Sociedad
“Escribir notas de prensa o leyes es muy mecánico. Yo uso mucho el Chat GPT”
La confesión del primer ministro sueco sobre el uso de IA, que ha desatado una ola de críticas, es una práctica tan frecuente en el ámbito político como en otros sectores.
El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, ha reconocido en una entrevista el uso de ChatGPT para tener una segunda opinión sobre sus cuestiones de gobierno. La confesión, que ha desatado una ola de críticas por la responsabilidad que supone el empleo de inteligencia artificial (IA), es, sin embargo, una práctica tan frecuente en el ámbito político como en otros sectores.
Antonio –un lector de La Marea que participó en un dossier especial sobre IA y que prefiere no decir su nombre verdadero– trabaja como asesor político. Según explica, está encantado con la IA y asegura no hacerse preguntas sobre las posibles consecuencias que, tal vez –dice– le impediría usarla. Ahora mismo, la emplea para todo: para su trabajo, para sus tareas de estudio, para esas cuestiones que considera tediosas y, también, para sentirse más seguro: «El hecho de poder comentar un tema con una máquina, ya me ayuda. Como cuando trabajas en una oficina y comentas el tema con el compañero o compañera y te sirve para ordenar cosas. Pues eso me pasa a mí con la IA».
Gran parte de su labor profesional la hace desde casa. «Me parece una cosa demasiado potente como para que sea real, pero es que en lo que antes tardabas días, la IA te lo hace en un minuto. Le metes un informe de 500 páginas, le dices lo que quieres y te lo saca. Luego lo comparas y lo ha hecho relativamente bien».
Con ella, según afirma, escribe notas de prensa e incluso proposiciones o mociones que luego se votan en ayuntamientos o en parlamentos. «Es que escribir notas de prensa o leyes es un trabajo bastante mecanizado y cuando tú, por ejemplo, haces una ley, te estás basando en otra anterior, vas a esos otros parlamentos para coger de aquí y de allí lo que te sirva», ejemplifica.
Usos con contrastes
Gonzalo también la usa para su trabajo en la Universidad. «La uso tanto para pequeñas tareas como para corregir textos, que me dé ideas sobre algún tema o me sintetice algunos documentos muy largos para grandes proyectos, aunque aquí siempre combinamos la utilización de la IA para algunas cosas y la elaboración o revisión sin el uso de la IA».
En su experiencia, el proyecto más complejo que ha desarrollado es la grabación de las clases: «Grabo las clases que imparto, las paso por una IA para transcribirlas, luego le doy a otra IA la transcripción y mi presentación y, con eso, me hace la base de unos apuntes. Posteriormente, yo los retoco y adapto manualmente y, ya por último, los vuelvo a pasar por la IA para que los chequee». Tras finalizar el proceso, los sube al campus virtual para ponerlos a disposición del alumnado. «La verdad es que no sé si tendría tiempo material para hacerlo sin usar la IA», afirma.
La matemática Clara Grima, en esta entrevista, insiste en la necesidad de hacer ver al alumnado que debe contrastar. «Falla más que una escopeta de caña», dice. Esa capacidad crítica, de racionalizar, de pensar, es lo que destaca también Miguel Ángel Villalvilla, de profesión maestro, que asegura no usar IA: «Creo que en la enseñanza puede resultar contraproducente porque si la máquina realiza los trabajos del alumnado, estos no realizan el esfuerzo que les lleva al desarrollo de su inteligencia». Se refiere a la comprensión, la síntesis y el análisis.
MICROSOFT RECONOCE QUE LA UNIÓN EUROPEA NO DISPONE DE SOBERANÍA DIGITAL, Aday Quesada.
Microsoft ha roto el silencio y lanzado una bomba política y tecnológica: no puede garantizar la soberanía de los datos en la Unión Europea. ¿El motivo? Está legalmente obligada a colaborar con Washington, incluso cuando los datos pertenecen a ciudadanos, empresas o instituciones europeas. Esta confesión desnuda la cruda realidad digital del siglo XXI: en el corazón del Viejo Continente, el control de la información está en manos ajenas. Y lo peor… todos lo sabían, pero nadie se atrevía a decirlo.
La noticia podría parecer técnica e, incluso, casi anecdótica: la empresa Microsoft ha reconocido abiertamente que no puede garantizar a la Unión Europea la soberanía de sus datos.
Detrás de esta rotunda afirmación aparentemente burocrática se esconde, sin embargo, una verdad incómoda sobre el mundo en que vivimos: uno donde los datos no son propiedad de quienes los generan, ni están bajo el control de las instituciones pretendidamente democráticas, sino que son manejados por grandes corporaciones que se deben no a los ciudadanos, sino a los intereses estratégicos de las grandes potencias económicas.
