Sociedad

“No somos esclavos”: el reclamo antirracista de los obreros agrícolas de Lleida

Viajamos a Lleida para hablar con trabajadores y trabajadoras migrantes del campo. Sus denuncias ya no versan tanto sobre explotación o incumplimiento de la normativa laboral, sino sobre el racismo estructural de nuestra sociedad. "A los negros nos tratan como a una mierda", espeta Sasha, trabajadora de los almacenes de la fruta. "Quiero justicia", sentencia.

Comentarios
  1. Mi padre contrataba en la construcción inmigrantes y los trataba muy bien, incluso cuando quebró la empresa se endeudó para poder pagarles, siempre estuvieron contentos y agradecidos.

    Cuanto daño hace un “artículo” como este que habla mal de empresarios que no conocen un solo día de descanso que simplemente usan una tradición (de jóvenes íbamos a las campañas de la fruta en verano y dormíamos a pelo bajo el cielo). Y acusar de racismo cuando la mayoria de veces es miedo o protección contra lo desconocido. No se puede por unos casos generalizar, en Catalunya no hay racismo, no por parte de los catalanes que bastante estigmatizados estamos por los españoles y aguantamos nuestra parte de discriminación.

    Muy mal el artículo.

  2. Me parece una buena manera de denunciar la situación de LLeida, pero, permíteme preguntar, cómo és que esperamos a la pandemia para descubrirlo?, porqué parece que hace más de 20 anos que ocurre esta tragedia…y nosotros mirando pa’otro la’o y ningún político en el banquillo, qué guai!
    Luego, qué pasa en Almería? o es que no interesa hablar de ello, habitáculos de plàstico sin agua corriente, condiciones de trabajo muy precarias, trabajadores sin papeles,….y aquí no pasa nada!! y echamos la mirada pa’l otro la’o….una sociedad francamente hipócrita, eso sí!
    Venga,

  3. Como puede ser que los fruteros de Lleida basen sus empresas en el trabajo de emigrantes ilegales? No hay gente Local para trabajar pues la empresa se cerra. Contar com mano de obra ilegal és imoral y una vergüenza. Que cierren las Empresas o que recojan ellos mismos su fruta

  4. Al que no le guste que salga por donde entró. Ya vale venir pedindo com cara de corderito manso y a los pocos meses exigir lo que los locales no tienen

  5. Los españoles todavía no se han dado cuenta de que viven en un país en banca rota y que a muchos de ellos les va a tocar emigrar, quizás a Africa. Hay que tener más cuidado en cómo tratar a la gente. El mundo da muchas vueltas.

  6. Crecí siendo niño esclavo, desde los 10 años mi padre me llevaba a mi y a mi hermana, madre, abuelo y abuela a la recolecta de la manzana y pera. Todo el verano, a temperaturas que rozaban los 40, 10-12 horas al sol, sábados incluidos porque la fruta no espera. Mi padre, otro esclavo, granjero, 50 años sin faltar un solo día al trabajo porque los cerdos tampoco pueden esperar a comer. En estos 50 años mi padre ha tenido 2 coches, no hemos mandado en abundancia pero no nos ha faltado nunca un buen plato y cariño.

    El trabajo en el campo es duro, y la cultura en los pueblos no es tan «avanzada» como la cosmopolita, y la gente es más cerrada, seas del color que seas. Pero los valores de la gente de pueblo son mejores que la competitividad de la ciudad. No es correcto que critiquéis a la gente de mi tierra desde un punto de vista oportunista. «Sóc de Juneda, Lleida», a mucha honra, y pese a que llevo más de media vida fuera, lo seré siempre. Lleida lives matter too!

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