solo ha logrado reconquistar Carolina del Norte e Indiana de los estados cuyos ciudadanos votaron mayoritariamente por Obama en 2008.
Ambos rivales han triunfado con holgura en sus feudos: California y la costa oeste, Illinois, Nueva York y el resto de Nueva Inglaterra han sido para el demócrata, mientras Romney se ha llevado Tejas, casi todo el sur, y la mayor parte del medio oeste. El candidato republicano, sin embargo, ha sido derrotado en Massachusetts, donde estaba bien valorado tras ocupar el cargo de gobernador del estado.
Los demócratas han logrado además reforzar su mayoría en el Senado. Sin embargo, los republicanos conservan el control de la Cámara de Representantes, lo cual complicará la labor del presidente. En la legislatura pasada la falta de consenso entre los dos partidos en el Capitolio paralizó una serie de iniciativas legales de la Casa Blanca.