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“Próximo año en España”, desde Berlín

La asamblea de Izquierda Unida en Berlín organiza un tour para recordar a los brigadistas y exiliados de la guerra civil española.

Comentarios
  1. Exigen que los mantos de la Virgen de Falange y la División Azul sean retirados a perpetuidad.
    Las asociaciones memorialistas, partidos políticos como Puyalon e Izquierda Unida, sindicatos y otros colectivos exigen que sea retirado cualquier símbolo franquista y recuerdan al Cabildo y el Arzobispado que la Ley de Memoria Democrática ya ha entrado en vigor, por lo que podrían acabar en los tribunales.

    Son una docena de asociaciones memorialistas las firmantes de la nota de prensa, a la que se pueden adherir más firmando en este enlace: ARICO, AFAAEM, ARMHA, Asociación Charata Uncastillo, Amical Mauthausen y otros campos, Batallón Cinco Villas, Amehito Torrellas, Asociación Bebés Robados de Aragón, Amehita, Asociación Pozos de Caude, Círculo Republicano Manolín Abad y Justa Memoria de Novallas. A ellas se han unido una docena de partidos, sindicatos y colectivos: Ateneo Republicano de Zaragoza; Asamblea Aragonesa para la Democracia y la Soberanía RASMIA; Puyalon de Cuchas; IU Aragón; Fundaciòn 14 de Abril; MHUEL, Movimiento Hacia Un Estado Laico; SOA, Sindicato Obrero Aragonés; Mujeres Feministas Actur-Goya; La Asociación Vecinal Puente de Santiago Actur; Asociación Fosa a Fosa (Teruel); CUT, Colectivo Unitario Trabajadores; y CATA, Colectivo Aragones de Trabajo Aragonés.
    http://arainfo.org/exigen-retirada-perpetuidad-mantos-fascistas-virgen-del-pilar/

  2. España, 2018: así se exalta a Franco en el nombre de Dios. (fuente: Público).
    La iglesia San Francisco de Borja, en el centro de Madrid, acogió el martes por la noche una misa en honor y gloria del dictador. “La obra de Franco es insuperable”, señaló el sacerdote, que se deshizo en elogios al general golpista durante la ceremonia.

    Acaba de finalizar la misa en honor a Franco en la iglesia San Francisco de Borja en la calle Serrano de Madrid. Es martes, 20 de noviembre de 2018, aunque por lo que acabamos de escuchar en el interior de la misa y el espectáculo que se vive fuera, en la puerta de la iglesia, bien se puede pensar que estamos en los años del nacionalcatolicismo. Los asistentes a la misa continúan concentrados en la puerta. La Policía Nacional vigila. Y comienzan los gritos. “Franco, Franco, Franco”. También el Cara el Sol. Los brazos en alto. Gritos de “España ni roja ni rota”. Más salves a Franco. Y también, por qué no, insultos a los periodistas.
    El espectáculo vivido fuera, sin embargo, se queda corto con lo sucedido dentro. En la misa. En el altar. Bajo la Cruz de Cristo. La puerta de la Iglesia San Francisco de Borja debe ser algo muy parecido a un túnel del tiempo. El sacerdote, al menos, así lo debió sentir. Su discurso estuvo a la altura de los mejores tiempos del nacionalcatolicismo. Un digno heredero de aquellos obispos que no hace tanto levantaban el brazo al paso del dictador.

    Se refirió al dictador como “caudillo”, también como “uno de los mejores hijos de Cristo” y para rematar “como hijo excelso de la Iglesia”. Alabó el alma del dictador, su dedicación cristiana y también su obra, a la que calificó de “insuperable”. Y comenzó a citar: “las carreteras”, la “seguridad social”, los “pantanos”, “los pueblos”, la “clase media” y hasta “los bosques”. El discurso no distaba en nada del que la Fundación Francisco Franco suele pasear por los lugares que le invitan. Pero ahora se lanzaba sobre el púlpito. En el nombre de Dios.
    el sacerdote leyó una cita del jesuita Roberto Rayuela para referirse a la Guerra Civil como una “cruzada de liberación” y alabar cómo el general golpista acudía “al Señor” ante “todas las situaciones más graves”.

    El cura continuó llamando a los fieles a “defender lo que debemos defender” con “la sonrisa imperturbable del Caudillo”

    Los elogios continuaron por esta vía. Su “dedicación a Dios”. Su asistencia a misa. Sus “ratos de lectura doctrinal”. Y el “ejercicio de las buenas virtudes”. No pareció importarle al párroco que entre tanta lectura, el general olvidara cumplir un mandamiento muy sencillo. El quinto. Ese que dice “no matarás” y que Franco violó hasta en su lecho de muerte, en septiembre de 1975, cuando mandó fusilar a cinco personas, a pesar de la presión internacional y también de Pablo VI.
    La ceremonia se completó con el himno de España sonando desde el órgano y con unos versos de Manuel Machado que recibieron la única ovación que se escuchó en el interior del templo. Con esas, el sacerdote pidió a los feligreses que se dieran la paz y los feligreses se la dieron. Una paz que, paradójicamente, Franco no concedió a los españoles. Ni siquiera una vez ganada la guerra. La lista es casi interminable: miles de asesinados y desaparecidos, bebés robados, trabajo esclavo… Pero esa historia no la contó el sacerdote.
    P.D. El documental «La causa contra Franco» más que bueno, debería ser de obligación verlo.

  3. Se agradecen los actos que organizáis en Alemania, Jorge, aquí en España también se organizan actos mayormente de la iglesia y del fascismo que campan sin complejo alguno y como pez en el agua apoyados por la generación que fué adoctrinada en el francofascismo y por la desinformación y manipulación ejercida con la posterior generación.
    Así, avabo de conocer que el capellán de la Virgen del Pilar le coloca durante dos horas el manto de la Falange a la virgen.
    La revolución empezó en Catalunya y ójala que siga en Alemania.

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