Opinión
Todo lo que tienes que saber del conflicto entre Elon Musk y Donald Trump
Acusaciones, contratos amenazados y un nombre clave: Jeffrey Epstein. La guerra entre dos figuras erráticas, poderosas y egocéntricas que, hoy por hoy, no se sabe cómo seguirá.
Este artículo ha sido publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.
En los últimos días, las tensiones entre Elon Musk –el hombre más rico del mundo–, y Donald Trump –el hombre más poderoso del mundo–, han escalado rápidamente hasta estallar del todo. Musk, al poco de salir de la administración por la puerta trasera, salió en tromba a criticar el proyecto de ley fiscal de Trump. En respuesta, Trump declaró sentirse decepcionado por Elon Musk, quien conocía, según Trump, el contenido de la ley acusándolo, por lo tanto, de oportunista.
Después de esto, Elon Musk lanzaba la bomba y anunciaba, en un post en su red social X, que la razón por la cual Trump no había desclasificado los documentos relacionados con el caso de Jeffrey Epstein era precisamente porque su nombre constaba en los archivos del caso. Sin hacer mención a la acusación, Trump redoblaba la apuesta y contraatacaba anunciando la posibilidad de cancelar todos los contratos públicos con las empresas de Musk. Mientras tanto, las acciones de Tesla iban bajando y bajando hasta caer un 15% de su valor total, la mayor caída en la historia de la empresa.
La última carta que jugó Musk en esta guerra virtual a través de sus respectivas redes sociales (X, en el caso de Musk y Social Truth, en el caso de Trump) fue empezar a sembrar el camino por la destitución de Trump, explicitando que estaría tanto a favor de fundar un tercer partido que compitiera con republicanos y demócratas como apoyando la destitución de Trump en favor de su vicepresidente, JD Vance.
¿Qué opciones tiene Trump?
Una posibilidad seria recortar los contratos gubernamentales de las empresas de Musk. A través de Truth Social, Trump ha sugerido que cancelar los acuerdos con SpaceX, Tesla y el resto de compañías del magnate sería “la manera más fácil de ahorrar dinero en el presupuesto”. Actualmente, estas empresas acumulan cerca de 3.000 millones de dólares en casi un centenar de contratos con 17 agencias federales.
También podría ordenar una investigación sobre el estatus migratorio y el consumo de drogas de Musk. Steve Bannon, uno de los aliados de Trump, reclamó una “investigación formal” porque, según él, Musk sería “un extranjero ilegal” que tendría que ser deportado. Musk, en realidad, es ciudadano estadounidense naturalizado y nacido en Sudáfrica. Bannon también pidió que se indagara sobre el posible consumo de sustancias y el acceso a información clasificada vinculada a planes militares con China.
Otra medida podría ser revocarle la autorización de seguridad. Musk dispone de acreditación de alto secreto gracias a los contratos de SpaceX con la NASA. Bannon propuso suspenderla provisionalmente mientras se hacen investigaciones, pero Trump podría optar directamente para anularla, cosa que pondría en riesgo la colaboración con la administración.
Finalmente, Trump podría aprovechar los amplios poderes presidenciales para ordenar investigaciones a través del Departamento de Justicia o firmar órdenes ejecutivas que perjudicaran Musk y sus proyectos, como el Departamento de Eficiencia Gubernamental o iniciativas de apoyo a comunidades sudafricanas blancas, una causa que Musk ha defendido.
Y Musk, ¿qué puede hacer?
Por un lado, utilizar su fortuna contra Trump y su entorno. Después de haber aportado más de 250 millones para ayudarlo a llegar a la presidencia, Musk podría financiar campañas contra los republicanos o retirar los 100 millones que todavía le tenía prometidos. El jueves mismo cargó contra los líderes republicanos del Congreso a través de X, su red social, y calificó el nuevo proyecto de ley de política interna de Trump de ”abominación repugnante”.
También podría intentar incomodar la administración difundiendo información comprometida. Después de una relación próxima con Trump durando meses, Musk ha insinuado que dispone de datos delicados. Sin aportar pruebas, acusó a la administración Trump de haber bloqueado la publicación de archivos sobre Jeffrey Epstein porque aparecía el nombre del expresidente. “Marcáis esta publicación para el futuro”, advirtió. Los demócratas en la Cámara reaccionaron rápidamente.
Una tercera vía seria utilizar sus empresas para presionar. Musk anunció que desmantelaría “inmediatamente” la nave espacial Dragon de SpaceX, que transporta astronautas y suministros a la Estación Espacial Internacional. La respuesta de Bannon no se hizo esperar: instó a Trump a “tomar el control de SpaceX antes de la medianoche” mediante una orden ejecutiva.
Un conflicto bestial entre dos figuras erráticas, poderosas y egocéntricas que, hoy por hoy, no se sabe cómo seguirá.