¿Qué significa esto? Que la información personal, empresarial, sanitaria o educativa de millones de europeos está sujeta, en última instancia, a las leyes de Estados Unidos y al poder del capital que opera tras bambalinas.
MICROSOFT, EL ESTADO Y LA LEALTAD DEL CAPITAL…
LOS DATOS COMO MERCANCÍA Y LA NUEVA ALIENACIÓN DIGITAL…
¿QUÉ SOBERANÍA DIGITAL ES POSIBLE EN UN MUNDO DOMINADO POR MONOPOLIOS?…
¿UNA SOLUCIÓN EUROPEA? ¿O UNA ILUSIÓN MÁS?…
…En pocas palabras. Lo que está en juego no es sólo la protección de datos. Es la forma misma en que organizamos nuestras vidas, nuestras relaciones y nuestras decisiones. Es el control de los medios de producción del siglo XXI: la infraestructura digital. Y como en toda lucha de clases, la pregunta es quién tiene el poder, quién lo usa y con qué fin.
La cuestión es que, tal y como expresaba Benjamin Franklin: “El que renuncia a su libertad por seguridad, no merece ni libertad ni seguridad». Y eso, justamente, es lo que nos están diciendo.
https://canarias-semanal.org/art/38183/microsoft-reconoce-que-la-union-europea-no-dispone-de-soberania-digital
MICROSOFT AVANZA CON LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL MIENTRAS SUS EMPLEADOS PIERDEN SUS EMPLEOS.
¿Está la I.A. ayudando al progreso o acelerando la precariedad laboral?
¿Puede una herramienta diseñada para facilitar el trabajo convertirse en la causa del despido de sus propios creadores? ¿Qué papel juega Microsoft en la expansión de una tecnología que reestructura el mercado laboral global? Este comentario explora el dilema entre progreso tecnológico y derechos laborales, a partir de tres artículos clave…
En una información publicada por una publicación de la empresa Microsoft titulada «Los empleos más y menos susceptibles de ser reemplazados por IA generativa», se presenta una investigación desarrollada por la misma multinacional sobre más de 200.000 interacciones laborales mediante su asistente Copilot.
El estudio evalúa los trabajos con mayor y menor “AI applicability score” o puntuación de aplicabilidad de la Inteligencia Artificial.
De acuerdo con esta fuente, las ocupaciones creativas, sociales y manuales parecen estar entre las más resistentes al reemplazo por inteligencia artificial, mientras que tareas administrativas, financieras y analíticas muestran una alta susceptibilidad a ser automatizadas.
En otro reportaje del diario El País, titulado “Microsoft busca sacudir la IA: negocia un nuevo acuerdo para acceder a la tecnología crítica de OpenAI”,se expone el movimiento estratégico de Microsoft para reforzar su control sobre OpenAI, con quien ya mantiene una colaboración estrecha.
Según indica esta publicación, Microsoft busca cerrar un acuerdo que le permita un acceso más profundo y continuo a la tecnología de OpenAI. Esta operación tiene implicaciones profundas no solo en la competencia tecnológica global, sino también en la configuración futura del mercado laboral, al intensificarse la dependencia de las empresas por soluciones de IA generativa que prometen mayor eficiencia a costa de puestos humanos.
Finalmente, en un artículo también publicado por el mismo periódico El País, titulado “Trabajadores de ‘Candy Crush’ contra los despidos: ‘Sabíamos que estábamos creando una herramienta de IA que podía reemplazarnos’”, se da voz a los empleados de la empresa King, subsidiaria de Microsoft, quienes se enfrentan a un ERE que afecta al 12% de la plantilla en Barcelona.
Los trabajadores denuncian que, mientras desarrollaban sistemas de IA para optimizar procesos creativos, eran conscientes de que estos podrían acabar sustituyéndolos. Esta fuente muestra el lado humano del avance tecnológico: la ironía trágica de ingenieros y diseñadores que trabajan en herramientas que terminan amenazando su propia estabilidad laboral.
El contraste entre las estrategias empresariales, los estudios analíticos y la realidad cotidiana de los trabajadores afectados permite comprender de forma más amplia la compleja relación entre IA y empleo.
Mientras Microsoft avanza en consolidarse como una potencia en inteligencia artificial, sus propias filiales comienzan a prescindir de empleados cuya labor fue clave para desarrollar esas mismas herramientas.
Este contexto invita a preguntarse: ¿es la eficiencia tecnológica «un bien mayor» si deja a miles de trabajadores en la incertidumbre?
https://canarias-semanal.org/art/38301/microsoft-avanza-con-la-inteligencia-artificial-mientras-sus-empleados-pierden-sus-empleos