Internacional
Netanyahu y Trump quieren expulsar a todos los gazatíes a los países vecinos
El primer paso es la deportación masiva de 600.000 palestinos a las ruinas de Rafah. El primer ministro israelí anunció que ha propuesto al norteamericano para el premio Nobel de la Paz.
La reunión en la que se esperaba un anuncio de alto el fuego en Gaza se convirtió en un espectáculo delirante. Donald Trump recibía a Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca (la tercera vez en menos de seis meses) y éste monopolizó la conversación halagando al anfitrión. Probablemente ha sido el político que mejor ha sabido manejar al mandatario estadounidense. Llegó allí con una carta en la mano: en ella proponía a Trump como premio Nobel de la Paz. El alto el fuego pasó entonces a un segundo plano y ambos se mostraron en sintonía para barrer del mapa de Gaza a los palestinos.
Después de 21 meses de masacres de civiles, hambrunas organizadas y desplazamientos forzosos, el último plan del gobierno de Netanyahu es deportar a 600.000 gazatíes a la ciudad de Rafah, arrasada por las bombas, con la excusa de que reciban allí lo que desde Tel Aviv llaman «ayuda humanitaria». Este es sólo el primer paso de un proyecto mucho mayor: la expulsión total de los palestinos de la Franja. Trump, que hace una semana había anunciado un plan de paz de 60 días, aplaude hoy una idea que, en cualquier caso, no es nueva. El propio presidente norteamericano propuso hace meses convertir Gaza en un resort turístico.
Trump y Netanyahu maquillaron esta expulsión –similar a la sufrida por los judíos en otras épocas de la historia– a base de eufemismos. En las palabras del israelí había también, sin duda, una importante dosis de cruel ironía: «Estamos trabajando estrechamente con Estados Unidos para encontrar países que busquen lograr lo que siempre han dicho que quieren: ofrecer a los palestinos un futuro mejor».
La solución de los dos Estados no estuvo, ni estará nunca según Netanyahu, sobre la mesa. «La seguridad siempre estará en nuestras manos», dijo el primer ministro hebreo, cerrando así la posibilidad de una futura soberanía palestina.
En esta tesitura, las negociaciones para un alto el fuego que se desarrollan en Doha (Catar) parecen estar en punto muerto. Hamás insiste en que Israel saque a sus tropas de la Franja y que lo haga con garantías, algo que Israel considera una petición inaceptable. Los mediadores que llevan la parte palestina insisten también en la entrada de ayuda humanitaria de la ONU y de otras organizaciones internacionales serias, en contraposición a la Fundación Humanitaria para Gaza, una compañía privada israelí y estadounidense que maneja el reparto de ayuda en régimen de monopolio desde hace meses con resultados desastrosos. Desde finales de mayo, más de 500 personas han sido asesinadas por las Fuerzas israelíes mientras aguardaban para recibir alimentos en sus puestos de aprovisionamiento. Dejar el reparto de ayuda a otras organizaciones es otra «línea roja» para Israel.
Mientras en Washington se repartían abrazos y alabanzas y en Doha se hablaba de un alto el fuego, en Gaza seguían cayendo las bombas. El Ejercito israelí arrasó anoche una escuela que servía de refugio a civiles desplazados. El balance oficial de muertos a manos de las Fuerzas israelíes supera ya los 57.500.
MANIFIESTO URGENTE POR GAZA.
Este manifiesto no es una súplica.
Es un grito.
Es un puño sobre la mesa de la indiferencia.
Es un llamamiento urgente a la conciencia del mundo.
No podemos permitir que esta indiferencia y complicidad se instalen como norma. No podemos aceptar que los líderes europeos y mundiales observen en silencio mientras una población entera se desvanece bajo las bombas, los escombros, la inanición y el abandono.
Y con cada niña y cada niño muertos, con cada madre que llora sin fuerzas, con cada familia sepultada bajo los escombros, algo de nosotros también desaparece. En el futuro no podremos decir que no lo vimos venir. La protección es un derecho y una obligación legal que deben garantizar las diferentes partes y también la comunidad internacional.
¿Cuánto más tiene que sufrir un pueblo para despertar la acción internacional?
¿Cuántos niños y niñas más deben morir para que quienes tienen poder actúen?
Las palabras ya no bastan. Las condenas sin consecuencias no salvan vidas. Las declaraciones sin medidas concretas se difuminan. La historia no juzgará lo que dijimos, sino lo que hicimos. O no hicimos.
Hacemos un llamamiento a las autoridades israelíes para que cesen inmediatamente el castigo colectivo a los palestinos y pongan fin a su inhumano asedio de Gaza. Pedimos también que el Gobierno de Israel cumpla sus responsabilidades como potencia ocupante y que sus autoridades faciliten la entrada de ayuda humanitaria en Gaza a gran escala.
