Inés, el cuento de Navidad de La Marea

Pues sí, no nos vamos a poner estupendas. En La Marea, los cuentos de Navidad también existen. Si no, ¿cómo íbamos a estar aquí siete años después? Sí, cumplimos siete años. Y este espacio dedicado a dar las gracias, a recoger cómo otras personas dan las gracias, te lo vamos a dedicar, en esta ocasión, a ti. A todas y a todos. A quienes desde el principio siempre nos habéis apoyado. A quienes habéis llegado más tarde. A quienes nos hacéis reflexionar. A quienes no dejasteis de animarnos cuando hace un año, solo un año, estuvimos a punto de irnos con los trastos a nuestra casa. A todas y a todos. También a quienes no os gusta el lenguaje inclusivo pero escucháis atentamente nuestras explicaciones. Ya os convenceremos, ya. O no. A quienes nos dijisteis con razón que nos habíamos equivocado. Y también, de manera muy especial, a una persona que se equivocó. A Inés.

Inés es una mujer que un día de verano nos dio un alegrón. Nos hizo una transferencia que se correspondía con una cantidad que necesitábamos. No sabíamos quién era, pero la buscamos y le dejamos un mensaje para agradecerle la donación y comprobar que todo estaba bien.  No contestó, pero aquel dinero cayó en la cuenta como agua de mayo –en La Marea siempre es mayo para eso–. Así que, finalmente, lo gastamos en pagar unos atrasos urgentes.

Al poco tiempo, Inés, la misma Inés, nos llamó. ¡Qué bien, Inés! Sin embargo, como en todo buen cuento de Navidad, antes de llegar al final,  pasó algo malo. Aquel primer alegrón se convirtió en pesar ese otro día. Oh, no. Había habido un error, Inés se había equivocado de cuenta. Imagínense el drama, en pleno septiembre. Superado el shock inicial, nos arremangamos para devolver el dinero  y dimos gracias por el error que nos ayudó a afrontar la sequía de cada verano. Inés, por cierto, es desde hace años suscriptora de La Marea. 

Y otro día, un tercer día, Inés, la misma Inés, como sucede en todo buen cuento de Navidad, nos hizo otra transferencia. Como en La Marea siempre es mayo, para bien o para mal, nos vino muy bien. «Esta vez sí es para vosotros», nos escribió.  Entonces no sabíamos aún que la ilustración que le hizo nuestra compañera Atxe en señal de agradecimiento sería el origen de la portada de la revista que acabamos de cerrar.

Leerán en ella unas páginas un tanto moviditas, por seguir con el símil de la ola. Vamos camino de una década… nueva. Dejésmolo así. Pero si quieren –y ojalá así sea– aquí seguiremos remando. Hasta que los cuentos de Navidad dejen de existir. Gracias, queridas y queridos lectores. ¡Feliz 2020!