Internacional
Israel ordena evacuar grandes zonas de Gaza mientras bombardea a los desplazados
António Guterres, secretario general de la ONU, afirma que tener a «cinco millones de personas dentro de un país, en su propia tierra y sin ningún derecho» es algo «contrario a la humanidad».
El Ejército israelí ha emitido una orden de evacuación dirigida «a todas las personas que permanecen» en 16 áreas de «la ciudad de Gaza y en Jabalia» para que se dirijan al sur, hacia Al-Mawasi. Allí, dicen, hay «zonas seguras» para ellas. En realidad, estos lugares suelen ser atacados de manera habitual por las fuerzas israelíes.
Según cuenta una colaboradora del medio Al Jazeera que informa desde el terreno, la zona en la que Israel quiere reunir a los desplazados «también está siendo atacada». La táctica parece obedecer al mismo patrón, ya sea contra los centenares de personas que se arremolinan en los puestos de entrega de ayuda humanitaria o contra las miles a las que obligan a desplazarse de una ciudad a otra.
El pasado domingo, las Fuerzas israelíes mataron a seis niños que esperaban obtener agua de un camión cisterna en Nuseirat. Israel justifica la matanza diciendo que fue «un error» y que su objetivo era un paramilitar de Hamás. El pretexto vale igualmente para las cinco personas asesinadas esta madrugada en un ataque contra el campo de refugiados de Shati. O para las 78 que murieron a lo largo de la Franja durante el día de ayer.
La Unión Europea debate esta semana si modificar el acuerdo de asociación con Israel por la violación de derechos humanos, pero el pronóstico no es optimista ya que hay divergencias entre los 27 Estados miembros. Bruselas ansía un gesto por parte de Israel, pero ese gesto no llega. La semana pasada firmaron un acuerdo para la entrada de más ayuda humanitaria, rompiendo así el monopolio de la controvertida Fundación Humanitaria para Gaza, en cuyas colas ya han muerto más de 830 personas palestinas que esperaban alimentos. Pero Tel Aviv, de momento, no otorga los permisos. «No vemos suficientes mejoras sobre el terreno y necesitamos asegurarnos de que todo lo acordado se esté cumpliendo», dijo la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas. La excusa de Israel para cumplir su compromiso es que hay que «separar a Hamás de la ayuda», según explicó su ministro de Exteriores, Gideon Saar.
Estas tácticas de dilación son denunciadas igualmente por Hamás, desde donde señalan al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, como el principal boicoteador del alto el fuego. El grupo islamista ha reiterado su oferta: liberará a los rehenes (los vivos y los muertos) a cambio del fin de los ataques y la retirada total de las fuerzas israelíes. Israel, por su parte, pide la rendición y el desarme de Hamás.
Cisjordania, el objetivo tras Gaza
Hamás parece ser el centro de las preocupaciones del Gobierno israelí, pero no es exactamente así. Las agresiones por parte de colonos judíos en Cisjordania, donde Hamás no tiene verdadera presencia, se suceden con total impunidad. El último crimen que ha conmocionado a la sociedad palestina es la muerte a golpes en un pueblo cercano a Ramala del joven Saif Kamil Musalat y de su amigo Mohamed Shalabi, al que también apalearon antes de dispararle en el pecho. Musalat, que tiene la nacionalidad estadounidense y vivía en Florida, estaba en Cisjordania de visita cuando fue asaltado por un grupo de colonos judíos. Según relatan vecinos del pueblo, fue golpeado durante tres horas antes de morir a causa de la paliza. Miles de personas acudieron al entierro en la aldea de Al Mazraa al Sharqiya.
Según Thameen Al-Kheetan, portavoz del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, «los colonos israelíes y las fuerzas de seguridad han intensificado los asesinatos, los ataques y el acoso sobre los palestinos de Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, en las últimas semanas».
Sobre la masacre de Gaza y los ataques continuos que reciben en los Territorios ocupados, el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que es «algo contrario a la humanidad» tener a «cinco millones de personas dentro de un país, en su propia tierra y sin ningún derecho».
Naciones Unidas y la mayoría de países del mundo (con la excepción de Estados Unidos y de los aliados más acérrimos del presidente Trump) abogan por la solución de los dos Estados. Por eso Guterres hizo hincapié en la importancia de la conferencia internacional que tendrá lugar en París el próximo 28 de julio y que se ocupará específicamente de impulsar ese acuerdo. La cumbre la promueven Francia y Arabia Saudí (países ambos alineados históricamente con Israel) y se espera que el presidente galo, Emmanuel Macron, anuncie entonces el reconocimiento oficial de su país al Estado palestino.
Mientras tanto, el llamado «grupo de La Haya» se reúne hoy en Bogotá para diseñar estrategias diplomáticas y jurídicas con las que frenar la vulneración de los derechos humanos en Palestina. En la capital colombiana está ya la relatora especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos ocupados, Francesca Albanese, que acude a la cumbre con el propósito de «poner fin a la masacre en Gaza, sin retórica, reconduciendo la política a los límites del derecho internacional». Albanese, que investiga crímenes contra la humanidad en Palestina, fue sancionada la semana pasada por Estados Unidos, que considera su trabajo como un apoyo al terrorismo.
La cifra de muertos en la Franja de Gaza desde que Israel lanzó su operación de represalia tras los atentados del 7 de octubre de 2023 supera los 58.300.