El juez del caso Rubiales pide a los testigos más “claridad” y menos “chulería”

«¡Perdone! Mi paciencia está llegando a un límite», exclamó el juez de la Audiencia Nacional José Manuel Fernández-Prieto González ante el tono displicente de Pablo García Cuervo, antiguo responsable de comunicación de la Real federación Española de Fútbol (RFEF), durante su declaración en el juicio a Luis Rubiales por presunta agresión sexual a la futbolista Jenni Hermoso. «Usted viene aquí a declarar. Basta ya de esas contestaciones. Viene a exponer las cosas con claridad, no con chulería», señaló el magistrado.

García Cuervo, en medio de muchas evasivas, acabó reconociendo que el comunicado que publicó la RFEF en el que Jenni Hermoso restaba importancia al beso no consentido de Rubiales se hizo atribuyéndole unas palabras que en realidad no dijo. Aquellas declaraciones («Ha sido un gesto mutuo, totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez») fueron inventadas, pero veraces según García Cuervo, quien confiesa que se guió por lo expresado en la Cadena COPE por Hermoso para elaborarlo y difundirlo. «Lo redacté con la supervisión del presidente», añadió.

El magistrado reprendió también al seleccionador español, Luis de la Fuente, durante su declaración. «Usted viene a hablar de lo que se le pregunta. Uno no elige de qué va a hablar», le dijo Fernández-Prieto cuando De la Fuente se quejó de las preguntas de la teniente fiscal, Marta Durántez. La pregunta que molestó al seleccionador fue la referida a su presencia en la asamblea extraordinaria de la RFEF, tristemente famosa por el «No dimitiré, no dimitiré» del entonces presidente Rubiales, que fue aplaudido por los asistentes, De la Fuente entre ellos.

El seleccionador, al que el juez recordó que al declarar en calidad de testigo debía decir la verdad, aseguró que no fue consciente de la repercusión del beso hasta que estuvo en el avión de vuelta a España y que no sabía nada del comunicado. Su respuesta se contradice con lo expuesto durante la fase de instrucción. También negó haberse reunido con Rubiales para tratar el tema diciendo que estuvo en «un despacho colindante», pero no en el sitio donde se estaban tomando decisiones. Otros testigos sí lo sitúan en aquella reunión, por lo que la fiscal ha abierto la puerta a su imputación por «falso testimonio».

La Fiscalía solicita una pena de dos años y medio de prisión para Luis Rubiales, acusándolo de agresión sexual por el beso no consentido a Hermoso y de haber ejercido, presuntamente, coacciones para que la futbolista respaldara públicamente su comportamiento.