Política
Los socios salen en defensa de Sánchez durante el pleno sobre corrupción
El presidente presentó una batería de propuestas para erradicar las prácticas corruptas. Aunque los partidos que respaldaron su investidura reclamaron medidas adicionales, reafirmaron su confianza en el Ejecutivo.
El pleno del Congreso dedicado hoy a la corrupción se convirtió en una especie de cuestión de confianza para el presidente, Pedro Sánchez. Y salió bien parado del trance. Los partidos que apoyaron la investidura corrieron en defensa del actual Gobierno de coalición. Hubo muchos matices (le pidieron más contundencia a Sánchez), pero coincidieron en sostener al Ejecutivo después de los escándalos de corrupción que han salpicado al PSOE por las actividades de Koldo García, José Luis Ábalos y Santos Cerdán. «Me piden la dimisión y la convocatoria de elecciones. Yo mismo he considerado estas opciones. Me pareció la solución más sencilla para mí y mi familia. Pero después de escuchar a mucha gente comprendí que tirar la toalla no es nunca una opción», confesó el presidente desde la tribuna del Congreso.
Especialmente vehemente fue la vicepresidenta Yolanda Díaz, que unas horas antes había perdido a su padre (histórico dirigente de CC.OO.) y que se mostró implacable con la oposición de derechas. Pidió al presidente que no convocara elecciones y que aprovechara lo que queda de legislatura para dar «un giro social».
Lo merece la ciudadanía. Lo necesita el país. Tenemos que avanzar con políticas valientes. Hoy hablé en homenaje a mi padre y una generación que lo dio todo por nuestro país.
— Yolanda Díaz (@yolandadiaz.bsky.social) 9 de julio de 2025, 12:39
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La vicepresidenta tuvo que interrumpir su discurso en varias ocasiones por los gritos proferidos desde la bancada del Partido Popular.
Antes de que los alaridos de PP y Vox trataran de silenciar el resto de intervenciones parlamentarias, Pedro Sánchez volvió a pedir disculpas por la corrupción en el seno de su partido y avanzó 15 medidas para combatirla.
Entre ellas destaca la puesta en marcha de una Agencia de Integridad Pública que asumirá las funciones para la prevención, supervisión y persecución de prácticas corruptas. Asimismo, Sánchez incidió en la importancia de proteger a los denunciantes de corrupción y de someter los partidos y sus fundaciones a auditorías externas independientes. Una de las medidas anunciadas más aplaudidas fue la que hablaba de recuperar «los bienes robados mediante la corrupción». En cualquier caso, el presidente no incluyó entre sus recetas una insistente petición de Sumar: acabar con los indultos a los corruptos condenados.
«Usted tiene que dar garantías. Sé que usted es honrado, pero la ciudadanía progresista está angustiada por la corrupción y porque no quiere que gobiernen las derechas en España», le dijo Yolanda Díaz al presidente.
Feijóo carga contra Sánchez en modo trumpista
Por su parte, Alberto Núñez Feijóo leyó unos papeles llenos de juegos de palabras y acusaciones personales contra Sánchez. «Usted no eligió a personas equivocadas para hacer cosas correctas. Eligió a las personas correctas para hacer las cosas equivocadas que necesitaba para llegar al poder y mantenerse en él», afirmó el líder de la oposición en referencia a Cerdán y Ábalos, cuya presunta corrupción vincula directamente con el presidente.
«Tiene usted el cuajo de compararse conmigo. ¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Usted, que ha sido partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución», atacó Feijóo, rebajando abruptamente el nivel del debate parlamentario. De esa manera borraba la imagen de político moderado y centrista que intentó transmitir en el congreso de su partido, celebrado en Madrid el pasado fin de semana.
Las palabras de Feijóo y, sobre todo, la intervención de Yolanda Díaz, convirtieron los escaños de PP y Vox en un manicomio. Entonces subió Gabriel Rufián (ERC) al estrado y los mandó callar. Directamente. No llegó a utilizar la fórmula del recordado José Antonio Labordeta, pero estuvo a punto. Reprendió a los diputados de las derechas por cargar contra determinados políticos del PSOE, como Patxi López o Jesús Eguiguren, porque «si en este país existe la paz que existe hoy es gracias a que hubo gente que se remangó y negoció». El portavoz de Esquerra se alineaba así con los socialistas en un momento especialmente delicado. El único discurso del PP es «ETA, ETA, ETA… once años después», añadió antes de recomendar a Feijóo que se aparte de la persona que le está marcando la agenda: «Abascal».
En las actuales circunstancias, una moción de censura impulsada por un PP radicalizado en el fondo y en las formas es absolutamente inviable. Y tampoco es probable que se convoquen elecciones, por mucho que lo exigieran, entre bramidos y exabruptos, los diputados de derechas.
En resumen, la sesión parlamentaria demostró que, si bien el PSOE no ha cerrado del todo la crisis desatada por sus casos de corrupción, el Gobierno sigue contando con los apoyos necesarios para seguir adelante con la legislatura.