Internacional
Estados Unidos bombardea tres instalaciones nucleares en Irán
Trump se sumó a la ofensiva israelí y ordenó atacar las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán, tras lo cual anunció que «es la hora de la paz». Con este ataque, el presidente estadounidense ha revertido décadas de avances diplomáticos entre Washington y Teherán.
El presidente Donald Trump, después de varios días jugando la carta de la ambigüedad, decidió finalmente sumarse a la ofensiva israelí contra Irán. Ayer afirmó que Estados Unidos había completado «con éxito» un ataque contra tres instalaciones nucleares iraníes, los primeros bombardeos estadounidenses que se producen en el marco del conflicto actual entre Tel Aviv y Teherán. Trump decretó la acción sin tener la aprobación previa del Congreso. «Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán», dijo el presidente en la red Truth Social.
«Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow. Todos los aviones regresan sanos y salvos a casa. Felicitaciones a nuestros grandes guerreros estadounidenses. Ningún otro ejército en el mundo podría haber hecho esto. ¡AHORA ES LA HORA DE LA PAZ! Gracias por su atención a este asunto», agregó el mandatario estadounidense.
Poco después, dio un discurso en la Casa Blanca en el que estuvo flanqueado por su vicepresidente, JD Vance, y por su secretario de Estado, Marco Rubio. Sus palabras no fueron muy diferentes de las que se usarían en la celebración de un éxito deportivo: calificó la operación de «éxito militar espectacular».
«Esto no puede continuar. Habrá paz o una tragedia para Irán mucho mayor que la que hemos presenciado en los últimos ocho días», advirtió Trump. «Si la paz no llega pronto [es decir, una rendición incondicional a Israel, como ya exigió hace unos días], perseguiremos esos otros objetivos con precisión, velocidad y habilidad; la mayoría de ellos pueden ser eliminados en cuestión de minutos», alardeó el presidente. Acabó su alocución de una forma que representa muy bien el momento actual de la política norteamericana: dando «las gracias a Dios en particular. Te amamos, Dios».
El republicano se reunió ayer en Washington con su equipo de seguridad nacional, en medio de la incógnita de si Estados Unidos se sumaría a los ataques israelíes contra Irán. La Casa Blanca informó que el presidente decidiría en las próximas dos semanas sobre la posibilidad de lanzar una ofensiva cuyo objetivo oficial sería impedir que Irán lograra desarrollar un arma nuclear. No hubo que esperar tanto. «Las principales instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán han sido completa y totalmente [sic] erradicadas», aseguró ayer Trump.
En los últimos días, Estados Unidos había desplegado parte de su colosal arsenal en las últimas semanas en Oriente Medio. Varios bombarderos B-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despegaron este sábado con rumbo al Pacífico, según el seguimiento de sitios web especializados en tráfico aéreo. Estos aviones se suman al reciente despliegue en la región del portaaviones USS Nimitz y los cazas F-16, F-22 y F-35 de la Fuerza Aérea. Algunos de estos cazas se abastecieron en las bases militares de Rota y Morón de la Frontera, en España.
La ofensiva de anoche tira a la papelera décadas de esfuerzos diplomáticos. Las negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre su programa nuclear llegaron a un punto culminante en 2015, cuando la Administración Obama consiguió un acuerdo con Teherán para evitar que Irán desarrollara armas nucleares a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Este acuerdo ha sido objeto de controversia en círculos republicanos estadounidenses y sobre todo en Israel, que ambicionaba desde hace años un cambio geopolítico radical en toda la zona de Oriente Próximo. La excusa del programa nuclear y la amenaza que éste suponía para su existencia ha sido perfecta para sus aspiraciones. Eso y la presencia de Trump en la Casa Blanca, quien realmente ha cambiado el mundo en sólo 100 días de mandato.
Irán, que ha negado reiteradamente estar desarrollando armamento nuclear, intercambia ataques aéreos con Israel desde el pasado 13 de junio, cuando el Ejército israelí bombardeó instalaciones nucleares y militares en territorio iraní. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó la ofensiva mientras Irán negociaba con Estados Unidos un nuevo acuerdo sobre su programa nuclear.
Al bombardear instalaciones nucleares, Trump y Netanyahu asumen las mismas tácticas de guerra que Vladímir Putin, quien atacó la central de Zaporiyia durante su invasión de Ucrania. La primera reacción del Gobierno iraní llegó a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Abás Araqchí, quien expresó su indignación por «una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el [Tratado de No Proliferación Nuclear] al atacar las instalaciones nucleares pacíficas de Irán».
«Los sucesos de esta mañana son indignantes y tendrán consecuencias duraderas. Todos los miembros de la ONU deben estar alarmados por esta conducta extremadamente peligrosa, ilegal y criminal», agregó Araqchí.