lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

Disfuncionalidad en el desierto: así son las escuelas ‘especiales’ del pueblo saharaui

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Internacional

Disfuncionalidad en el desierto: así son las escuelas ‘especiales’ del pueblo saharaui

Cinco centros educativos atienden en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) a menores con diferentes grados de discapacidad. Son iniciativas que resisten al amparo de la ayuda humanitaria y con “cuidadores” voluntarios en El Aaiún, Smara, Dajla, Auserd y Bujador.

Juan Miguel Baquero
08 abril 2017 Una lectura de 4 minutos
Telegram Linkedin Url

TINDUF (ARGELIA) // Las manos tintadas quedan impresas en hojas de papel. Un blanco impoluto, al instante manchado de ilusiones cromáticas. Como la huella visible, y multicolor, de un mundo diferente. La estampa discurre en uno de los cinco centros educativos para alumnado con disfuncionalidad que hay en los campos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). Son las escuelas especiales del desierto. Y funcionan atadas al albur de la ayuda humanitaria.

Cada día “acuden 399 alumnos con 82 cuidadores, el 95% voluntarios”. Los recursos para los colegios de los campamentos, o wilayas, de El Aaiún, Smara, Dajla, Auserd y Bujador provienen de la solidaridad internacional. “El 100%”, resume para La Marea el coordinador de Centros de la Discapacidad en el Ministerio de Bienestar Social de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Salem Hamudi. El escaso margen de maniobra del Gobierno saharaui no permite otras opciones.

“El mayor problema es la falta de personal especializado”, apunta Arantza Chacón, de la Asociación Internacional de Observadores de Derechos Humanos (AIODH). Otra dificultad añadida es “el traslado de las personas desde las jaimas” a los centros. Y la dependencia exterior, “como prácticamente todo”, con ayuda que cae a cuentagotas, repartida en “material didáctico, transporte, alimentación”.

Más allá de los datos, “hablar de un campo de refugiados en sí es un problema que, unido a niños y niñas con discapacidad sensorial e invidentes… necesita mucha entrega, voluntad, responsabilidad y deseo de trabajar sin recibir nada a cambio”, cuenta el responsable del Gobierno saharaui en el exilio. Para Hamudi, el objetivo es “ayudar a estas personas a ocupar su lugar en una sociedad a la cual pertenecen y ser partícipes de la lucha de liberación de su pueblo”.

“Desde los Centro de Educación Especial se ha contribuido no solo a la asistencia de estas personas, sino también a su desarrollo en la medida de sus posibilidades”, ratifica Arantza Chacón. Los alumnos adquieren “hábitos de autonomía personal y competencias para su integración social”. Es la clave, dice, lograda con talleres “de carpintería, costura o tricotaje”, entre otros. Así, se pasa de una atención “limitada tradicionalmente al ámbito familiar” a que la sociedad “ponga otras expectativas en ellos”.

Un cartel como aviso: “Aquí florecen personas”

“Aquí no crecen plantas ni árboles, pero florecen personas”. La frase preside el colegio de Smara, el único que funciona de modo independiente. Un caso singular. Como su director, Beyema Fadel, al que gusta que le llamen por su apodo, Castro. “Por lo de revolucionario”, avisa. Bajo un puñado de atrevidas construcciones de adobe mantiene “un sueño” que supera a diario un reguero de barreras.

“Si no se riega, no hay nada”. Si no hay dinero, refiere. Si la ayuda humanitaria desaparece, no hay semillas que explotar. El cartel pintado a mano reluce como aviso para navegantes de un lugar donde la nada existe anegada de tierra y piedras. Todo sucede en mitad de la hamada, el árido paisaje pedregoso, uno de los más inhóspitos lugares del mundo. ‘El desierto de los desiertos’, le dicen.

Un mundo duro, raído por el exilio eterno, donde acatar las diferencias acaso resulte un ejercicio de habilidad vital. De supervivencia extrema. Como demuestra Safia Maulud, Gnala, Jadiya o Mariam. Voluntarias que cuidan, y enseñan, en el colegio de Bojador, con escasos recursos y altas dosis de compromiso. La rúbrica del crecimiento personal y colectivo son las espontáneas sonrisas y abrazos de los alumnos. Los mismos que tintan sus manos para manchar de sueños multicolores esos papeles extrañamente blancos.

Una “tarea ardua” sostenida por mujeres

“Antes, las familias no entendían bien qué significaba tener un hijo con problemas”, cuenta Safia. “Era visto casi como un castigo”, explica, en un ejercicio de relativismo cultural que no deja atrás “los avances de los últimos años en la comprensión de esta realidad y en la integración de las personas con discapacidad”. También en el desierto, añade, se hace camino al andar.

“Atender a menores con discapacidad en un campo de refugiados es una tarea ardua”, cuenta Alba Villén, periodista en África que trabaja además con asociaciones solidarias con el Sáhara. Sin embargo, continúa, “las distintas wilayas cuentan con centros especializados que se nutren de proyectos solidarios para conseguir recursos y formación y así poder educar con dignidad a personas con capacidades diferentes”.

“El sistema educativo saharaui es un modelo ejemplar si lo comparamos con el resto de campamentos de refugiados del mundo e incluso con muchos países de África que cuentan con muchos más recursos”, dice Villén. “La tasa de alfabetización de los refugiados saharauis supera el 90% de la población, una de las más altas de un continente que necesita mejorar mucho en materia educativa”, confirma.

La periodista destaca cómo “la mujer jugó un papel determinante” en un proceso marcado por el campo de batalla desde 1975 hasta 1991. “Ella se encargó de levantar escuelas, hospitales y sostener una organización ciudadana encomiable”. Y “en la actualidad”, ratifica, “cientos de mujeres siguen participando y teniendo un papel protagonista en los centros escolares de los campamentos”.

En la “tierra prestada” por Argelia “todo depende en gran parte de la ayuda internacional” fletada en programas como Caravana por la Paz. Ahí, en mitad de la hamada, se erige un sistema que estaría “totalmente cojo sin el esfuerzo y profesionalidad de los profesores saharauis que con recursos limitados consiguen día a día educar a miles de refugiados”. Al final del camino, unos enfrentan la “frustración” ante “la escasez de salidas profesionales en los campamentos”. Otros, desde un mundo especial, pintan el mundo con sus manos para abrir autopistas de integración en el desierto de los desiertos.

Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #Sáhara
  • #saharauis

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Comentarios
  1. Alias dice:
    09/06/2018 a las 18:52

    Hola.
    ¿Tenéis el contacto de la escuela de Smara de «Castro»?

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Ni reyes ni césares: al desplegar a las Fuerzas Armadas para sofocar la disidencia, Trump ha cruzado el Rubicón
  • Su destino está a la izquierda
  • Los detenidos de la Flotilla serán liberados por Israel sin admitir cargos, según fuentes cercanas

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar