Cifras que no se pueden normalizar: en cinco meses han muerto 1.865 personas intentando llegar a las costas españolas

Desde enero hasta finales de mayo de 2025, han fallecido 1.865 personas intentando llegar a las costas españolas, de las cuales 112 eran mujeres y 342 eran niños y niñas menores de edad. En este periodo, 38 embarcaciones han desaparecido con todas las personas a bordo.

Son datos aportados por la organización Ca-minando Fronteras, que ha presentado este martes su análisis de los cinco primeros meses del año en el marco del trabajo del Observatorio de Derechos Humanos. Este análisis incluye un monitoreo exhaustivo de las rutas migratorias de la Frontera Occidental Euroafricana, una frontera que comprende desde el Mediterráneo Occidental hasta el Atlántico y recopila datos de primera mano de las cifras de personas muertas y desaparecidas en los cruces fronterizos.

«La ruta atlántica continúa siendo la más letal y peligrosa de todas. Esta ruta incluye las salidas desde Mauritania, Senegal y Gambia y desde las localidades de Dajla y Guelmin, con destino a las Islas Canarias», detalla la organización. En esta ruta, han fallecido 1.482 personas, según el documento. Esto representa el 80% de todas las muertes registradas en estos primeros meses del año. Se mantiene la ruta desde Mauritania como la más mortífera de todas.

“Aunque las cifras han bajado comparándolas con el mismo periodo del año pasado, no podemos normalizar estas cifras y por eso debemos continuar exigiendo a los diferentes países que protejan la vida de todas las personas por encima de las medidas de control migratorio”, señala Helena Maleno, coordinadora de la investigación.

Las políticas de control migratorio y la degradación de los estándares de protección de la vida en el mar han sido factores determinantes en el 47% de las tragedias analizadas en este informe. Otros factores que afectan directamente al derecho a la vida incluyen, entre otras: la falta de activación y la inacción en los operativos de búsqueda, aun conociendo la posición de las embarcaciones, desigualdad territorial en la aplicación de los protocolos de protección, coordinación deficiente entre países, falta de investigación de las causas y consecuencias de los naufragios, grave precariedad de las embarcaciones y salidas con malas condiciones meteorológicas.