Otra violencia invisibilizada: la que sufren las mujeres en el embarazo

Una de cada cuatro mujeres embarazadas (el 22,7%) sufrió durante los meses previos al parto algún tipo de violencia dentro de su pareja, según una investigación realizada entre mujeres gestantes en 15 hospitales de Andalucía. El estudio, incluido en la tesis doctoral de María Casilda Velasco Juez, determina que el 21% padeció violencia emocional y el 3,6%, violencia física o sexual. En este grupo, el 36,1% denunció que la violencia se producía “muy a menudo” o “diariamente”. El porcentaje de las que padecieron una mayor severidad, con hematomas, quemaduras o huesos fracturados, es del 20,3%. Los casos más vulnerables se dieron en aquellas mujeres que tenían una relación «sin compromiso» o que no tenían apoyo en su entorno. Las mujeres con trabajo se situaron en el polo extremo.

La tesis, pionera en el estudio de esta violencia específica, fue presentada en la Universidad de Granada en 2015. «Me di cuenta de que llegaban mujeres maltratadas muy visiblemente, como el caso de una mujer con un edema cerebral debido a la violencia física que había ejercido el marido sobre ella. Me impresionó muchísimo. Comencé a buscar y comprobé que en EEUU existía mucha investigación, pero no en España», cuenta Velasco, matrona jubilada hace un año. «Siempre he trabajado en el paritorio y ahí no tienes tiempo de abordar el tema. Además, hay violencias menos evidentes. Por eso es importante que dentro del control de embarazo se realice un cribado, poder preguntar a todas las mujeres sobre este asunto y ver de qué forma se puede hacer, con formación de los profesionales», añade.

La autora destaca el riesgo que esta violencia supone para la salud tanto de la gestante como del feto: «Si entre las mujeres que no padecen violencia la amenaza de parto pretérmino o prematuro oscila entre un 6% y un 7%, entre las que son víctimas de violencia el riesgo se dispara a entre el 13 y el 15%». Con respecto a la violencia psicológica, la investigación afirma que hay 2,1 veces más probabilidad de tener una amenaza de parto prematuro y la probabilidad se dispara 4,7 veces más entre las que no tienen apoyo en su entorno.

Según el estudio, que concluye que las mujeres que sufren violencia acuden más a urgencias e ingresan más durante el embarazo, se detiene también en casos particulares como la anemia o infecciones durante la gestación: «Entre las que presentan violencia, la probabilidad es de 1,7 más de padecer esas dolencias, particularmente las infecciones vaginales, 2,4 veces más probabilidad».

El estudio ha sido facilitado por la organización Medicusmundi, que considera que se debería incluir de manera rutinaria la detección de la violencia en el control del embarazo y la puesta a punto de protocolos de actuación en los casos necesarios: «El personal sanitario no dispone de herramientas para abordarlo: existe una falta de recursos, de conocimientos y habilidades, de tiempo para preguntar… o piensan que su intervención no va a cambiar el comportamiento o los problemas estructurales», afirma en un comunicado en el que señala el siguiente dato: tres de cada cuatro mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en 2015 tenía entre 18 y 44 años, edad en la que acuden con cierta regularidad a los servicios de salud. «Sin embargo estas mujeres no fueron identificadas por los servicios sanitarios como mujeres en riesgo», concluye.