lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

La muerte de Suárez y la agonía de su régimen

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Opinión | OTRAS NOTICIAS

La muerte de Suárez y la agonía de su régimen

"Gramsci habla de lo mucho que tarda lo viejo en morir y lo nuevo en aparecer. Tengo la sensación de que ese mundo nuevo surgió en las plazas del 15-M y se desbordó históricamente el pasado sábado", apunta el autor

Félix Población
24 marzo 2014 Una lectura de 3 minutos
Telegram Linkedin Url

En la última y magnífica novela de Felipe Alcaraz Serpentario o La agonía de un régimen, que creo se presenta en Madrid hoy, se plantea como crónica ficción lo que va camino de convertirse en una realidad social insoslayable. El azar ha querido que en torno a la fecha de este pasado 22 de marzo, marcada por una de las convocatorias populares más multitudinarias en la historia del régimen del 78, se produjera también la muerte de quien ha sido considerado como arquitecto de la Transición que dio lugar a ese régimen, Adolfo Suárez González. En ese libro de Alcaraz, que forma parte de la trilogía Los días de la gran crisis, se configura la imaginaria realidad de que los movimientos ciudadanos surgidos como consecuencia del retroceso democrático a que ha dado lugar esa crisis/estafa, puedan generar un proceso constituyente que acabe con el régimen constituido, sostenido por un bipartidismo caduco y no representativo de esa mayoría de la población afectada y expoliada por la dictadura financiera.

Los casi tres kilómetros que median entre la estación de Atocha y la Plaza de Colón se quedaron cortos para acoger a los cientos de miles de manifestantes que se dieron cita el pasado sábado en ese espacio urbano para recibir a Las Marchas de la Dignidad. Los medios de propaganda sostenedores del régimen en declive, inepto e incapaz para dar pan, techo y trabajo a millones de ciudadanos, han pretendido reducir el número de concurrentes hasta cifras irrisorias que constituyen la más flagrante evidencia de su ausencia de la realidad. Sus portadas del domingo son todo un dechado de indignidad que entronca con los tiempos más negros del viejo régimen franquista, cuando la intrahistoria de España no tenía reflejo en la prensa y radio del Movimiento.

Esos medios, en lugar de informar sobre los hechos reales y analizar qué puede ocurrir en un país para que se junte un millón de personas indignadas en la calle, se quedaron con el extraño percance desarrollado al término de la convocatoria y coincidente con la emisión de los telediarios, esos espacios informativos que desconocieron hasta el pasado sábado, en su mayoría, el desarrollo de Las Marchas de la Dignidad. ¿Qué ocurrió realmente para que la policía interviniera en la Plaza de Colón cuando los convocantes estaban todavía en el uso de su derecho a la libertad de expresión y manifestación, cantando sobre el escenario el Himno a la Alegría?

La Coordinadora de las Marchas dio a conocer en un comunicado lo siguiente, que requeriría investigación: «Dos o tres encapuchados, ajenos a la manifestación, que fue absolutamente masiva y pacífica, tiraron unos petardos cerca del cordón policial que protegía la sede del PP [en la calle Génova] con el fin de provocar a la policía. El dispositivo policial, en un ejercicio de inaudita irresponsabilidad profesional, procedió entonces a cargar hacia Colón cuando se desarrollaba el acto final de la manifestación y con una plaza llena de familias».

Para la prensa y propaganda del régimen sólo fueron noticiables esos disturbios, que a mí me han recordado los que se dieron la primera vez ante el Congreso de los Diputados cuando un grupo de supuestos manifestantes, que empuñaban una ridículas banderolas rojas y negras muy cerca de las vallas, iniciaron las acciones violentas que motivaron la intervención de la policía. Fue en esa manifestación donde los antidisturbios a punto estuvieron dar de palos a un policía camuflado, que hubo de identificarse («que soy de los vuestros, ¡coño!»). Gramsci habla de lo mucho que tarda lo viejo en morir y lo nuevo en aparecer. Tengo la sensación de que como consecuencia de la crisis/estafa que está padeciendo la mayoría de los ciudadanos, contribuyendo a conformar en España la mayor desigualdad social de Europa -por encima de la misma Grecia-, ese mundo nuevo surgió en las plazas del 15-M y se desbordó históricamente en la calle el pasado sábado, con la certidumbre de que el desbordamiento prosiga, en paz y libertad. Que quien forjó el viejo régimen del 78 falleciera al día siguiente, puede ser un síntoma de que no hay quien pare lo que se avecina: la recuperación de la democracia por parte de quienes la hacen posible, pues eso es lo que la palabra dignidad significaba en las voces de quienes la llevaron hasta el corazón de Madrid.

No hay quien detenga los procesos sociales. En España se está dando uno nuevo cuya herramienta fundamental es la resistencia pacífica. No convendría violentarla tratando a quienes los protagonizan como delincuentes, ya sea registrando autobuses e identificando a los viajeros, o irrumpiendo a golpes en una plaza porque se haya dado un hecho distante y aislado de provocación no identificada.

Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #15M
  • #Adolfo Suárez
  • #marchas de la dignidad
  • #movimientos sociales
  • #Policía
  • #transición

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Comentarios
  1. joaquin manuel álvarez gonzález dice:
    25/03/2014 a las 11:40

    Félix,que tu certero y atinado análisis se haga realidad.Gracias por permitirme compartir tus siempre interesantes reflexiones.

    Responder
  2. Félix Población dice:
    24/03/2014 a las 16:24

    Aunque bien podría haber sido el Himno a la alegría, que otros llaman Himno a la libertad según el poema de Shiller en que se basó Beethoven para su sinfonía, el autor puntualiza que se trataba del Himno a la libertad de su inolvidable amigo José Antonio Labordeta. Creo que también se cantó el corro de los esclavos de la ópera Nabucco, de Verdi, mientras por el fondo de la plaza se la emprendía a palos.

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Ni reyes ni césares: al desplegar a las Fuerzas Armadas para sofocar la disidencia, Trump ha cruzado el Rubicón
  • Su destino está a la izquierda
  • Los detenidos de la Flotilla serán liberados por Israel sin admitir cargos, según fuentes cercanas

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar