Dimite el número dos del Banco Santander con una pensión garantizada de 88 millones

MADRID // El consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, ha despejado las dudas sobre su futuro profesional al anunciar su retirada del mayor banco español. En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Santander ha informado hoy de la “renuncia voluntaria” de Sáenz de sus cargos como consejero delegado y vicepresidente de la entidad que preside Emilio Botín.

La decisión llega días después de que el Tribunal Supremo rechazara el recurso del banquero sobre la decisión del tribunal que hace un año invalidó parte del indulto que le había concedido el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. A finales de 2011, virtualmente en el último Consejo de Ministros antes de abandonar el poder, el ejecutivo socialista indultó a Sáenz que había sido condenado a tres meses de arresto e inhabilitación de ejercer como banquero por un delito de acusaciones falsas cuando era presidente de Banesto, la filial del Santander.

El Supremo, sin embargo, falló que el indultó no borraba los antecedentes penales del ejecutivo. Desde la Autoridad Bancaria Europea se había recomendado a los países miembros establecer normas más estrictas en cuanto al comportamiento ético de los financieros. Sin embrago, el Gobierno de Mariano Rajoy el 12 de abril aprobó la normativa correspondiente que sí permite a directivos con antecedentes penales seguir trabajando en banca.

Aun así, Sáenz parece haber preferido zanjar el asunto y la sospecha que cae sobre él y el Santander marcharse. El directivo se lleva una pensión garantizada de 88 millones de euros.
El nuevo consejero delegado del grupo será Javier Marín, hasta ahora responsable de la División Global de Seguros, Gestión de Activos y Banca Privada.