Un concejal de extrema derecha se congratula por el asesinato del antifascista Guillem Agulló

VALENCIA // “Guillem Agulló era un hijo de puta que está muy bien donde está ahora mismo”. Con estas palabras se refería en un tuit el portavoz del Plataforma per Catalunya en Santa Coloma de Gramenet, Juan Gómez Moreno, al joven antifascista valenciano asesinado ahora hace veinte años por miembros de la ultraderecha española.

Gómez Moreno, que es uno de los tres concejales que tiene el partido del polémico Josep Anglada en esta ciudad de más de 120.000 habitantes, contestaba así a través de la red social al ser preguntado por la iniciativa del ayuntamiento de Vic de dedicar un pasaje a la memoria del joven de Burjassot. El concejal respondió insultando al joven antifascista y saludando su asesinato, además tildó de “desviado” a su interlocutor vía Twitter.

A continuación comenzaron los insultos a través de la red, pero el concejal, lejos de borrar sus tuits o pedir algún tipo de perdón, continuaba burlándose del joven asesinado en Montanejos:  «Sí, he ido a una escuela monolingüe y hablo 5 idiomas, este Agulló creo que ya no habla ninguno». Horas más tarde Twitter canceló la cuenta del concejal.

Precisamente a la misma hora que tenia lugar esta polémica un joven antifascista francés, Clément Méric, se encontraba en estado de muerte cerebral tras ser agredido brutalmente por un grupo de extrema derecha en París. Allí, el presidente Hollande, condenó la agresión “con la máxima firmeza” y su ministro del Interior consideró que este tipo de agresiones “ponen gravemente en peligro nuestro pacto republicano”.

Un concejal con conductas agresivas

El tuit de ayer no es un hecho aislado en la trayectoria política de Juan Gómez Montero. Hace un mes y medio ya fue denunciado por un asesor de otro grupo municipal, Gent de Gramenet, por haberle propinado un puñetazo.

Anteriormente, en febrero de este mismo año, una joven denunció al concejal por otras supuestas agresiones en el ayuntamiento y en 2011 fue condenado a una multa de 180 euros y una indemnización de 59 euros por atacar a un indignado que protestaba ante las puertas del Consistorio.