Una exposición de mierda

El 19 de noviembre ha sido declarado por las Naciones Unidas, Día Mundial del Retrete, algo que muchos tomarán como una broma de mal gusto, pero que no tiene nada de risa. Más de 2.500 millones de personas no tienen acceso a un saneamiento adecuado de sus residuos corporales, con lo que ello implica para su salud.

Ya están lejos los tiempos en los que John Snow (1813-1858) estableció una relación entre casos de cólera y fuentes donde los londinenses se abastecían de agua. El número de muertos era muy superior en las situadas después de los vertidos de aguas fecales. Una fuente simulada en Broad Street conmemora actualmente esta perspicacia científica que contribuyó a salvar miles de vidas.

El Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid ha querido sumarse a este día con una exposición generalista, que abarca todas (o casi) las excretas producidas por los organismos vivos: planta, animales y humanos. Quien dice excreta dice caca, pis, flato, sudor y otras, que son importantes por lo que nos informan de nuestro estado de salud, alimentación y comportamiento, pero también por el impacto que producen en la naturaleza. La cantidad de litros de orina y kilos de excremento que producen 7.000 millones de habitantes cada año es astronómico, y aunque los materiales orgánicos suelen ser biodegradables, no conviene olvidar que la concentración es un factor que puede dificultar esa degradación. Pequeñas concentraciones humanas pueden confiar en la capacidad de autodepuración de un curso de agua cercana para sus efluentes. En el caso de las grandes urbes, es imprescindible el tratamiento activo, si no se quiere convertir a los ríos en pudrideros a cielo abierto.

El uso de la excreta por animales para el marcaje del territorio, la contribución de sus defecaciones para el ‘abono’ acuático –considerable en el caso de los grandes cetáceos- o su resultado en forma de materiales valiosos, como las perlas, son algunos de los aspectos que incluye esta exposición

Que una cosa tan seria como los excrementos produzca tanta risa, no deja de ser motivo de interés para antropólogos, psicólogos y literatos, que han escrito tratados sobre la así denominada ’materia oscura’ y sus afines. Que ésta se pueda clasificar por su forma, consistencia y color, dando una tablas donde uno puede marcar el grado problemático de su salud es algo relativamente poco conocido. Y que haya habido estudios sobre la inhibición de orinar, con medidas cuantitativas de arco mingitorio sorprenderá a más de una sobre los arcanos de la ciencia, a la que –si le dejan-nada se le escapa. Y si queda alguno escéptico, que lea el texto de Benjamin Franklin (incluido en la exposición) Fart Proudly (Pedorréate orgullosamente) de una de las personalidades científicas más interesantes del s. XVIII.

La literatura y el arte también han hecho uso de elementos escatológicos como vehículos conceptuales para la agitación artística, como las 99 latas donde Piero Manzoni (1933-1963) incluyó su ‘mierda’ (literalmente) vendida como 30 gr de mierda de artista. Sin ir más lejos, la Tate Modern tiene la lata nº 004, y Sotheby Londres subastó una en 1991 por la sustanciosa cantidad de 67.000 dólares.

Hemos creado un corolario sensibilizador en esta muestra, donde cualquiera puede inmortalizarse (hacerse un selfie) en un trono o necesarium –como se llamaba en las abadías del s. XIX-, y contribuir así a extender el mensaje de la importancia de contar con sistemas de saneamiento eficaces y seguros para el bienestar humano.

Me he prometido a mi mismo no hacer ningún tipo de chascarrillo ni juego de palabras con los contenidos de esta exposición y la situación actual de este país. Lo dejo al libre albedrío de la lectora, a la que animo a visitar la exposición que se inaugura hoy y estará hasta junio del año que viene.

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Muchas gracias a la generosidad de La Marea por permitir este artículo de autopromoción, y a Cristina, Xiomara, Miguel, Jesús y Gayaneh por su ayuda para llevar a cabo este proyecto).

* Antonio G. Valdecasas es uno de los responsables de la exposición