La CUP avisa a Puigdemont de que le da su confianza pero no “carta blanca”

BARCELONA // Finalmente, sin sorpresas de por medio, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha logrado la confianza del Parlament con 72 votos a favor (los de JxSí y la CUP) y 63 en contra (los del resto). Eso sí, el duelo entre los anticapitalistas y el bloque de gobierno continúa de cara al debate sobre los presupuestos. Si Puigdemont avisaba este miércoles de que “quien no esté dispuesto a apoyar los presupuestos le pido, que no me otorgue la confianza mañana”, este jueves la diputada Anna Gabriel ha respondido que el sí de su formación “no le da a usted carta blanca para hacer presión política”.

En este sentido, Gabriel no ha garantizado la aprobación de los presupuestos, ya que aún no han podido conocerlos en profundidad. No obstante, ha asegurado que su grupo no los rechaza “de entrada”. “La confianza es de ida y vuelta”, ha espetado. Eso sí, la diputada anticapitalista ha exigido cambios en un sentido de mayor distribución de la riqueza y de más medidas sociales. También, en la línea de lo defendido por la CUP de un tiempo a esta parte, partidas encaminadas a aumentar la base social independentista, una acción que ha ligado a la necesidad de “cohesión nacional y justicia social”. Para Gabriel, estos presupuestos tienen que ser “más que un cambio de banderas”.

Puigdemont ha replicado que JxSí y la CUP deben hacer “esfuerzos para ir los más unidos posible” o, en caso contrario, “no podremos organizar un referéndum”. Gabriel ha salido al paso: “Somos respetuosos con las mayorías y pedimos que también lo sean con las minorías”. Por otro lado, la diputada ha pedido aún más contundencia al president, que había defendido un referéndum preferentemente pactado con el Estado. Gabriel ha sido tajante y ha vuelto a apelar a la necesidad de desobedecer al gobierno de España: “Haga lo que sea necesario para celebrar el referéndum”.

Por su parte, el presidente del grupo de Catalunya sí que es Pot (CSQP), Lluís Rabell, ha explicado el voto en contra de su formación y ha rechazado cualquier idea de referéndum o “desconexión” unilateral. “Ni suma las mayorías necesarias ni tiene el reconocimiento internacional”, ha incidido, y ha abogado por huir de las prisas y por construir un movimiento amplio por el derecho a decidir. “Gran parte de la ciudadanía no se sentiría llamada a participar en un referéndum que no tenga todas las garantías y reconocimiento y con el resultado predeterminado”, ha advertido. Además, Rabell ha denunciado que la política social no es suficiente ante la “crisis social” que experimenta el territorio. Pese a todo, el líder de CSQP ha propuesto a Puigdemont “explorar espacios de acuerdo”.

El líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, ha defendido el carácter nacional de Cataluña pero ha criticado también la vía unilateral y ha sostenido que “la mitad más uno es poco cuando se quiere romper”, sobre todo cuando hay “problemas de identidad nacional que están muy mezclados”. La unilateralidad, por tanto, podría “romper la sociedad catalana por la mitad”, ha asegurado. En este sentido, Iceta ha pedido a Puigdemont que se plantee “colaborar con el cambio político en España”. “No hay solución unilateral a un problema que es español”, ha zanjado.