Donald Trump, expresidente de EEUU, durante su comparecencia en el Tribunal de Nueva York. REUTERS
Donald, un señor de piel naranja de Wisconsin, sufre un gran complejo, no por el extraño color de su epidermis, sino por la alopecia galopante que padece. Tras recurrir a todos los remedios médicos a su alcance, desesperado, siguiendo el consejo del amigo de un amigo, acude a un chamán que vive en una cabaña en medio del desierto, alejado de la sociedad.
El misterioso chamán recibe a Donald y, antes de permitirle decir una sola palabra, saca una peluca rubia de un polvoriento baúl y se la entrega, asegurándole que con ella nunca más tendrá problemas de calvicie, pero que las consecuencias de llevarla pueden ser inciertas. Él, sin atender a esta última advertencia, la coge y se la pone inmediatamente.
Lo que Donald ignora es que aquella peluca es, en realidad, la cabellera del ser más codicioso, necio y detestable que residió, siglos atrás, en aquellas tierras, y que, al ponérsela, todos los defectos de aquel hombre serán traspasados a su ser. A partir de entonces, el comportamiento de Donald comienza a ser cada vez más ruin y descabellado. Sin embargo, inexplicablemente, llega a ser presidente de los EEUU.
Peluca Diabólica (Send him to jail!), el film de terror más indeseable de la temporada.