El documental ‘Edificio España’ se estrena tras superar el veto del Santander

El Edificio España, uno de los rascacielos más emblemáticos de Madrid, el primero en construirse en Europa, y el síntoma de prosperidad que quiso dar el régimen de Franco tras la Guerra Civil, ha sido adquirido esta misma semana por el empresario chino Wang Jainlin, según ha confirmado hoy miércoles el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. La construcción, propiedad hasta hoy del Banco Santander, tiene 117 metros de altura, 28 plantas y 76.000 metros cuadrados, y lleva vacío desde 2006.

Las obras de remodelación que se iniciaron en 2007 para que albergase un gran hotel y viviendas de lujo quedaron paralizadas tres años después. Ese proceso lo captó el director canario Víctor Moreno (Tenerife, 1981), y lo reflejó en Edificio España, un documental que este sábado se estrena en Madrid después de haber superado la censura impuesta por el Banco Santander, que mantuvo vetada la cinta durante un año y tres meses alegando que podía afectar a sus operaciones comerciales.

“Fue un periodo muy duro. Que de pronto te lo corten de esa manera, justo cuando la película empezaba a despegar después de haber estado en el Festival de San Sebastián, fue muy frustrante. Fue un periodo de sufrimiento, de incomprensión… nos va a costar olvidarlo. Nos ha marcado para siempre”, relata Moreno a La Marea. “En todo momento hicimos lo que nos comprometimos que íbamos a hacer, que era un retrato del proceso de obras del edificio, y de ahí venía un poco la incomprensión. Intentamos solucionarlo de alguna manera pero no fue posible”, explica.

El estreno, que tendrá lugar este sábado en la Cineteca de Matadero Madrid, y todas las proyecciones que vendrán, serán posibles gracias al “inmenso apoyo colectivo y ciudadano, que fue fundamental para que ellos rectificasen y nos permitieran la explotación de la película, y también gracias el enorme apoyo que tuvimos de los medios de comunicación que se hicieron eco”, señala el director.

La cinta, que comenzó a gestarse a partir de registrar “la memoria del lugar, sus apartamentos, sus oficinas, galerías comerciales, el hotel… un poco haciendo el inventario de todos esos espacios que de alguna forma estaban como muy vivos, porque se habían quedado muchos objetos personales”, incluyó a medida que avanzaba la grabación “la intrahistoria de la obra, las vivencias de todos esos trabajadores que coinciden con un momento de España boyante en lo relativo al ladrillo, con cerca de 200 trabajadores de muchísimas nacionalidades que venían de Sudamérica, Europa del Este, África, incluso de Asia”, apunta Moreno.

Cuando en 2010 se paralizaron las obras de reforma, explica el director, “me di cuenta de que de alguna forma esas imágenes no sólo estaban hablando de un edificio, sino que tras los acontecimientos que habían pasado, con la crisis, el estallido de la burbuja inmobiliaria… También eran un retrato de nuestra historia reciente”.

“No es una película discursiva, como sería el ejemplo de las de Michael Moore, sino que funciona más bien en un plano más alegórico, más metafórico. Tiende la mano al espectador para que reflexione sobre esas imágenes, las interprete, y ahí está el juego. Ese es un poco el estilo de mi cine”, resume Moreno.

El equipo que ha realizado el documental ha decidido asumir la distribución de la película, cuenta su creador, para tener el control de dónde se va a proyectar y, de esta manera, “sea fiel al espíritu con el que se hizo, que ha permitido también su liberación”.

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