Internacional
Zohran Mamdani: el heredero de Bernie Sanders que quiere gobernar Nueva York
El favorito en las elecciones de noviembre es Zohran Mamdani, un joven socialista que quiere llevar a la alcaldía el legado de Bernie Sanders y convertir la ciudad en un laboratorio de una nueva izquierda urbana.
Este artículo ha sido publicado originalmente en Catalunya Plural. Puedes leerlo en catalán aquí.
Una nueva generación política asoma la cabeza en Estados Unidos. Más joven, más diversa y más comprometida con causas sociales y climáticas. En Nueva York, su rostro tiene nombre y apellido: Zohran Mamdani. Con 33 años, hijo de inmigrantes y diputado de Queens, es el gran favorito para convertirse en alcalde de la ciudad más grande del país. Mamdani representa a una generación que ha crecido en medio de la precariedad, el estallido de las rentas urbanas y el cambio climático.
Raíces diversas, mirada global
Zohran Mamdani nació en Kampala, Uganda, hijo de dos intelectuales de origen indio: el reconocido académico poscolonial Mahmood Mamdani y la cineasta Mira Nair. Su infancia, marcada por los traslados constantes, pasó primero por Sudáfrica y después, definitivamente, por Nueva York. Esa trayectoria vital le ha dejado un sello de hibridación cultural que hoy proyecta sin complejos: se define como socialista, musulmán y neoyorquino, y lo hace con la misma naturalidad con la que habla de vivienda asequible o transporte público gratuito.
Antes de la política, Mamdani trabajó como asesor de familias a punto de perder su casa. En aquellas oficinas de Queens, sentado frente a personas que se enfrentaban al desahucio, vio de cerca la violencia cotidiana de un mercado inmobiliario salvaje. Esa experiencia es la semilla de buena parte de su discurso político: hacer de la vivienda un derecho y no una mercancía.
El salto a la política
En 2020 se presentó a las primarias demócratas para representar el distrito 36 de la Asamblea Estatal de Nueva York, que incluye Astoria y Long Island City. Su rival era una diputada consolidada, con años de implantación y apoyo del establishment. Contra todo pronóstico, Mamdani ganó. Su victoria sorprendió porque no solo derrotaba a una figura veterana, sino que lo hacía desde una campaña de raíz comunitaria, con voluntarios, puerta a puerta y un mensaje directo: poner la vida por encima de los intereses inmobiliarios y financieros.
Desde entonces, ha sido reelegido con facilidad y se ha hecho un nombre en la escena progresista. Su activismo no se ha limitado al Parlamento: lo vimos en primera fila durante la huelga de hambre de los taxistas neoyorquinos, exigiendo condonación de la deuda, o defendiendo el piloto de autobuses gratuitos en Queens. Siempre con un estilo distinto: menos institucional y más cercano a los movimientos sociales.
Una agenda de ciudad
El paso siguiente ha sido inevitable: presentarse a la alcaldía de Nueva York. Lo anunció a finales de 2024 y el pasado junio sorprendió derrotando a Andrew Cuomo, el exgobernador, en las primarias demócratas. El contraste no podía ser más claro: un exlíder caído en desgracia, símbolo del poder tradicional, contra un diputado joven, sin miedo de identificarse como socialista y con un discurso de raíz popular. Mamdani no solo ganó; abrió la puerta a una reconfiguración profunda del Partido Demócrata neoyorquino.
Su programa es ambicioso. Propone congelar los alquileres en viviendas reguladas y construir 200.000 nuevos pisos asequibles. Defiende la gratuidad de los autobuses y la creación de supermercados municipales para combatir la especulación con los precios de los alimentos. Quiere ampliar la educación preescolar universal y establecer un sistema público de cuidado infantil que alivie la carga de las familias trabajadoras. También plantea un impuesto más alto para las grandes fortunas y para las corporaciones que concentran beneficios astronómicos mientras la ciudad sufre déficits crónicos en servicios básicos.
El momento clave del debate
Una de las imágenes que más han circulado durante la campaña es el debate televisivo entre candidatos. La moderadora preguntó cuál sería el primer viaje oficial que harían como alcaldes. Uno tras otro, todos respondieron: Israel. Cuando le llegó el turno, Mamdani rompió el guion. Dijo que su primer viaje sería a visitar a inquilinos amenazados de desahucio en la propia ciudad, porque “los problemas más urgentes de Nueva York no están a miles de kilómetros de distancia, sino aquí mismo, en casa”. La escena generó un silencio incómodo en la sala, pero también consolidó su imagen como el candidato capaz de desafiar consensos establecidos y priorizar a la gente por delante de la diplomacia simbólica.
El legado de Bernie Sanders
Para entender a Mamdani hay que entender a Bernie Sanders. Él mismo reconoce que entró en política después de la campaña presidencial de Sanders en 2016. Aquel movimiento demostró que había millones de personas dispuestas a apoyar una agenda socialista democrática en Estados Unidos. Mamdani recoge esa antorcha y la lleva al terreno municipal.
Lo que Sanders hizo con la sanidad pública o la educación universitaria, Mamdani lo intenta con la vivienda y el transporte. Es el mismo impulso, pero aplicado a la escala urbana. Y cuenta con el apoyo de figuras clave del ala izquierda demócrata, como Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar, que ven en él un proyecto capaz de hacer tangible lo que a menudo queda en grandes discursos nacionales.
La diferencia, sin embargo, es que Mamdani puede ponerlo en práctica en una ciudad de ocho millones de habitantes. Si logra gobernar Nueva York, demostrará que el socialismo democrático no es solo un lema electoral, sino una política viable en la capital financiera del mundo.
Elecciones y encuestas
Las elecciones a la alcaldía de Nueva York se celebrarán el 4 de noviembre de 2025. A estas alturas, todas las encuestas publicadas lo sitúan en cabeza, con una ventaja clara sobre el candidato republicano. Los sondeos le dan entre un 55 y un 60% de intención de voto, una distancia suficiente para consolidarlo como el favorito indiscutible. La pregunta que flota no es si ganará, sino con qué margen y hasta qué punto podrá mantener intacta su agenda al llegar a la alcaldía.
Por supuesto, su agenda choca con enormes resistencias. Los lobbies inmobiliarios, el sector financiero y buena parte de la prensa conservadora ya lo etiquetan como “extremista”. También tendrá que negociar con un estado —el de Nueva York— que a menudo limita el margen de acción de la alcaldía en materia fiscal y legislativa. Y no será fácil mantener la confianza de su base electoral si los cambios no llegan con rapidez. Su apuesta por reformar la policía y reducir el papel represivo de las instituciones penitenciarias puede chocar con sectores que exigen mano dura ante el aumento de ciertos delitos, en un clima marcado por el creciente autoritarismo de Donald Trump. Sea como sea, Mamdani, por ahora, no solo no se ha echado atrás, sino que ha desafiado al presidente a un debate público. Veremos si con el tiempo se convierte en una alternativa real no solamente para Nueva York, sino para todo el país.