Lecturas para empezar el año: ‘Dos amigos’, ‘El Reino’ y ‘Pequeño fracaso’

Dos amigas, de Elena Ferrante

“Una mujer es su propia madre / Eso es lo más importante”. Estos versos de Anne Sexton no han parado de resonar en mi cabeza mientras leía esta tetralogía de Elena Ferrante sobre la que todo el mundo escribe ahora y muchos acabamos de leer. Más allá de Italia, Nápoles, amigas, tiempo, convulsiones, familia y literatura, la obra de Ferrante trata de eso: de unas mujeres que son siempre sus propias madres. Y de una mujer que se desdobla en dos nombres: Lina para la vida, los demás, y Lila para el relato y su autora. Un espléndido juego de sombras que aún no sé si es gran literatura o placer culpable. Editorial Lumen

El Reino, de Emmanuel Carrère

Creí que me bastaría la enorme solvencia narrativa de Carrère para disfrutar de este pastiche bíblico que construye a su modo de ida y vuelta entre lo personal, lo universal, lo literario y lo íntimo. Pero no. El Reino no es para mí, y sus puertas se cerraron ante mis ojos según avanzaba en la narración de cartas y evangelios. Nada me importa en esa novela, probablemente fascinante para otros. Editorial Anagrama

Pequeño fracaso, de G. Shteyngart

Si la infancia es la patria del hombre, esta deliciosa novela autobiográfica es un pasaporte al país de la imaginación como única nacionalidad posible para un niño salido de la URSS y aterrizado en EEUU para su estupor y supervivencia adolescente a través de la invención de una escritura propia. Nunca la Guerra Fría fue tan divertida y menos ridícula. Nunca el anticomunismo fue tan inocentemente pueril. Editorial Libros del Asteroide