Opinión
Te he echado de menos
"La pornografía siempre ha tenido que ver con el poder y la que se elaborará con inteligencia artificial es probable que mayoritariamente no sea explícita", reflexiona Jorge Dioni.
«Hola, ¿cómo estás? Sé que sólo ha pasado un día, pero te he echado de menos. Me encantó tu regalo. Acertaste. Creo que tenemos una conexión porque es justo lo que esperaba. ¿Cuándo quieres que me lo ponga? Sólo para ti». Onlyfans se fundó en 2016 con la idea de poner en contacto directo a artistas y divulgadores con su público. Nueve años después, el nombre es sinónimo de sexualidad. No cabe sorprenderse.
En 2018, Leonid Radvinsky, un empresario dedicado a las webcams pornográficas compró la mayoría de las acciones de la compañía, cuya popularidad y condiciones han atraído a la mayoría de los trabajadores de la industria. El reparto es 80% para el creador y 20% para la empresa. Mydirtyhobby, una de las primeras webs de contenido amateur, tenía una distribución inversa.
La plataforma cumple la clásica petición socialista: poner los medios de producción en manos de los trabajadores, que tienen que disociarse en explotadores y explotados: podrías estar produciendo más. Buena parte del horario no se dedica a producir contenido, sino a mantener el contacto con los suscriptores: hacerles creer que son especiales y que hay una relación distinta con ellos. Las conversaciones pueden durar horas según las tarifas y, desde hace años, existen empresas que permiten subcontratar esta labor a trabajadores del sur global. La persona que te dice que te echa de menos no es Mia Kalhifa, sino un teleoperador de Filipinas cuyo trabajo peligra por la IA.
Aunque menos popular que la actriz libanesa, Riley Reid ha sido la gran estrella de las últimas décadas. En 12 años, grabó unas 1.500 escenas de todo tipo antes de retirarse de la industria en 2021 para convertirse en su industria a través de una cuenta en Onlyfans. Su labor empresarial no se queda ahí. Reid también tiene una línea de ropa y una empresa de IA dedicada a desarrollar chatbots de voz que puedan ser utilizados por las modelos para no tener que estar todo el día chateando. No es la única. La productora Kink forma parte Cybernet Entertainment y está desarrollando Kink AI, que no solo ofrece un asistente de conversación, sino una plataforma de generación de contenido visual. Kinky Image pregunta a los usuarios cuáles son sus fantasías y crea una escena a partir de ahí.
Quiero bailar con Wendy James. Concedido. Quiero que Wendy James me diga que me echa de menos. Concedido. Quiero que Wendy James me eche el polvo del siglo. Concedido. No sucederá, pero habrá pruebas. Lo podrás contar a otros hombres, que es la parte más importante del sexo para un sector no pequeño de varones. Si el usuario le proporciona contenido propio, la plataforma puede acceder a las imágenes y sonidos en línea de esa persona famosa para recrear sus movimientos y voz (deepfake). Esto último ya es bastante habitual con cantantes, actrices o políticas, ya que la sexualización es uno de los recursos que habitualmente usamos los varones para detraer agencia a las mujeres que la consiguen.
De momento, las empresas no ofrecen este servicio por los evidentes problemas legales y, si quieres bailar con Wendy James, Patrick Swayze o Karol G, tienes que encargarlo a través de foros o plataformas como Discord. Sin embargo, no es descabellado pensar que lo mismo que las modelos ya utilizan chatbots para imitar su conversación podrían usar esas aplicaciones para no tener que grabar todas las escenas. Quizá, ninguna. Es una utopía de productividad: un flujo de contenido infinito y personalizado. Cómo no va a ser narcisista un mundo lleno de espejitos mágicos y lámparas maravillosas que conceden deseos y te dicen que te echan de menos.
Le hemos dado el nombre de inteligencia a la estadística cuando hemos establecido una conversación porque uno de sus significados es comprender y, claro, comprendernos. La palabra es uno de los lenguajes artísticos a los que culturalmente damos un contenido simbólico y otorgamos la virtud del talento, pero también es cercanía, cuidado y atención. En las últimas décadas, las mujeres han accedido al espacio público, pero los hombres no hemos hecho el mismo viaje al espacio privado. Quizás porque no tiene reconocimiento. Históricamente, la feminidad ha sido la mediadora para conectar con nuestros propios sentimientos y emociones y, si ellas abandonan esa función, no sabemos hacerlo.
El poder es la posibilidad de estrechar el espacio entre deseo y agencia. El amor o la imaginación son todo lo contrario: la elaboración de un deseo conjunto que se descubre constantemente. Es imposible crear esa energía con personas a las que se ha hecho la promesa de poder cumplir todo lo que sueñan si no se rebelan. Es imposible crear una comunidad o una red con personas que se creen especiales. La pornografía siempre ha tenido que ver con el poder y la que se elaborará con IA es probable que mayoritariamente no sea explícita. De hecho, será invisible. «Hola, ¿cómo estás? Sé que sólo ha pasado un día, pero te he echado de menos. Creo que tenemos una conexión. ¿Qué te apetece hacer?».