¿Se puede separar al profesional de la persona? Vivimos, para nuestra desgracia, en un mundo regido por soluciones técnicas y gobiernos técnicos. Vivimos en la fantasía de la objetividad universal, donde incluso los políticos han de evitar, en lo posible, hacer política. Todos, si somos buenos profesionales, hemos de ser absolutamente objetivos, empezando por los periodistas. Esto, por supuesto, no son más que majaderías malintencionadas, pues la ética, necesaria para la profesionalidad, es un compromiso personal, esto es, subjetivo. Otro día entramos en la objetividad técnica de los economistas que está devastando nuestra sociedad, porque hoy quiero explicar por qué hasta el trabajo científico es subjetivo.
¿Qué dice este tío? ¿Ciencia subjetiva? De acuerdo, seguramente la ciencia tiene más elementos objetivos que, pongamos por caso, el arte, pero en un resultado científico hay un sinnúmero de decisiones subjetivas. ¿Incredulidad? Vamos allá. Cojamos este artículo, Identificación de sistemas de dos niveles que interaccionan entre sí en KBr:CN. ¿Por qué digo que no es objetivo?
Quién escribe, dónde y cómo
Para empezar, en este trabajo colaboro con un compañero (y amigo) que trabaja en la Universidad Ben Gurion, en Israel. Es inmediato preguntarse: ¿contribuye esta colaboración científica a dar legitimidad a la ocupación de Palestina? Desde luego, no fue una decisión sencilla, pero sí fue una experiencia con la que aprendí algunas cosas y de la que no me arrepiento. Pero hay mucho más, claro: elegimos publicar este texto en inglés, no en español, ni en hebreo. Una decisión que se toma sin pensar, pero con consecuencias. Y además lo publicamos en Physical Review Letters, una revista de la American Physical Society… de pago. ¿A quién está beneficiando esto? Desde luego, no a toda la humanidad por igual. Por otro lado, también escogimos publicar el mismo trabajo en el arxiv, un repositorio abierto para que cualquiera pueda leer los avances científicos. Otra decisión subjetiva, esta sí plenamente coherente con mis principios.
Sin entrar en el contenido, ya hemos identificado tres o cuatro cuestiones morales, que tienen consecuencias sociales y que necesitan de una toma de decisiones basándose en algún tipo de escala de valores. La objetividad, por ahora, ni está ni se la espera. ¿Y qué hay del contenido? Seguro que eso es otra cosa, ahí simplemente habrá que seguir el método científico, ¿verdad?
En qué trabajamos, y por qué… y, nuevamente, cómo
El campo de trabajo científico es infinito, así que hay muchos más problemas interesantes que personas resolviéndolos. Elegir el problema que se resuelve, y por eliminación los infinitos problemas que se quedan sin resolver, es una decisión primordial que hay que tomar una y otra vez, y para la que no hay ninguna guía universal. Sospecho que en periodismo pasa algo parecido. En ciencia, la primera parte de esta decisión es entre ciencia básica u orientada a la aplicación. La aplicación da dinero y es útil a corto plazo. La ciencia básica es una inversión que nos permite avanzar a medio y largo plazo. Esta es una decisión subjetiva fundamental: yo hago ciencia básica.
Para este trabajo en particular, mi compañero y yo escogimos un tema que no está de moda (los sistemas de dos niveles como origen de la universalidad de las propiedades térmicas a baja temperatura en sólidos desordenados y amorfos). Trabajar en un tema que no está de moda implica un cierto sacrificio, pues en los temas de moda es más fácil publicar y, sobre todo, es mucho más fácil recibir muchas citas, lo que se traduce en avanzar profesionalmente. O al menos en tener mayor probabilidad de conservar el trabajo, dependiendo de lo precario que esté cada cual. Dentro de mi currículum, podemos pensar que este artículo está entre los mejores, en cuanto a que Physical Review Letters es una revista de prestigio, o podemos pensar que no aporta nada, porque, publicado en 2011, ese trabajo cuenta a día de hoy con una (1) cita, comparada con las 10, 20 o 30 citas que ya tienen otros artículos míos publicados en 2012. En temas de moda, claro.
El punto de mayor importancia científica, el cómo resolvemos el trabajo, es demasiado amplio y complejo para tratarlo en detalle aquí, pero creo que lo esencial es fácil de entender. Como cuando te haces o te modificas una bicicleta, hay muchas piezas y muchas herramientas científicas al alcance de la mano para hacer el trabajo. En este caso hay que escoger el modelo teórico y la forma de resolverlo, en otros casos es el experimento y cómo se lleva a cabo. Hicimos algunas pruebas para verificar que las herramientas escogidas eran, si no las mejores posibles, al menos adecuadas. Esto sí es una parte objetiva del trabajo científico bien hecho. Sin embargo, como ocurre siempre que la finalidad de un estudio no es analizar un método sino obtener un resultado, no fue posible una demostración a fondo de la bondad del modelo ni de la forma de resolverlo, de manera que nuevamente entra un elemento subjetivo. Y enlazada a la elección de las herramientas científicas está la elección de las herramientas técnicas. Con frecuencia, la misma ciencia se puede hacer con programas libres o privativos. Esto, mientras no interfiera con el punto anterior, es casi irrelevante, pero ¿y si la elección de la herramienta técnica condiciona las posibilidades científicas? ¿No es acaso una decisión subjetiva si obligo, para reproducir o verificar mis resultados, a pasar por caja de una empresa determinada?
Finalmente, ¿quién toma todas estas decisiones en los artículos con varios firmantes, que son la gran mayoría? ¿Se toman en asamblea, o hay un jefe? (¿Y cómo se determina quién tiene el poder de tomar las decisiones?) No, el trabajo en ciencia no es objetivo, y menos aún creo que puede serlo el trabajo en periodismo.