Opinión
Fotografía de Gaza en un solo cuerpo
«Si te mirara a los ojos sin que mediara una pantalla, si te mirara a los ojos de verdad, debería quedarme ciega», escribe Edurne Portela ante las imágenes de los niños gazatíes moribundos por inanición.
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Te miro y pareces de otra época. Y, sin embargo, eres plenamente de la mía. Tus piernas como brazos, brazos cuyo contorno entraría, holgadamente, en la circunferencia que formaría uniendo mi dedo índice con mi dedo pulgar si estuviera cerca de ti para extender mi mano y tocarte. Tus piernas dobladas de tal manera que pareces un anfibio, como si tu carne y tus huesos, tus músculos y tendones tuvieran una extraña consistencia, como si tu piel hubiera envejecido antes de que tu madre te pariera. Pero qué más da la apariencia de tus piernas si nunca vas a conseguir ponerte en pie. No te sostendrán ni piernas ni glúteos ni caderas que de tan subdesarrolladas se pierden dentro de un pañal de desempeño inútil: lo poco que salga de tu cuerpo se escurrirá entre tus piernas de anfibio evidenciando que a nadie se le ha ocurrido diseñar un pañal para una devastación como la tuya. Tampoco te sostendrá tu columna vertebral, breve cordillera en la que podría trazar sin necesidad de radiografía cada pico y cada valle. Podría contar tus veinticuatro costillas con mis dedos, recorrer tu caja torácica, palpar tu esternón; entre tu estructura ósea y mis manos solo una fina capa de piel a punto de rasgarse. Si estuviera a tu lado, vería que tus pulmones apenas se llenan de aire; si pusiera mi cabeza contra tu pecho —con cuidado, podría quebrarse— escucharía que tu corazón bombea lento, inseguro; si te mirara a los ojos sin que mediara una pantalla, si te mirara a los ojos de verdad, debería quedarme ciega. Tu rostro ha perdido la singularidad antes de llegar a tenerla. No te han dado tiempo para que se te formaran los rasgos: tus ojos podrían haber sido grandes y expresivos o chiquitos e inteligentes o almendrados y seductores, pero ahora son dos cavidades que emanan dolor en estado puro, terror incomprendido, angustia; tu rostro solo tiene aristas, no hay una proporción —frente, nariz, pómulos, barbilla— que recuerde lo que realmente eres; tu boca abierta que podría significar tantas cosas —dolor, desesperación, queja— aunque posiblemente signifique solo una: hambre.
Tú, cuerpo emaciado que nunca se pondrá en pie, eres el mismo que hace ochenta años hizo pronunciar a los antepasados de los que ahora te asesinan un solemne Nunca Más. El mismo rostro, la misma columna vertebral, las mismas costillas, los mismos órganos, las mismas piernas y los mismos brazos. Por eso te miro y pareces de otra época, víctima de exterminios que prometíamos irrepetibles. Pero aquí estás —aunque posiblemente, mientras escribo ya no estés— y de tu muerte, que es la de miles, no aprendo ninguna lección.
El artículo ‘Fotografía de Gaza en un solo cuerpo’ se ha publicado originalmente en El Periscopio, el suplemento cultural de La Marea. Puedes conseguir la revista aquí o suscribirte para apoyar el periodismo independiente.
Mandatarios de izquierda reconocen que lis palestinos tengan un Estado, en cambio se callan ante la partipacion de Israel en la vuelta ciclista de España, el frances igual, el britanico detienen a manifestarse y les acusa de terroristas, esto se me llama, hipocresia.
ARRIERO, Paco Candela.
Dedicado al codicioso, maléfico, embrutecido, genocida, diabólico, gobierno de ISRAEL, a todos sus cómplices, a los que callan, a los que suben a la colina de Sderot a disfrutar contemplando la masacre que su gobierno lleva a cabo contra seres humanos indefensos e inocentes….
https://www.youtube.com/watch?v=BmAV3uHVjIg&list=RDBmAV3uHVjIg&index=1
Un genocidio convertido en espectáculo: un mirador para observar los bombardeos en Gaza se convierte en el nuevo atractivo turístico de Israel.
Varias agencias de viajes organizan este tipo de actividades en las que decenas de personas se agolpan en un mirador de la localidad de Sderot para ver la caída de las bombas en suelo palestino.
Como una fiesta. Así viven en Israel cada bombardeo sobre Gaza. Eso ha hecho que, en los últimos meses, un mirador situado en la frontera entre el Estado judío y el enclave palestino se haya convertido en un auténtico atractivo turístico para ver cómo los misiles y las bombas caen sobre la Franja acabando con la vida de miles de personas.
Con prismáticos en mano, presencian los bombardeos que constantemente golpean el norte de la Franja como si de un cine de verano se tratase. Con cada impacto de una bomba en suelo palestino, los visitantes gritan y celebran como si de un gol de su equipo en un partido de la Champions League se tratase.
Además, en ese punto se manifiestan de forma habitual colonos israelíes de ultraderecha que piden endurecer aún más la ofensiva contra Gaza. Unas protestas por las que se han dejado ver varios ministros del Gobierno de Netanyahu, como el de Seguridad Nacional, el ultra Itamar Ben-Gvir.
Miran a una tierra de la que dicen que «les echaron» y que esperan recuperar para, como ya sugirió Donald Trump, convertirla en un lujoso complejo turístico en el que no quede rastro del pueblo palestino.
«Gaza es nuestra. Hagamos lo que el sionismo siempre ha hecho y pongamos asentamientos», asegura Daniela Weiss, activista israelí de ultraderecha. Para estos radicales, el genocidio de Israel en Gaza no es más que «autodefensa» y los asesinatos de miles de inocentes, un espectáculo veraniego.
Borja G. Collado.
La ONU declara que en Gaza hay hambre, pero de intervenir con cascos azules, nada de nada. El sionismo es intocable.
La apertura de un Zara en Tel Áviv origina un llamado al boicot por complicidad con el genocidio, además de las complicidades de la marca con el ministro ultra Ben-Gvir y otros gestos de complicidad que la marca ha venido efectuando.
(Insurgente.org)
Excelente texto, Edurne. Conmovedor . Cómo puede la Humanidad cruzarse de brazos ante tanta maldad y tanta miseria !
Una imagen vale mas que mil palabras