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Cóctel de plaguicidas tóxicos en los principales ríos de España

Comentarios
  1. Parece que las cuencas más contaminadas son más pobres también, mostrando una relación directa entre nivel económico y nivel de salud ambiental. La cultura y política de esos espacios españoles no cambia, no hay alternativas, no se piensa más que en la repetición de prácticas dañinas como siempre se ha hecho, se vive y se proyecta al margen del conocimiento actual sobre el medio ambiente y la mano del ser humanas, se piensa y se vive el presente como un momento de dominio sobre la naturaleza a la que se explota sin tener en cuenta las consecuencias. Hace falta cambiar conciencias, políticas ya!!!

  2. Pues José Miguel Muler Salort y la Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP-SAP) junto a «Circulo Escéptico», deben hacerse responsables de difundir que el glifosato era inócuo. Cárcel para el director Fernando Frías y su amigo Vicente Baos, es lo menos que se merecen por ecocidio.

  3. Una ministra de Medio Ambiente apostando por un producto tóxico con efectos nocivos para la salud. Una noticia de autentica #MarcaEspaña.
    La ministra de Medio Ambiente no ha tenido reparo en oponerse a la regulación de los límites de cadmio, un mineral tóxico, en los fertilizantes y defender una cantidad casi cuatro veces superior a la propuesta europea de 20 microgramos/Kg y todo, según los informes a los que ha tenido acceso Eldiario.es, para que “España siga en el mercado de fertilizantes fosfatados”.
    Es que la ministra Tejerina no ha disimulado ni un poquito. Fertiberia, la empresa del imputado Villar Mir y donde la ahora ministra fue directora de Planificación Estratégica y consejera de Fertial (su filial argelina) justo hasta su entrada como titular en el ministerio, produce el 75% de los fertilizantes con cadmio que se fabrican en España.
    La ministra Isabel García Tejerina es un ejemplo de libro de la extendida política de puertas giratorias que permiten entrar y salir de los ministerios a las grandes multinacionales y viceversa. En su caso, su paso por la empresa Fertiberia, el mayor productor nacional de fertilizantes y responsable de uno de los mayores atentados ambientales de nuestro país, las cancerígenas balsas de fosfoyesos que asfixian cada día la ciudad de Huelva, y que Greenpeace lleva años denunciando.
    (Noticias de Greenpeace)

  4. GLIFOSATO: en las zonas que más se utiliza han desaparecido prácticamente las aves.
    Además de la pérdida de biodiversidad o empobrecimiento del planeta esta sustancia, parece ser, cancerígena, acaba en acuíferos, en barrancos y en ríos, en los organismos de los animales y, por mucho que se depurara el agua, siempre llegaría algún residuo al organismo de las personas.

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