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Las protestas contra Israel consiguen parar la Vuelta a España
La organización de la carrera ciclista neutralizó la llegada a tres kilómetros de la meta, en Bilbao, y cortó la retransmisión televisiva para que no se viera la manifestación.
Era algo que se estaba cuajando desde hace varios días y por fin se ha materializado. Las manifestaciones del público de la Vuelta ciclista a España en contra del genocidio que Israel está perpetrando en Gaza consiguieron detener el pelotón. Las llamadas al boicot de la competición han sido continuas desde el inicio de la misma por la participación en la carrera del equipo ciclista Israel-Premier Tech. Hoy, forzada por los acontecimientos, la organización decidió neutralizar la carrera a tres kilómetros de la meta, situada en Bilbao, por motivos de seguridad. La undécima etapa de la Vuelta no tendrá ganador.
La organización de la Vuelta, cuando faltaban aproximadamente 15 kilómetros para el final de la etapa, decidió que la carrera se tenía que parar. Paulatinamente, mucha gente estaba ocupando la calzada y eso ponía en riesgo a los corredores. Además, los dirigentes de la Vuelta decidieron cortar la señal de televisión, lo que impidió que las imágenes de la ciudad de Bilbao, volcada en contra del genocidio, dieran la vuelta al mundo. Obviamente, la censura de las imágenes no podía ser más que parcial ya que muchos reporteros gráficos de la prensa internacional están cubriendo la Vuelta y el público registró masivamente el acontecimiento con sus teléfonos móviles.
El recorrido debía transcurrir dando varias vueltas en un circuito urbano por la capital vizcaína, pero no fue posible. Las octavillas volaban al paso de los corredores y las banderas palestinas inundaban el recorrido, rozando a los ciclistas. Tras vivir momentos de tensión máxima, la organización decidió suspender la etapa.
En un comunicado, la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha condenado «firmemente las acciones que llevaron a la neutralización de la undécima etapa de la Vuelta ciclista a España». Sin ninguna mención al genocidio de Gaza, la asociación se ha limitado a decir que «reafirma su compromiso con la neutralidad política, la independencia y la autonomía del deporte, de acuerdo con los principios fundadores del Movimiento Olímpico».
El equipo Israel-Premier Tech ganó precisamente su plaza en la Vuelta gracias a los puntos obtenidos en el ranking de la UCI. Por esta razón los organizadores se han visto obligados a dejarles correr y, ante cualquier pregunta incómoda, declaraban que era imposible expulsar al equipo hebreo de la carrera. Hoy la retórica ha cambiado. «Para mí sólo hay una solución ahora mismo: que el propio equipo de Israel se dé cuenta de que, estando aquí, no facilita la seguridad de todos los demás», manifestó Kiko García, director técnico de la Vuelta. «Tenemos que valorar si podemos poner en riesgo la Vuelta, una de las tres grandes vueltas ciclistas del mundo, o preferimos seguir protegiendo a un equipo que está poniendo en riesgo todo lo demás», añadió.
El mensaje, aunque un poco enrevesado, está más o menos claro: Unipublic, la empresa que organiza la Vuelta a España, desea que Israel-Premier Tech abandone la carrera motu proprio. Pero el equipo hebreo, por el momento, no se da por enterado. Su intención es salir mañana a correr la etapa que discurrirá entre Laredo y Los Corrales de Buelna, en Cantabria, donde también hay convocadas diversas acciones de protesta. Israel-Premier Tech no quiere abandonar, prefiere que sea la organización quien les eche.
Ya en la quinta etapa, una contrarreloj por equipos que transcurría por Figueres (Girona), unos manifestantes saltaron a la carretera con el propósito de detener al Israel-Premier Tech. Entonces, el equipo manifestó con firmeza «su derecho a correr» la Vuelta a España y su intención de no abandonar la carrera.
Ayer mismo, otra protesta en Lumbier (Navarra) obligó a la Policía Foral a intervenir para sacar de la calzada a un grupo de manifestantes que tenía la intención de detener la carrera. La Plataforma para el boicot deportivo a Israel, una de las muchas promotoras de las protestas, aseguró que sus llamamientos no incluyen nunca «acciones que pongan en riesgo la seguridad de los corredores».
El equipo Israel-Premier Tech no está financiado directamente por el Estado de Israel, pero es propiedad del millonario israelo-canadiense Sylvan Adams, un empresario muy cercano al primer ministro, Benjamín Netanyahu. Su equipo ciclista es considerado en diversos ámbitos como una forma de sportwashing, es decir, una manera de blanquear la imagen de un país que, en el caso de Israel, viola sistemáticamente el derecho internacional, fomenta la usurpación colonial de las tierras palestinas y ha asesinado a casi 64.000 personas en Gaza.
En su larga historia la vuelta ciclista de España nunca tuvo ningun problema, hasta que participo el equipo de Israel.