Las prohibiciones para acceder a los puertos y las trabas para informar dificultan la cobertura de las migraciones

La productora EntreFronteras y el Sindicato de Periodistas de Andalucía denuncian en un estudio las trabas y los problemas de acceso tanto a los puertos como a las fuentes de información primarias que quienes cubren la información sobre migraciones sufren a menudo durante su trabajo. El informe Periodismo y Migraciones concluye, a través de entrevistas a profesionales de este ámbito, que en 6 de los 7 puertos españoles analizados, los profesionales encuentran dificultades para acceder a testimonios, ya que no pueden acercarse a las personas que llegan. Además, en cinco de esos puertos es difícil o imposible el acceso a dependencias portuarias para informar, y en dos de ellos el acceso a la prensa está vetado.

Los puertos de Alicante, Cartagena, Almería y Arguineguín, en Gran Canaria, son aquellos en los que los profesionales encuentran más problemas para desarrollar su trabajo, ya que, además de no existir zonas habilitadas para ello, hay áreas cercadas que impiden a los periodistas acercarse a recoger los testimonios de quienes llegan, tomar fotografías o grabar. Unas tareas que a menudo tienen que hacer a varios kilómetros de distancia.

El muelle de Arguineguín ha sido, durante 2020, uno de los principales epicentros informativos en la cobertura de las migraciones. Según el estudio, los profesionales de la prensa escrita canaria valoran negativamente la cobertura y consideran que existen grandes trabas, que también sufren, incluso en mayor medida, los profesionales gráficos, ya que tienen que buscar localizaciones alejadas del lugar de los hechos, lo que empeora la calidad de su trabajo.

El periodista Eduardo Robaina, quien cubre la situación en Arguineguín para lamarea.com, ha denunciado en varias ocasiones esta censura informativa y la dificultad de los profesionales para llevar a cabo su trabajo en el muelle.

Una de las cosas a las que ha apuntado Robaina es a que cada día se sigue un criterio distinto. En el caso de Arguineguín, «cuando no es la policía, es Cruz Roja». A esto también hace referencia el mencionado informe. Una de sus principales conclusiones es la falta de criterios uniformes que regulen el acceso de la prensa a las dependencias portuarias españolas cuando se producen llegadas de personas migrantes.

El informe señala que estas actitudes y medidas violan el Artículo 20 de la Constitución Española, donde se reconoce el derecho «a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión» y a ejercerlo sin ningún tipo de restricciones motivadas por «ningún tipo de censura previa».

Motril es la excepción

Entre los puertos analizados, el de Motril es el único del que los profesionales reportan buenas prácticas. Así, valoran de forma positiva tanto el acceso como la cobertura de llegada de migrantes. Además, consideran que la colaboración de las administraciones públicas y privadas en el acceso a los datos que demandan es satisfactoria.

En Motril no suele haber trabas, según recalca el informe, y en caso de existir, las autoridades median para llegar a acuerdos rápidos y satisfactorios.

Pero estas facilidades no son lo habitual. En Málaga, uno de los puntos en los que los periodistas han encontrado obstáculos informativos desde 2017, la situación ha mejorado, aunque el contacto con las personas que llegan sigue vetado y el espacio reservado a la prensa es «mejorable», tal y como detalla el estudio. En Algeciras, las dificultades se acentúan cuando las llegadas de migrantes son más numerosas, aunque la situación a la hora de informar también es algo mejor que en otros puertos.

El informe termina con una advertencia de los profesionales gráficos de la información, quienes han observado una tendencia cada vez más extendida en los medios de comunicación de publicar contenidos oficiales u oficiosos –comunicados o notas de prensa y fotografías corporativas– en lugar de apostar por contenido propio. Según apuntan EntreFronteras y el Sindicato de Periodistas de Andalucía, «estas prácticas repercuten negativamente en la pluralidad informativa al reproducir desde diferentes posiciones una misma visión de la realidad, la institucional; sin someterla a ningún tipo de filtro».