Sede del Banco Sabadell en Barcelona. REUTERS/Yves Herman
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Durante la crisis, Banco Sabadell ha pasado de ser un pequeño banco de carácter regional a la cuarta entidad española en número de activos. En 2017 fue la primera compañía del IBEX 35 que decidió abandonar Cataluña y cambiar su domicilio fiscal por la incertidumbre generada tras el ‘procés’. Sin embargo, 2018 no fue el mejor año para la entidad, que ha visto cómo menguaban sus beneficios.
Banco Sabadell va más allá del negocio bancario. La financiera cuenta con sus propias sociedades de inversión en productos de primera necesidad, como el maíz y el trigo, o metales preciosos. El Sabadell también posee inversiones en el terreno de la sanidad y, por supuesto, en el inmobiliario. El último Informe de transparencia del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa calificó al Banco Sabadell como una de las empresas más opacas del principal selectivo bursátil. En este documento se hacen eco de la existencia de consejeros que han ocupado cargos de responsabilidad pública, contraviniendo las recomendaciones de Transparencia Internacional.
Este año, el Banco Sabadell ha recibido el Distintivo de Igualdad en la Empresa, proporcionado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, por su labor en el desarrollo de las oportunidades profesionales entre hombres y mujeres. Si bien es cierto que el número de directivas se ha duplicado en los últimos cinco años, el porcentaje actual apenas representa un 25% del total. El Consejo de Administración, por ejemplo, lo componen actualmente trece hombres y tres mujeres, lo que se traduce en una representación del 18,75% en el principal núcleo de dirección de este grupo financiero.
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