Internacional
Israel bombardea un hospital al oeste de Irán
La ONU pide «una desescalada y una vía diplomática para terminar con los ataques». La cifra de muertos asciende al menos a 23 israelíes y 224 iraníes desde el inicio de las hostilidades.
Israel ha bombardeado hoy un hospital en Kermanshah, al oeste de Irán. Continúa así su campaña de ataques iniciada la semana pasada con la excusa de la amenaza que supone el programa nuclear iraní. El recuento de muertos hasta el momento es, al menos, de 224 iraníes y 23 israelíes desde el inicio de las hostilidades.
«El criminal régimen sionista lanzó un ataque con misiles contra el hospital Farabi, así como contra edificios circundantes en Kermanshah», informó la agencia estatal IRNA. Por el momento se desconoce el número de heridos en estos bombardeos ni cuál era el objetivo de Israel al iniciarlos.
El ministro hebreo de Defensa, Israel Katz, se retractó hoy de sus palabras tan sólo unas horas después de amenazar a la población civil iraní. «No hay intención de dañar físicamente a los residentes de Teherán como el dictador asesino [en alusión al líder supremo Alí Jamenei] está haciendo con los residentes de Israel», aseguró Katz en un mensaje lleno de ambigüedades. «Los residentes de Teherán se verán obligados a pagar el precio de la dictadura y a evacuar sus hogares de las zonas donde será necesario atacar objetivos del régimen e infraestructura de seguridad en Teherán», añadió en una declaración premeditadamente enmarañada en la que aseguraba una cosa y la contraria.
Por su parte, Volker Türk, alto comisionado de los Derechos Humanos en la ONU, pidió rebajar la tensión y volver a la senda diplomática: «La escalada militar entre Irán e Israel es muy preocupante. Me uno a todos aquellos que están pidiendo una desescalada y una vía diplomática para terminar con los ataques. Llamo a ambas partes a que respeten las leyes internacionales, particularmente en lo que respecta a la protección de los civiles en zonas densamente pobladas».
Las autoridades iraníes confirmaron ayer que el balance de víctimas mortales por los ataques israelíes que se suceden desde el viernes alcanza las 224 personas, sin contar, claro, con las bajas que previsiblemente se habrán producido hoy durante el bombardeo de Kermanshah. El Ministerio de Salud de Irán cifra el número de heridos en más de 1.000. Entre los muertos, según el Gobierno hebreo, está el jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Mohamad Kazemi, y su número dos, Hasán Mohaqeq.
Israel, por su parte, cifra en 23 personas su número de bajas desde que Irán lanzara el contraataque. Los últimos muertos se contabilizaron este lunes, cuando se hallaron los cuerpos de tres personas en Haifa (al norte) y el cadáver de un hombre de unos 80 años cerca de Tel Aviv, según han informado la Policía y los rescatistas israelíes.
Estas bajas suponen una nueva contrariedad para Benjamin Netanyahu, acosado por las acusaciones de corrupción y por desavenencias con los partidos ultrarreligiosos de su gabinete. El primer ministro israelí se enfrenta a la oposición de una parte del país que ve cómo su huida hacia delante para conservar el poder los está poniendo gravemente en peligro. Desde su gobierno han reiterado que el sistema de defensa no es 100% infalible y han advertido de que los próximos días pueden ser aún más difíciles.
En Irán, muy al contrario de lo pretendido por Netanyahu con su ataque, no parecen dispuestos a abandonar su programa nuclear. Es más, Teherán ya está redactando una ley para abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.
El anuncio lo hizo este lunes el portavoz del Ministerio de Exteriores, Ismail Baghaei, quien afirmó, sin embargo, que el gobierno iraní mantiene su oposición «al desarrollo de armas nucleares».
Desde el pasado viernes, Israel ha atacado al menos tres instalaciones nucleares (Natanz, Fordó e Isfahán) y asesinado al menos a nueve científicos iraníes.