El Bundesbank enturbia el espejismo de la prima a la baja

MADRID // Unos mercados volátiles que tan pronto se relajan o presionan, al hilo de unas meras declaraciones de responsables económicos, han vuelto a demostrar hoy que el descenso que desde hace días encadena la prima de riesgo española es seguramente sólo un espejismo alimentado por la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) acuda al rescate.

El Bundesbank, el Banco Central Alemán, ha sido quien ha enfriado el entusiasmo de muchos con unas declaraciones en las que ha reiterado su oposición a  que el BCE intervenga para comprar de forma masiva bonos soberanos de los países de la zona euro que ahora se asoman al abismo de la insolvencia: España e Italia.

A Alemania y a su banco central no les vale que el pasado 2 de agosto Mario Draghi, presidente del BCE, condicionara esta supuesta intervención de la entidad a que España  pida ayuda al fondo europeo de rescate y por lo tanto ponga definitivamente en manos de Bruselas su soberanía económica. En su boletín mensual, hecho público hoy, el Bundesbank ha recalcado de nuevo que no apoya el plan de convertir al BCE en un salvavidas y con ello ha provocado un repunte hasta los 477 puntos de la prima de riesgo de los bonos soberanos españoles a 10 años, rompiendo así la tendencia que la había llevado a caer hasta los 458 puntos básicos, unos niveles que no se producían desde el 2 de julio.

Pese a ello, este casi seguro espejismo representa un respiro para España. Lo que el Estado debe pagar ahora por su deuda a 10 años ha descendido hoy hasta el 6,159%, unos pasos por detrás del fatídico 7%, los intereses que los expertos consideran impagables para el Estado español. También los bonos que vencen en plazos más cortos son ahora menos onerosos para el erario público. La rentabilidad de la deuda pública española a dos años se cerró hoy en el 3,585%.

Estos datos conceden un alivio al Tesoro español que el martes afronta una nueva emisión de letras a 12 y 18 meses, en las que previsiblemente podrá financiarse sin comprometerse a pagar las elevadas rentabilidades (en el caso del bono a dos años de más del 7%) de anteriores subastas.

El rescate se da por hecho
Pese a que el Gobierno sigue alimentando cierta ambigüedad al respecto –Rajoy dijo el 3 de agosto que «aún no hay nada decidido» al respecto- el rescate económico a España se da por hecho y tiene una fecha: septiembre.

El pasado fin de semana, el ministro Luis de Guindos declaró, en una entrevista a la agencia Efe, que en la reunión del Eurogrupo y el Ecofín que tendrá lugar la segunda semana del mes se definirá “el marco y el procedimiento” de la posible intervención del BCE, tras lo cual el Gobierno “analizará la alternativas de las que dispone y lo que está ofreciendo el BCE”.

Lo que ha ofrecido el banco europeo quedó claro en las declaraciones que Draghi hizo el 2 de agosto:  comprar deuda española sólo si el Ejecutivo pide el rescate para España.

Ante lo que se antoja ya como inevitable, el Gobierno parece estar dispuesto a preparar el terreno, difundiendo la idea de que el rescate que pedirá España no será como los de Irlanda, Grecia y Portugal, cuyas consecuencias han sido desastrosas para el nivel de vida de la población, sino un “rescate suave”.

Esta es la misma estrategia que llevó a Rajoy a definir el primer rescate, el del sector bancario, como “préstamo en condiciones ventajosas”, una definición que causó mofa en las páginas de la prensa internacional (la revista Time llegó a titular su información sobre este asunto “Tú le llamas tomate, yo lo llamo rescate”) y estupor en Bruselas.

El número tres del PSOE, Óscar López, secretario de Organización del partido, ha recordado hoy al Ejecutivo que un rescate nunca es positivo y que no hay “rescates suaves”. Después ha instado al presidente del Gobierno a “no tirar la toalla” y a seguir trabajando para que España no tenga que ser rescatada.