Rajoy y otros grandes valores del independentismo catalán

MADRID// La campaña electoral encara su recta final con todas las encuestas dando la mayoría absoluta al bloque independentista. Gracias, entre otras razones, al magnífico discurso de los unionistas que desde todas las partes de España han promovido que en Cataluña el sentimiento independentista sea compartido por ciudadanos de diferentes ideologías.

Sin duda uno de los que más ha trabajado a favor de la independencia de Cataluña es Felipe González. El amado líder del PSOE y garante de las libertades en algunos países en los que sus amigos no gobiernan ayer comparó el derecho de la autodeterminación con los crímenes de Stalin. Nadiusko, como llamaban los marxistas a Isidoro en los 70, declaró que «Stalin autodeterminó a millones de soviéticos a Siberia”. Las comparaciones históricas revisionistas del guía espiritual del PSOE han sido recurrentes. En un artículo en El País comparó el proceso de independencia con el ascenso de los fascismo en los años 30. Con la dictadura de Pinochet no ha comparado la cuestión catalana porque, como bien sabemos, el sátrapa chileno respetaba los derechos humanos más que Nicolás Maduro.

Miguel Ángel Rodríguez, exportavoz del gobierno con José María Aznar, con su conocida prudencia y seny llamó a la calma y dio toda una lección de política y saber estar en el programa Espejo Público para sosegar los ánimos. Rodríguez dijo de Artur Mas: «Le falta un fusilamiento. Le estaría estupendo. Lo que quiere es eso».

El ministro “comercial armamentístico”, Pedro Morenés, espetó que los catalanes de bien no tienen nada que temer. Que el Ejército no intervendrá en Cataluña si “todo el mundo cumple con su deber”. Si se porta bien.

El independizado del gobierno, Jose Ignacio Wert, asiste desde su retiro parisino con tranquilidad a un escenario del que ha sido directamente responsable con su ley educativa y con el ataque al sistema lingüistico catalán. En un pleno del Congreso, cuestionado sobre la LOMCE y el modelo lingüístico, parafraseó a Pemán y la Junta de Defensa Nacional franquista y dejó claras sus intenciones: «Nuestro interés es españolizar a los niños catalanes».

Mención especial merece Mariano Rajoy. En esta campaña electoral cada intervención suya ha sido vista por los unionistas como un escaño más para los independentistas. El líder del PP ha sido un valor fiable para la causa secesionista. Aunque quizás ellos crean otra cosa. Rajoy declaró este miércoles en la Cadena Ser, sobre la salida de Cataluña de la UE: “Un vaso es un vaso y un plato es un plato”. Argumento irrebatible, irrefutable. Poco tienen que hacer los ideólogos del procés antes esta metáfora de vajilla.

El presidente del gobierno ha ido medio por medio rebatiendo cada argumento independentista con una brillantez sólo al alcance de estadistas de su talla. En la entrevista con Carlos Alsina dejó en evidencia el extenso conocimiento y manejo que tiene de las leyes que rigen los designios de esta gran nación.

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Para terminar con la irrefutable argumentación del presidente del Gobierno, dos muestras del cariño que tiene a España y Cataluña. Dos píldoras de las grandes cosas que adornan a estos territorios. No entiendo que los catalanes quieran irse de España. Si a Rajoy le gustan porque hacen cosas.

“Que España es una gran nación y los españoles muy españoles y muchos españoles. Muchas gracias”

“Me gusta Cataluña…son emprendedores, hacen cosas, exportan”.