#5N: el antiespecismo sale a las calles en defensa de los animales

«Iremos unos pocos, pero representando a millones. Millones de animales que son explotados, torturados, encarcelados y asesinados cada día. Esta realidad no es necesaria ni deseable para nadie. Tenemos que entender que los demás animales no están para servirnos, sino para vivir. Como nosotros».

La que habla es Laura L. Ruiz, periodista madrileña y una de las personas que participarán este sábado en una manifestación que lleva por lema «Respeto y libertad para los animales: luchemos hasta el fin del especismo». Una concentración que tendrá lugar a las cinco de la tarde en la Plaza de España de la capital, y en la que participarán diversos colectivos que tienen los derechos de los animales como principal caballo de batalla, convocados por la Asamblea Antiespecista de Madrid y el Colectivo 1 de Noviembre.

El término ‘especismo‘ fue un acuñado en 1970 por el psicólogo británico Richard D. Ryder, que lo definió como «la discriminación moral basada en la diferencia de especie animal”. Para los convocantes, se trata del «sistema de creencias que nos lleva a mantener una jerarquía según la cual se cree que hay especies que deben dominar a otras y que la nuestra, la humana, debe dominar a todas».

«En este 5Nantiespecista no reivindicamos mejoras jurídicas para los animales y sus realidades: mostramos en la calle las realidades que éstos viven y algunas de las posibles soluciones. También recordamos las personas que han caído muertas o en la cárcel luchando por su libertad. Esta visibilización también tiene el objetivo de recordar y llamar a la acción a activistas para que no se queden en el mero rechazo de servicios o productos de origen animal», explican desde la organización.

Entre esos animalistas muertos en prisión destacan figuras como la del activista británico Barry Horne, que falleció en 2001 tras cuatro huelgas de hambre mientras cumplía una condena de 18 años de prisión. En España, muchos siguen recordando el caso de Nahuel, el joven de 25 años perteneciente al colectivo Straight Edge Madrid, de ideario anarquista y antiespecista, que lleva un año en prisión acusado de un presunto delito de pertenencia a organización criminal con fines terroristas por incendiar dos sucursales bancarias vacías

Para los responsables de la convocatoria, la lucha por los derechos de los animales no es única ni excluyente. «Hay muchas luchas en las que implicarse», señalan. «Nosotros no solemos jerarquizarlas: todas son importantes y todas merecen energía. De hecho, por eso mismo solemos compartir luchas. Pero para nosotras, el antiespecismo tiene una gran importancia si atendemos al número de víctimas y el tipo de violencia a la que son sometidos los animales. Esto nos llama a actuar y a consensuar una fecha donde visibilizar el antiespecismo por el que luchamos día a día».

Los partidos no son bienvenidos

Desde el Partido Animalista (PACMA), su presidenta, Silvia Barquero, explica a La Marea que su organización escribió a la organización de la protesta para ofrecerles su apoyo a la misma. «Se nos dijo que no éramos bienvenidos», lamenta. En ese sentido, el comunicado de los convocantes no deja lugar a dudas: «No creemos en leyes que nos impongan formas de pensar y actuar. Entendemos que la libertad del resto de animales va de la mano a un rechazo consciente de la injusticia. De un posicionamiento político que involucre nuestras vidas y no dependa de crear un miedo social a través de penas o prohibiciones. Entendemos que la vida misma es política, no entendemos la política institucional impuesta desde unos pocos y a base de pactos y reformas».

«Desde PACMA buscamos cambios legislativos desde el ámbito político, y eso pasa por conseguir cambiar las leyes», añade Barquero. Unos cambios que, en opinión de la presidenta del Partido Animalista -que obtuvo 284.000 votos para el Congreso en las últimas elecciones generales- han de ser paulatinos. «Hemos puesto el foco en luchas concretas que, por el momento, creemos más viables y efectivas, como la prohibición de la tauromaquia. Mucha gente no entiende un lenguaje como el que maneja el movimiento antiespecista».