lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

La luz de la habitación oscura

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Los socios/as escriben

La luz de la habitación oscura

Hugo Martínez Abarca
20 octubre 2013 Una lectura de 4 minutos
Telegram Linkedin Url

Desde hace demasiados años se viene hablando de “la primera generación que vivirá peor que la de sus padres”. Son tantos años que uno no sabe ya a qué generación se refería, si no es de una generación de los que ya empiezan a ser padres y madres de otra generación que no sabemos cómo vivirá. La Habitación Oscura de Isaac Rosa puede pasar por hacer un retrato de una generación, la del propio Isaac Rosa que viene a ser la mía. El drama de esta generación no es, según la ya vieja frase, que viva peor que sus padres: el drama es que es una generación que vive peor que sí misma, peor que el dibujo de un futuro que veíamos con tal evidencia que no era cuestionable e incluso peor que cuando empezó a caminar. Y ese no es el drama de una generación sino sobre todo el drama de un país. La Habitación Oscura no retrata una generación sino un país, al menos una generación central de un país, una generación que vertebró la demolición. Quien sabe si no es una historia de cualquier generación, quién no se sintió inmortal a los 20 y con los años empezó a ver delante una cuenta atrás. La cuenta atrás de este grupo va asociada a los sueños que tuvimos esta generación en este país y a su estallido.

La habitación oscura es un lugar físico en torno al cual orbita la novela de Isaac Rosa, un refugio del mundo construido a conciencia para que no entre ni un resquicio de luz. Y a su alrededor pasa un grupo de amigos de nacer al mundo, de caminar con pasos radicalmente seguros y festivos (¡lujuriosos!), a encontrarse en un mundo que es un lodazal, sobre el que es imposible caminar sin hundirse. A la habitación oscura acudían cuando caminaban firmes para disfrutar, para encontrarse y follar, qué otra cosa había que hacer mientras se camina hacia un futuro que está escrito para nosotros, un futuro de éxitos, los éxitos que se trazara cada cual, como actriz o como hombre de negocios o como revolucionaria. Andando el tiempo, al tomar conciencia de que caminan sobre el lodazal y de que no saben cómo salir de él, de que no tienen estrategias de respuesta más que asentir ante quien dice tenerlas vuelven a acudir a la habitación oscura pero ya con una conciencia de avestruz que busca la oscuridad de un agujero para no ver las fieras que se ciernen sobre ella, dejando que avance la amenaza pero huyendo siquiera un rato de su percepción.

Más bien parece que en realidad ahora sólo toman una conciencia tardía de lo que hacían antes. No es cuando caminan sobre el lodazal cuando van a la habitación oscura a esconderse del mundo sino antes, cuando tenían un futuro escrito y fiable y sólo tenían que follar y esperar cuando escondían la cabeza para huir de pensar un mundo que no podía ser real: para creer en la firmeza de aquello el país entero tuvo que jugar a una ficción, cada cual en el formato de habitación oscura que pareciera un hallazgo más adecuado para un éxito insólito de cada uno que era universal. Por eso vimos llegar la crisis y teníamos la seguridad de que a nosotros nos iba a pasar de largo. ¡Aquel hundimiento  mundial de Lehman Brothers y local de Martinsa que apenas dejaba cicatrices! ¡Si aquel principio de la crisis parecía incluso adornado de justicia poética! ¡Sólo faltaban los ejecutivos de grandes fortunas suicidándose!

Fue hasta entonces cuando íbamos a nuestras habitaciones oscuras a huir, a hacer como que ese futuro era real. Ahora sabemos que quienes se suicidan son los nuestros, los que perdieron no ya el futuro de éxitos sino un futuro en el que poder vivir en casa modestamente. Ahora que acudimos a esas habitaciones oscuras a sentarnos en un lateral y descansar del acoso de las fieras ya no escondemos la cabeza, sabemos lo que hay. Lo que no sabemos es cómo responder, cómo recuperar nuestro mundo. Ya no necesitamos refugio para creernos un futuro falso: lo que nos lleva a la habitación oscura es la conciencia de que no sabemos afrontar el futuro. Quizás esa luz sea la que nos permita salir de la habitación oscura y volver a caminar sobre el suelo que haya, pero caminar e iluminar.

Que Isaac Rosa es una de las luces con las que ver nuestro mundo no es algo que nadie vaya a descubrir gracias a mí ni a este artículo. Quienes sólo lo hayáis leído en columnas seguramente no imagináis el dominio del lenguaje, de los diferentes códigos e incluso de algo tan supuestamente trivial como los tiempos verbales y las personas de esos verbos: de las novelas que he leído de Isaac Rosa en ésta se percibe (sin alharacas, con sencillez) como en ninguna a un escritor que usa su herramienta de trabajo, el lenguaje, recorriendo sus distintos juegos con deslumbrante elegancia.

No puedo terminar sin una pregunta, medio en broma, sólo medio: ¿Hay alguien que haya leído Acceso No Autorizado de Belén Gopegui y La Habitación Oscura de Isaac Rosa y que aún no haya puesto una pegatina en cada una de las webcams que coronan nuestros cachivaches?

Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Comentarios
  1. 4lex dice:
    22/10/2013 a las 08:18

    Al final voy a tener que leerme el libro 😛

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Ni reyes ni césares: al desplegar a las Fuerzas Armadas para sofocar la disidencia, Trump ha cruzado el Rubicón
  • Su destino está a la izquierda
  • Los detenidos de la Flotilla serán liberados por Israel sin admitir cargos, según fuentes cercanas

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • Contacto

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar