Rato echa la culpa del desastre de Bankia al Banco de España

MADRID // A estas alturas, Rodrigo Rato ya no debe de fiarse de nadie. Según su relato del derrumbe de Bankia esta mañana en la Comisión de Economía del Congreso de Diputados, todo el mundo aseguraba al ex presidente de la entidad que todo iba bien, desde el Banco de España hasta los auditores y el Gobierno. Nadie detectó el agujero multimillonario que arrastró al banco a la nacionalización y, por supuesto, nadie podía haber previsto una crisis de esta envergadura, aseguró el ex vicepresidente económico del gobierno de José María Aznar. En la versión de Rato, el desastre de Bankia se debe a un desafortunado accidente.

“Tengo 63 años y nadie de mi edad ha visto nunca cinco años de recesión en España”, se justificó Rato en el último turno de réplicas ante la pregunta del diputado Joan Coscubiela de ICV, que quería saber si la crisis es simplemente un producto de “una maldición bíblica” o si hay responsables como se puede ver en el documental Inside Job. “Hay responsables”, admitió el ex presidente de Bankia. “Yo asumí la mía y me fui del banco”.

En su discurso inicial, en varias ocasiones, Rato echó la culpa por el desastre de Bankia al Banco de España que “conminó” a Cajamadrid a fusionarse con la valenciana Bancaja, ya entonces carcomida por el lastre del ladrillo. “El Banco de España nos tranquilizó sobre Bancaja”, aseguró el histórico dirigente del Partido Popular. En el turno de réplica, ya ante la insistencia del diputado socialista Valeriano Gómez, Rato matizó que el Banco de España fue quien propuso la fusión con Bancaja, pero que luego la empezó a negociar con el entonces presidente de la entidad valenciana, José Luis Olivas, también del PP. El matrimonio tenía “ventajas obvias” por el lucrtaivo mercado mediterráneo y la escasa implantación de Cajamadrid en esta región. El riesgo inmobiliario era “cíclico”, ya que, según Rato, los activos vuelven a tener valor en cuanto se salga de la crisis.

En la mal lograda salida de bolsa de la nueva entidad en otoño del año pasado, el regulador dirigido por el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez había insistido “que fuéramos más ambiciosos”, según Rato. Además del Banco de España, el ex jefe del Fondo Monetario Internacional culpó a los auditores y otros analistas -“los mejores expertos de España”, en sus palabras- de haber fallado en detectar el tremendo agujero que se escondía en los balances de la caja fusionada.

De esta forma, Rato no devolvió el favor a Fernández Ordóñez. En su comparecencia ante los diputados el martes, el ex gobernador del Banco de España había defendido a Rato, diciendo que el Gobierno de Mariano Rajoy había cometido un error al forzar su salida de la entidad.

El ex presidente de Bankia no reconoció ningún error personal, salvo la falta de previsión macroeconómica, algo que le ha pasado a todo el mundo. “No habíamos imaginado un escenario económico como éste”, dijo.

Rato afirmó en la comisión parlamentaria que en mayo presentó al ministro de Economía, su antiguo número dos Luis de Guindos, un plan de saneamiento sólido basado en desinversiones y el adelgazamiento de los órganos de dirección de la entidad. Este plan, que muy a su pesar no fue aprobado por las autoridades, hubiera requerido tan sólo 6.000 millones de euros en préstamos públicos en 2012, en vez de los 23.000 millones destapados por su sucesor José Ignacio Goirigolzarri.

El político-banquero defendió las cuentas anuales del 2011 en las que inicialmente figuraba un beneficio neto de 306 millones de euros, aunque poco después se conoció que faltaban 23.000 millones de euros. Este cambio impresionante se debió a “cambios contables” que afectaban a la valoración de determinados créditos del ladrillo. En este sentido, Rato rechazó el término agujero, ya que se trataba simplemente de elevar las previsiones para “posibles” pérdidas en el futuro.

La diputada de UPyD, Irene Lozano, acertó al concluir: «Usted ha hecho realidad el sueño de cualquier antisistema: arruinar el sistema financiero español».