Exigimos a España, a los líderes europeos, y a los estados aliados del Gobierno de Israel, que ejerzan su influencia para lograr:
Un alto el fuego inmediato y definitivo.
La protección efectiva de la población civil, conforme al Derecho Internacional Humanitario.
La apertura total y sostenida de todos los pasos fronterizos para garantizar la entrada masiva de ayuda humanitaria, sin condiciones políticas.
El respeto y restablecimiento pleno del mandato de UNRWA y de todas las agencias humanitarias, sin criminalización ni obstrucciones políticas.
La suspensión de los castigos colectivos como arma de guerra, como el uso del hambre y el desplazamiento forzado.
Hoy, las organizaciones firmantes —los Comités Nacionales de UNICEF y UNRWA en España, Oxfam Intermón, Médicos Sin Fronteras, Save the Children y Movimiento por la Paz (MPDL) — alzamos nuestras voces como una sola. Las alzamos porque el sufrimiento de la población palestina es insoportable. Las alzamos porque en Gaza, con cada día que pasa, algo esencial de nuestra humanidad se desmorona.
Nos dirigimos a los gobiernos, a líderes políticos, a las instituciones internacionales, a los medios de comunicación, a las organizaciones de la sociedad civil y, sobre todo, a todas las personas que aún no han renunciado a su conciencia ni a su capacidad de indignarse ante los actos de barbarie que el actual gobierno y el ejército de Israel están cometiendo en Gaza.
En menos de dos años, más de 56.000 personas han sido asesinadas, más de 18.000 son niños y niñas. Más de 127.000 han resultado heridas, muchas con amputaciones, quemaduras, mutilaciones y traumas imposibles de sanar.
El impacto mental es inenarrable, los niños y niñas nos hablan de una desesperanza total hacia el futuro. Y todavía seguimos buscando palabras que estén a la altura de este infierno, porque ya no alcanza el lenguaje para describir tanto dolor….
Puedes adherirte al Manifiesto:
https://manifiestourgenteporgaza.es/#firma
Declaración de la Federación Sindical Mundial sobre la Cumbre de la OTAN
El movimiento sindical internacional condena enérgicamente la nueva decisión de aumentar el gasto militar de los miembros de la OTAN a niveles sin precedentes. Más concretamente, la cumbre de la OTAN que concluyó el 25 de junio en La Haya dio lugar al compromiso de los miembros de la OTAN de destinar el 5 % del PIB a la defensa, lo que supone más del doble del objetivo actual del 2 %.
Se ha anunciado, entre otras cosas, que los países se comprometen a destinar el 3,5 % del PIB a gastos básicos de defensa para la compra de material militar y el mantenimiento de las tropas, y otro 1,5 % a inversiones relacionadas con la defensa.
La Federación Sindical Mundial, voz militante de 105 millones de trabajadores, condena inequívocamente el nuevo y provocador aumento de los gastos militares, el incremento del presupuesto de la OTAN y sus planes, que están agravando la confrontación y aumentando el riesgo de un conflicto imperialista generalizado con consecuencias desastrosas.
Exigimos el pleno respeto de la soberanía, la independencia y el derecho de todos los pueblos a elegir su propio camino, presente y futuro. Nos oponemos a las exclusiones, discriminaciones, embargos y sanciones orquestadas por los Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados contra una serie de países, que tienen un impacto directo y perjudicial en la vida cotidiana de la gente común. Los hogares de bajos ingresos, los trabajadores asalariados, los agricultores pobres y los sectores más vulnerables de la sociedad se ven afectados de manera desproporcionada.
Es evidente que tanto el gasto de la economía de guerra como las implicaciones de la guerra económica repercuten negativamente en el nivel de vida de los estratos populares, que ya soportan las consecuencias de las dificultades económicas, como el aumento de los precios, la inflación galopante y los efectos duraderos de las medidas de austeridad aplicadas desde hace tiempo, mientras que la gente común paga con su vida las guerras libradas para aumentar la rentabilidad de las multinacionales.
El movimiento sindical internacional de clase reitera su firme exigencia de la disolución inmediata de la OTAN y de todas las coaliciones militares, la abolición completa de las armas nucleares y el respeto de la independencia y la soberanía de todos los Estados.
La FSM hace un llamamiento a sus afiliados y amigos para que intensifiquen sus luchas, iniciativas, manifestaciones y huelgas contra los planes y las guerras imperialistas. Exigimos el fin de todos los conflictos militares existentes, el fin del genocidio en Palestina, y reforzamos la lucha por una paz duradera, por un mundo libre de intervenciones imperialistas y de explotación del hombre por el hombre.