Internacional
De la mina al campo de batalla (y las nuevas tensiones geopolíticas)
Documentos analizados en un informe del Centre Delàs muestran preocupación, tanto en EEUU como en la UE, por la posibilidad de que se interrumpa o suspenda la exportación de materiales críticos para la industria de defensa.
«Asegurarse un suministro de los considerados materiales críticos esenciales para la industria militar puede provocar graves tensiones geopolíticas que pueden desembocar en enfrentamientos bélicos, ya que las políticas de defensa tanto de la UE como de la OTAN no descartan el uso de la fuerza militar para garantizar el acceso a los productos esenciales para el desarrollo de sus Estados miembro«. Es la conclusión de un nuevo informe del Centre Delàs de Estudios por la Paz: De la mina al campo de batalla. En él se analizan documentos oficiales de Estados Unidos y la UE para determinar cuál es la dependencia de ciertos materiales por parte de la industria de defensa.
Los textos muestran, según el estudio, la preocupación que suscita, tanto en EEUU como en la UE, la posibilidad de que se interrumpa o suspenda la exportación de materiales críticos, con los que se consiguen aleaciones con propiedades más ventajosas, dispositivos más pequeños, más eficientes, etc. En caso de que se produjera esta disrupción, se pondría en peligro la producción de determinadas armas.
La producción de estos materiales se concentra en pocos países y, en muchas ocasiones, son países que consideran rivales y competidores, fundamentalmente China. En la mayoría de los casos ni la UE ni EEUU tienen recursos minerales propios para hacer frente a una interrupción del suministro. Además, en muchos casos no existen materiales sustitutorios como alternativa viable. Y cuando los hay, incluso aumentando su reciclaje, difícilmente se podrían compensar las necesidades de las interrupciones.
“La UE percibe a China como un competidor económico y un rival sistémico. Pero debería abandonar esta postura y pasar a mantener con China una relación de diálogo, entendimiento y colaboración. Tiene mucho que ganar. Y no se vería involucrada en las rencillas económicas y geopolíticas entre EEUU y China”, señala la investigadora del Centre Delàs y coautora del informe, Teresa de Fortuny.
Por otro lado, el estudio recoge que China representa hoy, para EEUU, el mayor competidor en la hegemonía geopolítica y económica mundial. La publicación alerta que este antagonismo puede llegar a ser un obstáculo en el acceso de EEUU a las materias primas chinas, y apunta a que la nueva administración estadounidense no suavizará la situación.
“Es muy preocupante que, sobre todo EEUU y la OTAN, señalen a China como una amenaza a su seguridad. ¿Cómo responderá EEUU en caso de interrupción del suministro de algunos de estos materiales procedentes de China? ¿Usará la fuerza armada? Las amenazas son constantes”. Los autores opinan que la relación entre Estados Unidos y China, en lugar de basarse en una política de enfrentamiento y amenaza como hasta ahora, también debería basarse en una política de cooperación y ayuda mutua.
El gasto militar mundial en 2023 fue de 2,44 millones de millones de dólares, según datos publicados por el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Esto representa un incremento del 6,8% respecto al gasto de 2022 y es la mayor tasa de incremento interanual desde 2009. También supone ya nueve años consecutivos de aumento del gasto militar mundial.
El impacto climático
Es previsible, por tanto, que la demanda de armamento aumente. Y, por tanto, el impacto medioambiental de la minería de los materiales necesarios para la industria de defensa. La mayoría de estos materiales críticos se obtiene en minas a cielo abierto y su proceso de extracción y refinamiento son altamente contaminantes y emiten gran cantidad de gases de efecto invernadero. Con el agravante añadido de que muchos países productores de estos materiales tienen una regulación medioambiental, laboral y de respeto a los derechos humanos muy laxa.
“Es indiscutible que una reducción drástica del gasto militar y, por tanto, de la fabricación de armas, disminuiría las tensiones geopolíticas derivadas de los problemas de abastecimiento de la industria militar. Paralelamente, disminuiría también el impacto medioambiental del militarismo. Haría de este mundo un lugar más seguro y sostenible”, concluye el investigador del Centre Delàs y coautor del informe, Xavier Bohigas.
Son «cuatro» auténticos diablos o profundos desequilibrados los amos del mundo.
Sus habitantes somos más de 8.000 millones.
Claramente se puede ver que nos dirigen como a un gran rebaño de borregos.
Si estuviéramos despiertos, informados y formados en valores, seríamos los Pueblos los que decidiríamos nuestro futuro.
No es vergonzoso que permitamos que «cuatro» decidan y dispongan por nosotros?