Valencia recuerda a las víctimas del metro 7 años después

Quedan pocos minutos para las 13.00 horas y por el parque de la calle san Vicente Martir que hay enfrente de la estación del AVE de Valencia ya no se puede caminar. En la conocida como curva de la muerte, amigos y familiares de las víctimas del accidente de metro del 3 de julio de 2006 rinden tributo a los suyos. Está a punto de cumplirse siete años desde que ese convoy de metro descarriló y se llevó por delante la vida de 43 personas. Otras 47 quedaron heridas.

Cada año, desde hace siete, el 3 de julio, se repite la misma escena. Familiares y amigos recuerdan a los afectados por el accidente. 43 claveles en papel amarillo en memoria de los fallecidos y 47 con papel blanco para recordar a los heridos.

El acto, que ha contado con más presencia que otros años, se inició con cinco minutos de silencio. Mientras tanto, las personas que pasaban delante del parque todavía preguntaban qué estaba pasando, “debe ser la niña esa que murió hace un año”, le explicaba una mujer a su hijo.
Pero no, no era esa niña, eran personas pidiendo justicia, como explicó en su alocución Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación de Víctimas del Accidente de Metro 3J quien criticó que “se le echó la culpa al conductor que sirvió de cabeza de turco y que también murió en el accidente”.

La asociación denuncia que “el accidente podría haberse evitado” y apunta a la responsabilidad de “los que no protegían la línea 1 del metro”, en referencia al gobierno autonómico valenciano.

Dolor y exigencia de responsabilidad

Tras las palabras es el momento de los actos de recuerdo. Uno a uno los familiares, los que han querido o podido acudir, colocan sus flores. Uno de ellos pide un boli y escribe de forma apresurada “Para Mari. Pakito”. Otros se abrazan y lloran, en silencio.

El silencio se rompe por los sonidos del disparador de las decenas de fotógrafos que buscan su instantánea. Entre los asistentes, Pilar Manjón, la presidente de la asociación de víctimas del 11M. Y en el parque, una decena de coronas, una de ellas recuerda a Laura, “eres la luz que nos ilumina”.

El acto acaba entre aplausos. Esta tarde habrá una misa a las 18.00 horas y a su término una concentración para exigir responsabilidades y denunciar el intento de silenciar la tragedia por parte del gobierno de Camps en vísperas de la visita del papa Benedicto XVI.