lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

Digamos NO

SIGUIENTE
Este verano refúgiate en La Marea. Suscríbete desde 17€

Internacional | Opinión

Digamos NO

"El líder supremo ha encontrado la mejor solución para el conflicto eterno: la expulsión definitiva de un pueblo que ha sufrido una ocupación despiadada durante más de setenta años", escribe J. Salvat.

Títere de Trump manejado por miembros de People’s Forum. ISA FARFAN / HYPERALLERGIC
Catalunya Plural
04 agosto 2025 Una lectura de 8 minutos
Telegram Linkedin

Este artículo ha sido publicado originalmente en Catalunya Plural.

J. SALVAT // Allí está, sentado en su trono de emperador en el despacho oval, el golpista y golfista y presidente de los Estados Unidos, soñando con nuevos resorts de lujo sobre las ruinas de un pueblo aplastado y famélico. Él mismo publicó en su red social, Truth Social (qué ironía), un vídeo donde aparecía tomando el sol junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El vídeo, generado por inteligencia artificial, mostraba una Gaza al estilo Las Vegas, llena de casinos, bailarinas, hoteles y coctelerías. También había una escultura de oro con su imagen, demostración de un ego desmesurado. Una provocación que recordaba al “becerro de oro” que el propio Moisés tuvo que destruir al bajar del monte Sinaí con las tablas de los Diez Mandamientos.

El líder supremo ha encontrado la mejor solución para el conflicto eterno: la expulsión definitiva de un pueblo que ha sufrido una ocupación despiadada durante más de setenta años. El plan de expansión israelí está diseñado desde hace tiempo y avanza de forma implacable. Por eso los asentamientos ilegales no han dejado de crecer en Cisjordania de manera continua, sin prestar atención alguna a las resoluciones de Naciones Unidas ni a ninguna forma de legalidad.

Se calcula que hay más de 700.000 colonos en esos asentamientos, y la presión por ganar más territorio y provocar desplazamientos forzados de palestinos es constante. En el último informe de la ONU de 2024 se contabilizaron 20.000 nuevas viviendas en los asentamientos de Cisjordania, mientras que se destruyeron 214 propiedades palestinas. En otros lugares de la región se crearon 49 nuevos asentamientos y se construyeron más de 10.000 nuevas viviendas.

Hacer inviable un Estado palestino está más cerca que nunca. El territorio está fragmentado y repleto de colonias israelíes, donde moverse de un lugar a otro es casi imposible bajo la ocupación militar. Cisjordania es la mayor prisión a cielo abierto del mundo, mientras que Gaza, otra prisión a cielo abierto, sufre un diluvio de bombas y disparos sin tregua, como represalia al brutal ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel.

Un 90% de la población ha sido desplazada y la cifra de muertos no deja de crecer cada día, superando ya las 60.000 víctimas mortales, además de miles y miles de heridos y amputados, sin un lugar donde curarse ni refugiarse. También se ha bloqueado el acceso a la ayuda humanitaria. Nunca habíamos vivido una situación semejante durante este larguísimo conflicto.

La cruda impunidad

La impunidad con la que actúan los colonos queda retratada en el documental ganador del Oscar y del Festival de Berlín de este año, No Other Land, realizado por un colectivo palestino-israelí que muestra la destrucción de casas en Massafer Yatta, cerca de Hebrón. Se puede ver el asesinato en directo de un palestino a manos de un colono que dispara sin reparos. Los vecinos han tenido que refugiarse en cuevas mientras la colonización de sus tierras avanza de manera implacable.

Basel Adra, codirector del documental premiado, fue detenido al regresar a su país y ha sido varias veces golpeado por colonos y soldados. Finalmente, la presión internacional logró que fuera liberado. Ha tenido más suerte que su compañero Odeh Hadalin, que colaboró en la producción del documental y que ha sido asesinado de un disparo en los pulmones por otro colono mientras escribo estas líneas.

Es uno más en la larga lista que suma ya 233 periodistas e informadores muertos desde el inicio de la guerra de Gaza. Una lista macabra, una cifra nunca vista, mientras los medios internacionales tienen prohibida la entrada en la zona. Uno de los últimos, Ismael Abu Hatab, murió al estallar una bomba lanzada contra una cafetería en la playa de Gaza (donde los palestinos tienen prohibido pescar). La cafetería era uno de los pocos lugares donde aún había acceso a Internet. 32 personas más murieron en ese ataque. En 2024 Israel se convirtió en el segundo país del mundo con mayor número de periodistas encarcelados, solo por detrás de China.

La vulneración de los mínimos derechos humanos, la catástrofe humanitaria provocada sin parangón, el asalto y asesinato, la destrucción sin freno de viviendas, hospitales, escuelas, comercios y carreteras continúa sin que ninguno de los comunicados o alertas de Naciones Unidas tenga el más mínimo efecto. Y el hambre avanza como herramienta de guerra, bloqueando la distribución de alimentos que realizaba la Agencia de la ONU para los Refugiados, habituada a hacer ese trabajo.

El hambre como forma de acabar con el enemigo, de eliminar al adversario, de matar lentamente toda esperanza, de hacer huir a los habitantes de su propia tierra. ¿Qué habría pasado si Rusia hubiera hecho esto en Ucrania? Sin restar gravedad a las atrocidades cometidas durante el asedio de Mariúpol o en otras localidades retratadas en otro documental, 20 días en Mariúpol, que también ganó un Oscar en 2024. ¿Estamos ante un nuevo derecho de conquista? Todas las herramientas creadas tras la Segunda Guerra Mundial para intentar solucionar los conflictos por la vía diplomática han saltado por los aires.

Allí está el nuevo líder occidental desacreditando sin parar todos esos organismos: la ONU, la Organización Mundial de la Salud, la ayuda al desarrollo, entre otros, provocando más desigualdad y el declive de todos los indicadores que nos llevan al menor incremento del desarrollo humano desde 1990. En lugar de avanzar, retrocedemos.

Sin diálogo

El compromiso, el diálogo, el consenso, la búsqueda de soluciones pactadas, han sido reemplazados por la arrogancia del más fuerte, que nos despierta cada mañana con un nuevo tuit de su delirio. Con su talante prepotente, chulesco, despectivo y burdo. Un día aranceles contra Brasil (por no compartir que se juzgue a su colega golpista Bolsonaro, con una injerencia en asuntos internos más descarada que nunca); otro día, la reclamación sobre Canadá, que quiere convertir en una provincia más de los Estados Unidos; al siguiente, el intento de apropiarse de Groenlandia o la búsqueda de tierras raras a cambio de armamento en Ucrania.

Todo lo aprendido en los últimos sesenta años se ha venido abajo. Nada será igual a partir de ahora, cuando un hombre pretende imponer sus reglas y leyes, sus condiciones y negocios, sus intereses espurios, su cuenta corriente, mientras negocia desde uno de sus campos de golf de lujo.

El presidente que quiere “hacer América grande otra vez” acaba de aprobar su nuevo presupuesto para bajar los impuestos a los que más tienen y recortar drásticamente los fondos destinados a Medicare, el único sistema de salud pública para personas sin recursos. Para él, los desheredados de la tierra no tienen ningún derecho. Son “comedores de perros”, delincuentes, sinvergüenzas que deben ser exterminados o repatriados, como demuestra su política migratoria y la apertura de nuevas prisiones rodeadas de cocodrilos y serpientes.

El alto comandante del ejército más poderoso del mundo, con presencia en 80 países, quiere ahora que todos compren sus armas. Si en 1962 el gasto mundial en defensa era del 6,1% del PIB, en 2012 había bajado al 2,1% gracias a los esfuerzos de desarme de Naciones Unidas.

Ahora la cifra ha vuelto a subir vertiginosamente y se quiere que llegue al 5 %, sobre todo en Europa. Él, que había prometido acabar con las guerras en 24 horas, y que desde que ha vuelto a la Casa Blanca ha ayudado a Israel, ha bombardeado Irán y ha jugado un papel ambivalente en Ucrania. De hecho, ya había demostrado sus dotes negociadoras en Afganistán, en el acuerdo de Doha firmado en febrero de 2020, que muchos analistas consideran una rendición.

La división europea

Europa, mientras tanto, sigue dividida a la hora de frenar una dinámica que pone en peligro su propia esencia. No en vano Steve Bannon, el primer ideólogo de la doctrina Trump, vino a Europa durante un tiempo para abrir las sucursales correspondientes y extender la ideología retrógrada y antiliberal que cada vez tiene más adeptos. Una Europa dividida, incapaz de ponerse de acuerdo en cuestiones básicas de seguridad, política exterior y económica. Si bien es cierto que la Unión Europea parece desinflarse como proyecto político, todavía cuenta con muchas ventajas respecto al resto del mundo. Hay muchas cosas que deben defenderse de este modelo europeo ahora en cuestión.

Quizá tenía razón el president de la Generalitat Pasqual Maragall, un hombre que miraba más allá de su entorno, cuando afirmaba que era necesario crear un partido progresista a escala europea, y que los europeos debíamos elegir al presidente del continente para ganar fuerza democrática y reforzar la identidad europea. Una presidencia ahora encabezada por Ursula von der Leyen, incapaz de ofrecer alternativas a lo que dicta el nuevo cacique del mundo, consecuencia de esta división interna y de la falta de liderazgo europeo. Una presidencia votada directamente podría ser un paso hacia una Europa más fuerte, en un momento en que gana quien tiene más poder, y permitiría defender conquistas sociales y políticas que hoy están más que nunca en el punto de mira. Por eso hay que recordar aquella canción y himno de protesta que nos cantaba Raimon, y que hoy vuelve a ser de plena actualidad:

“ARA QUE SOM JUNTS, DIRÉ EL QUE TU I JO SABEM I QUE SOVINT OBLIDEM. HEM VIST LA POR SER LLEI PER A TOTS. HEM VIST LA SANG –QUE SOLS FA SANG– SER LLEI DEL MÓN. NO, JO DIC NO, DIGUEM NO, NOSALTRES NO SOM D’EIXE MÓN”.

Habrá que ofrecer una resistencia activa a todo lo que está por llegar.

Telegram Linkedin

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #Gaza
  • #Israel
  • #Palestina
  • #trump

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Artículos relacionados

¿Por qué, Gaza? Crimen y mentira para no ver el horror

Josep Carles Rius
16 julio 2025

Del gueto de Varsovia al de Gaza: el uso del hambre como arma de guerra

Amy Goodman y Denis Moynihan
28 julio 2025
Comentarios

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Asturias, patria fresquita
  • Ender Çetin, imam: "En Alemania, posicionarse como ‘propalestino’ se traduce en una retirada de las subvenciones públicas"
  • Un informe sobre extremismo global identifica los nuevos actores del odio en España y alerta de una ultraderecha cada vez más "sofisticada"
  • Abandonar la zona inundada de mierda
  • Sepideh Farsi: "Israel mata a los periodistas para eliminar las pruebas del genocidio"

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea Ayúdanos a hacer La Marea posible. Haz una donación o suscríbete desde 50€ al año

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar